El jueves 27 de agosto se presentarón dos casos emblemáticos de ciudadanos colombianos en la frontera entre Táchira y Cúcuta
que confirman que las autoridades venezolanas han mostrado respeto
absoluto a las necesidades humanas de la población de ambas naciones,
tras el Estado de Excepción y cierre del paso internacional.
El primer caso es de Zuly Isabel Rico,
una joven madre colombiana que se encontraba ilegalmente en Táchira,
quien confirmó con su experiencia que Venezuela ha ofrecido asistencia y
colaboración a los migrantes que deben regresarse a Colombia, tras el
cierre de la frontera.
Ante las cámaras de VTV, la mujer relató que en un primer momento se regresó a Colombia por las trochas, porque vivía ilegalmente en el sector La Invasión, pero confesó que dejó a su hija de cuatro meses con una vecina.
“Estaban diciendo que le estaban
quitando los hijos venezolanos, me daba mucho miedo que me la quitaran,
pero ya comprobé que era mentira de la gente”.
-¿Quién te dijo eso?, interrogó el periodista de VTV
-La gente, el comentario de que estaban
quitando los hijos y yo pasé sola con mi suegra (hacia Cúcuta). Pero me
hacía falta mucho mi hija y por eso vine hasta acá, a dar la cara…”,
reveló, al afirmar que esta vez pasó por el Puente Internacional y tras explicar su caso, las autoridades la reunieron con su bebé.
-¿Cómo te trataron?
-Me trataron súper bien…me ayudaron
mucho, testimonió la joven, quien junto a su hija recibió las atenciones
requeridas, y se regresó a Cúcuta cómodamente en el autobús de TransTáchira a través del Corredor Humanitario dispuesto por el Gobierno Bolivariano, siendo recibida en el lado colombiano por los encargados de recibir a los deportados.
Estudiar en Venezuela y vivir en Colombia:
Igualmente, el equipo periodístico de
VTV constató otro caso importante, que echa por tierra los embustes de
la prensa burguesa colombiana y hasta la venezolana.
Esta vez, un estudiante colombiano y su
padre, ciudadano venezolano, testimoniaron el buen trato y excelente
funcionamiento del Corredor Humanitario en el Puente Internacional Simón
Bolívar.
Tanto el padre como el niño contaron el
fácil procedimiento de registrarse ante las autoridades migratorias. El
niño estudia en un colegio venezolano en San Antonio pero vive en
Cúcuta. En la mañana el padre presenta los documentos en el puesto de
control y tras la autorización, ambos abordan el autobús que los lleva a
la ciudad venezolana. Al término de la jornada, realizan el viaje de
vuelta.
-¿Qué hicieron para el permiso?, preguntaron al padre.
-Ir a a la alcaldía, anexar carnets de los niños, copia de mi cédula y eso es todo.
-¿Fue complicado, tardó mucho?
-¡Para nada, se tardó apenas, qué se yo, dos minutos!
-¿Ha visto maltrato o ha sido maltratado?
-Jamás, al contrario, hasta el momento hemos recibido buen trato de las autoridades.
El niño todo lo resumió con esta afirmación:“Eso es fácil”.
VTV