Posted: 22 Aug 2015 11:17 AM PDT
Alberto Cruz
CEPRID
El
mes de julio de 2015 pasará dentro de poco a los libros de Historia. No
como el octubre de 1917, ni como el enero de 1959, ni como el julio de
1979.
No. Todos meses revolucionarios en Rusia, en Cuba, en Nicaragua. Ni como otras revoluciones en otros lugares del mundo.
Pero en julio de 2015 hemos asistido a una revolución silenciosa, pero definitiva para el devenir del mundo en este siglo XXI.
Porque
ha sido el mes en el que China y Rusia han desafiado de forma
definitiva a Estados Unidos (y a sus vasallos europeos) y han puesto en
marcha un Nuevo Orden Mundial.
Tal
vez haya sido casual -aunque teniendo en cuenta los protagonistas de
este hecho histórico, es muy probable que se haya elegido la fecha a
propósito- pero también otro julio, de 1944, se ponía en marcha el
sistema que ha estado gobernando el mundo hasta ahora: el sustentado las
instituciones creadas en Bretton Woods, la reunión que dio origen al
FMI y al BM. Así que en julio de 2015 se ha comenzado a poner la lápida
en la tumba de ese viejo sistema y de unas instituciones moribundas.
Ha
sido el equivalente a un gran Big Bang, a la construcción de un nuevo
mundo pese a que el estallido haya sido ninguneado en todo el mundo
occidental. Pocas informaciones, si es que ha habido alguna, han
aparecido en Occidente sobre un hecho tan crucial.
Ha
sido como cuando los niños se tapan los ojos para no ver una realidad
y, así, desaparece por encanto. Pero no. El desafío es real y
definitivo.
Porque
con lo ocurrido en julio, tanto China como Rusia dejan bien sentado que
Occidente es ya irrelevante para ellos. En términos políticos y
económicos.
Por
ejemplo, pese a que Brasil, por cuestiones de política interna y de la
debilidad de Dilma Rousseff, está reorientando su política hacia EEUU el
camino que se ha andado dentro de los BRICS es tan grande que un
retroceso es impensable en estos momentos.
Son
muchos los datos que se pueden aportar, pero basta con uno para
constatar que la burguesía industrial brasileña no va a perder la
suculenta cuota comercial que le proporcionan los BRICS: gracias a las
sanciones impuestas por EEUU a Rusia, a las que se sumaron los países
vasallos de la Unión Europea, el aumento de las exportaciones hacia
Rusia en sustitución de los productos agrícolas y ganaderos europeos,
vetados por ese país en unas contrasanciones, ha aumentado el 60% en
solo un año.
Es
un porcentaje impensable para Brasil y ha abierto un mercado que no
sería capaz de cubrir ni aunque surtiese de esos mismos productos a toda
América Latina.
En
mes de julio de 2015 se ha celebrado la cumbre de los países BRICS
(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la cumbre de la Unión
Económica Euroasiática (UEE, formada por Bielorrusia, Rusia, Armenia,
Kazajstán y Kirguizistán), la cumbre de la Organización de Cooperación
de Shangai (OCS, de la que forman parte China, Kazajstán, Kirguizistán,
Rusia, Tayikistán y Uzbekistán), la constitución formal del Nuevo Banco
de Desarrollo de los BRICS y la constitución formal del Banco Asiático
de Inversiones e Infraestructuras (BAII), la competencia directa del FMI
y del BM con el que China ha humillado públicamente a EEUU (1).
Todas
estas iniciativas, junto con el nuevo papel que adquiere Irán tras la
firma del acuerdo nuclear, ponen de relieve que el eje del mundo del
siglo XXI gira alrededor de un punto geográfico concreto muy distinto
del occidental: Eurasia.
Los BRICS y el Nuevo Banco de Desarrollo
La costumbre es que todas las cumbres que se celebran, sean del contenido que sean, terminan con una declaración final.
Pues
bien, en la de los BRICS hay un hecho relevante y esclarecedor: sólo
hay una mención a la Unión Europea y a EEUU. Literalmente, una mención.
Es
decir, el ombligo del mundo, hasta ahora, deja ya de ser el ombligo del
mundo para muchos y se pone de manifiesto que los países que adquieren
cada día, cada minuto que pasa un mayor relieve en el planeta no le
tiene en cuenta. Por ejemplo, con la política de sanciones contra Rusia.
Con ser relevante, alguien podría decir que el que se mencione a Occidente sólo en una ocasión no es más que una anécdota.
Pero
si se tiene en cuenta que el 22 de julio los BRICS inauguraron de forma
oficial el Nuevo Banco de Desarrollo con un capital inicial de 50.000
millones de dólares, ampliables hasta 100.000 millones y con capacidad
para alcanzar los 400.000 millones en el corto plazo, el destino del
Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y del Banco Asiático de
Desarrollo va camino de la irrelevancia. Una afirmación atrevida, pero
justificada.
En primer lugar, porque rompe el monopolio occidental de los créditos a países.
En
segundo lugar, porque no impone condiciones como las habituales del FMI
y del BM de "ajustes estructurales" en las economías de los países
receptores.
En
tercer lugar, porque aunque inicialmente el NBD comienza a funcionar
con dólares, el comercio y los créditos se van a ir haciendo
progresivamente en las respectivas monedas de los países BRICS.
Y,
en cuarto lugar, porque se ha elegido como presidente a un indio,
Kundapur Vaman Kamath, con lo que se ofrece al mundo una imagen de
dirección colectiva -aunque el mayor capital lo pone China-, puesto que
la presidencia será rotatoria, contraponiéndolo a lo habitual del FMI
(siempre con presidencia europea), del BM (siempre con presidente
estadounidense) y del BAD (siempre con presidente japonés).
El NBD va a estar operativo o a finales de este año 2015 o en el primer trimestre de 2016.
Tiene
previsto concentrarse en la financiación de todo tipo de
infraestructuras y ya está en marcha el primer proyecto de envergadura:
la construcción de una línea de ferrocarril que atravesará Brasil de
este a oeste, enlazando el Atlántico y el Pacífico.
Esto se hace con una finalidad: favorecer el tránsito de mercancías desde el gigante latinoamericano a Eurasia, y viceversa.
Y
quien está construyendo este megaproyecto es China. Y todo se está
haciendo en riales, la moneda brasileña, y yuanes, la moneda china.
Es decir, se está prescindiendo de las monedas clásicas, el dólar y el euro.
De
hecho, y a nivel oficial, el NBD emitirá el primer préstamo oficial en
yuanes, aunque alternará en un primer momento la moneda china con el
dólar.
Pero
hay más. Se ha establecido que "en el futuro cercano" el NBD puede
ayudar a otros países más allá de los BRICS y se menciona expresamente a
tres de ellos: Serbia, Macedonia y Siria.
Los
dos primeros no son miembros de la UE, por lo que el mensaje es muy
claro: se acabó el monopolio de Bruselas sobre el territorio europeo,
por una parte, y no se va a dejar a Siria sola, por otra.
En
esta declaración se ve la mano de Rusia, dado que tiene puestos los
ojos tanto en Serbia (país que ha aprovechado las sanciones occidentales
a Rusia para incrementar la venta de embutidos hasta 8'5 veces el
volumen anterior, llegando a convertirse en el exportador principal de
estos productos a Rusia sustituyendo a Polonia y Lituania, por ejemplo)
como en Macedonia para que por sus territorios pueda transitar el
oleoducto con el que sustituir el gas que ahora llega a Europa a través
de Ucrania.
Esta
es una de las razones por las que Occidente está intentando
desestabilizar Macedonia y pese a que aún hay un punto débil en esta
estrategia de Rusia, puesto que el oleoducto tiene que pasar tanto por
Turquía como por Grecia.
En
estos momentos, el tránsito del oleoducto que se está construyendo por
Turquía, pese al acuerdo firmado, se ha paralizado arguyendo el gobierno
turco "discrepancias sobre el descuento en el precio del gas" que Rusia
tiene que hacer a Turquía por el tránsito por su territorio del gas.
Pero no es descartable una presión de EEUU aprovechando la debilidad de Turquía con el llamado Estado Islámico.
En
cuanto a Siria, si este país árabe no ha caído como ocurrió con Libia,
se debe a la decidida actuación de Rusia apoyando al gobierno de Bassar
al Assad.
Apostar
por participar en la reconstrucción de Siria indica que los BRICS, por
lo menos Rusia y China, han aprendido del error de Irak.
Es,
además, la constatación de que Rusia sigue apoyando al gobierno sirio y
un guiño a la decisión de Siria de unirse a la Unión Económica
Euroasiática, decisión que tomó el gobierno de Al Assad el 21 de julio.
Rusia
y Siria han firmaron en 2013 una serie de contratos para la
construcción de plantas de procesamiento de gas, instalaciones de riego y
centrales eléctricas.
En 2014 firmaron un acuerdo para desarrollar campos petrolíferos en la costa siria.
Este
año 2015 se está discutiendo sobre la expansión de los préstamos rusos a
Damasco y Rusia ya ha entregado al país árabe, como donación, 100.000
toneladas de trigo como ayuda humanitaria.
Si bien Siria no es vital para Rusia, sí es importante.
La iniciativa de Siria no se tiene que ver como una opción a la desesperada.
Ni
mucho menos. La UEE también ha iniciado negociaciones con India, Irán,
Vietnam, Egipto y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay,
Uruguay, Venezuela y Bolivia) para establecer zonas de libre comercio.
Es decir, la UEE ha decidido expandirse más allá de sus fronteras naturales euroasiáticas.
El BAII y la Nueva Ruta de la Seda
El
NBD tiene su sede en Shangai. Como también la tiene el BAII. Por lo
tanto, a nadie debería sorprender que ambas instituciones bancarias si
no van a trabajar juntas sí se van a complementar.
Porque
resulta que los cinco países BRICS son socios fundadores del BAII y, en
este marco, los bancos centrales de estos países ya están insuflando
capitales a través de instituciones creadas al efecto.
Es
lo que han hecho el Banco de Desarrollo de Brasil, el Fondo de
Inversión Directa de Rusia, el Fondo Vial de China de la Seda y de
Infraestructuras y la Compañía de Finanzas y Desarrollo de la India.
Esto
ocurrió el 23 de julio. Ese mismo día el NBD decidió "establecer una
línea directa con el BAII para coordinar sus operaciones".
A mayor abundamiento, también el 23 de julio China decidió dar un paso más:
inyectó
el equivalente en yuanes o renminbis a 31.000 millones de dólares en
dos bancos que se van a dedicar expresamente a los proyectos y políticas
vinculadas a la Nueva Ruta de la Seda:
el
Banco Chino de Desarrollo (el equivalente en yuanes a 16.000 millones
de dólares) y el Banco Chino de Exportación e Importación (el
equivalente en yuanes a 15.000 millones de dólares).
El primero se va a centrar, sobre todo, en el sudeste de Asia y África.
El
segundo, en Asia Central y Europa. Esto se ha hecho cuando Europa está
entretenida hablando de la "crisis capitalista" de China, de la bajada
en las bolsas, como la de Shangai, sin tener en cuenta dos cuestiones:
que China ha decidido centrar su economía en el consumo interno,
relajando el externo, y que el crecimiento ha sido del 7% en el segundo
trimestre de 2015 (lejos del 10 y del 11 a que nos tiene
acostumbrados).
Esto
tiene una explicación que en Occidente no se menciona: en China, al
contrario que en Europa, los costes laborales aumentan y, dado que China
se está centrando en el consumo interno, gran parte de la producción se
está trasladando de la costa (lo que conocemos como zonas ZEN),
básicamente centradas en la exportación marítima, hacia en interior para
preparar a estos territorios en el comercio de cara a la Nueva Ruta de
la Seda que será básicamente terrestre.
Al
mismo tiempo China envía una fuerte señal: si su crecimiento se
resiente, en vez de estimular la economía a través del gasto militar
(como suelen hacer EEUU y Europa, y ahora reviviendo la "guerra fría"
con Rusia), los chinos optan por la diplomacia y el comercio y
reequilibran las relaciones con otros países.
Como
no es sabido, tanto por ignorancia como por desinterés, hay que hacer
notar que China en el año 2010 adoptó una política de reducción del
gasto militar para facilitar y desarrollar el gasto interno pero en
2014, como consecuencia de las tensiones entre Occidente y los países
emergentes, y de forma especial con la crisis de Ucrania, decidió
incrementar su presupuesto militar un 10% para 2015 y el 12'2% para el
2016.
Occidente
ha expresado su alarma ante el "desmesurado aumento" del presupuesto
militar chino sin tener en cuenta el descenso que se había venido
produciendo desde 2010.
Una
muestra, otra más, de cómo "informa" Occidente y su preocupación se
debe a que la OTAN ha recomendado que sus miembros aumenten el
presupuesto de defensa el 2% -y se encuentra con muchas resistencias
dada la situación de crisis europea- y EEUU "sólo" lo puede aumentar el
4%.
Pero
China está lejos, muy lejos, de un comportamiento agresivo
contrariamente a lo que los medios de propaganda occidentales quieren
hacer creer para justificar su propia agresividad militarista.
Uno
de los países con los que China está reequilibrando sus relaciones es
India. Ya se está construyendo un corredor económico entre
China-India-Bangladesh y Myanmar y se ha proyectado una carretera
geoestratégica entre China e India.
Es
geoestratégica porque China e India han sido enemigos mortales,
incluyendo una guerra entre ellos en la década de 1960, y ahora se
convierten en socios y aliados puesto que han sido admitidos como
miembros de pleno derecho en la Organización de Cooperación de Shanghai
en la reunión que este mes de julio tuvo lugar en Ufá. Con ella el
comercio entre ambos países, los más poblados del planeta, se disparará.
China
va a utilizar el BAII como trampolín para impulsar la desdolarización
mundial de la economía y su reemplazo por el yuan como moneda de reserva
del mundo dado que todo lo que tiene relación con el BAII y, sobre
todo, con la Nueva Ruta de la Seda se establecerá en préstamos en
yuanes, por lo que a medio plazo la moneda china adquirirá un papel
prominente en el mundo.
Es
por eso por lo que, intentando retrasar lo inevitable, el FMI acaba de
solicitar que no sea hasta septiembre de 2016 cuando se "discuta" la
incorporación del yuan a la canasta de Derechos Especiales de Giro (2),
es decir, que el yuan se convierta en moneda de transacción
internacional en paridad con el dólar, el euro y el yen japonés.
Ni
qué decir tiene que es una pretensión vacía y que China no transigirá
porque al plantear esta cuestión el FMI está incumpliendo sus propias
normas dado que cada cinco años, y corresponde a este 2015, se revisa la
composición de la canasta de los DEG y si China aceptase la propuesta
del FMI no sería hasta 2020 cuando el yuan fuese aceptado de forma
definitiva.
Para forzar al FMI a que incluya definitivamente el yuan en los Derechos Especiales de Giro, China ha devaluado su moneda.
Esta
medida, que se puede entender en un primer momento como un movimiento
de refuerzo a su alicaída economía, tiene también que ver con ir
despojando al yuan de su anclaje cambiario con el dólar.
Es
decir, se dota a la moneda china de una mayor autonomía y, de rebote,
refuerza sus exportaciones puesto que las hace más baratas.
Si
tenemos en cuenta lo dicho anteriormente sobre el uso de los países
BRICS de sus propias monedas en los intercambios económicos mutuos
veremos que es una medida que también les beneficia a ellos.
La devaluación del yuan va, además, en la línea de lo que llevaban años exigiendo tanto el FMI como los famosos "mercados".
Pero lo exigían cuando la economía mundial globalizadora iba viento en popa, aparentemente, es decir, antes de la crisis.
Ahora esta devaluación les perjudica notablemente.
Envía
una onda de choque brutal a los mercados tanto en su zona clásica de
influencia, Asia, como en EEUU porque tiene como objetivo hacer sus
exportaciones más baratas.
De
hecho, uno de sus tradicionales competidores, Vietnam, también ha
devaluado su moneda, el dong, una devaluación aún mayor que la de
China.
No
hace falta mucha imaginación para ver cómo va a revitalizar, además, el
recién creado BAII. Y en lo que respecta a la relación con los BRICS,
se refuerzan las monedas respectivas.
Si
el rublo ruso está bajo, el rand sudafricano está bajo y el rial
brasileño están bajos respecto al dólar sólo hay que imaginar cuál va a
ser la moneda en la que van a comerciar: el yuan.
No sería extraño ver a India haciendo otro tanto, devaluando su moneda.
Al
mismo tiempo, y sólo a título de anécdota, la devaluación del yuan
favorece a la gente común mientras que graba a los "nuevos ricos", a los
que importan bienes de lujo como coches alemanes o relojes suizos.
Un sutil e imperceptible toque de atención a los ricos para que moderen sus apetitos consumistas de productos del exterior.
La
Nueva Ruta de la Seda se presentó en sociedad el 28 de marzo de 2015 y
los planes iniciales afectaban al 29% de la población mundial.
Pero
el 31 de julio dio un paso gigantesco porque se anunció que se
enmarcarían en la misma 65 países, donde residen 4.400 millones de
personas, o sea, el 63% de la población mundial.
El
eje que lo articula todo es el BAII y los países que lo componen, 52 en
estos momentos y otros 14 a la espera de ser aceptados como miembros
del mismo.
Luego no es sólo un desafío, es una humillación en toda regla lo que está haciendo China con EEUU.
Estas
son las razones por las que cada vez hay más voces en EEUU sobre la
"amenaza" china y se culpa de todo a los chinos, desde ataques
cibernéticos hasta "afanes imperialistas" por su expansión en todo el
planeta.
Y
es por eso por lo que Obama, siguiendo el camino trazado por Bush y su
famoso "eje del mal", considera ahora que quienes componen ese "ese del
mal" son Rusia, China... e Irán.
Irán y su ubicación estratégica
Porque
este país se está convirtiendo en un puntal importante dentro de toda
la estrategia de reconfiguración del nuevo orden mundial que ya está en
marcha.
En estos momentos, es la novia pretendida por todo el mundo.
Francia
y Gran Bretaña han anunciado ya visitas de ministros y de presidentes,
como Hollande, y en EEUU aún sigue el debate sobre si se ratificará
finalmente en el Congreso y en el Senado el acuerdo nuclear o no.
Pero
quienes tienen ventaja en el cortejo son Rusia y China, los dos países
que han sostenido al país persa pese a las sanciones impuestas por la
ONU (3) y pese a que ambos participaron, y votaron, a favor de las
mismas.
Rusia
no sólo se ha aprestado a revocar la sanción de venta de los misiles
defensivos S-300, sino que ya está construyendo con el país persa un
corredor de transporte entre el Golfo Pérsico y el Mar Caspio y el río
Volga además de continuar, y profundizar, su cooperación nuclear.
China
está siguiendo sus pasos. Sin esperar al levantamiento formal de las
sanciones tras el acuerdo nuclear de Viena, China ha llegado a un
acuerdo con Irán para comenzar a producir 160.000 barriles de petróleo
diarios en dos proyectos en el suroeste del país.
El
envío de petróleo a China comenzará el mes de octubre y una vez que se
formalice la producción se aumentará a 200.000 barriles diarios.
No
es el único movimiento, pero es significativo: China e Irán han
acordado la venta de 500.000 barriles diarios después que se levanten
las sanciones formalmente, por lo que lo acordado ahora no es más que un
anticipo previo a ese requerimiento formal.
No espera al mismo, lo fuerza o lo convierte en irrelevante puesto que la decisión de normalizar las relaciones está tomada.
Teherán es consciente de todo ello.
Ahora
mismo hay una incipiente presión por parte de algunos comerciantes del
bazar, un sector muy influyente en la economía iraní, que apuestan por
un rápido acercamiento a Occidente una vez sean levantadas las
sanciones.
Pero
como el proceso no es inmediato, puesto que las sanciones continuarán,
aliviadas, pero continuarán durante diez años, Rusia y China tienen,
como se ha dicho, ventaja. Pero por si acaso, en Irán hay un nombre
clave para que las relaciones con rusos y chinos no decaigan y se
incrementen.
Es
Alí Akbar Velayati, director del Centro para la Investigación
Estratégica y, lo que es más importante, asesor en política exterior del
líder supremo iraní, Alí Jamenei.
Las
declaraciones de Velayati no dejan lugar a dudas de cuál es la apuesta
iraní: "la seguridad en Asia, Medio Oriente, África del Norte, Asia
Central y el Cáucaso Norte depende de la mejora adicional de la triple
entente Beijing-Moscú-Teherán".
Tal
vez sea una frase grandilocuente, pero si tenemos en cuenta que estos
tres países, junto con India y Pakistán, han llegado a acuerdos de
seguridad mutua no es en absoluto descabellada.
Es
más, tres días después de la reunión de los países BRICS, es decir, el
25 de julio, se reunió en el mismo lugar, la ciudad de Ufá, la capital
de la Bashkiria rusa, la Organización de Cooperación de Shanghai e Irán
quiere unirse a ella como miembro de pleno derecho.
Ahora tiene estatus de observador porque aún no se han levantado las sanciones que pesan contra este país.
Pues
bien, en esa reunión se aceptó como miembros de la OCS a India y
Pakistán por lo que los cinco países que han establecido acuerdos de
seguridad mutua con Irán están en su seno.
Solo queda Irán, que será admitido en la cumbre de 2016.
Si
tenemos en cuenta que la OCS comenzó siendo una organización centrada
sólo en la seguridad y que ahora abarca ámbitos de cooperación económica
y tecnológica vemos que el círculo se cierra. China y Rusia han dado
forma definitiva a su desafío al mundo hegemonizado por EEUU.
El Nuevo Orden Mundial está en marcha y ya es irreversible.
Se acabó la prepotencia occidental
Por
mucho que Occidente se refugie en su famoso Club Bilderberger, el
control del mundo ya no es suyo. Como no lo es el Nuevo Orden Mundial
que propugnaba tras la desaparición de la URSS. Occidente está moribundo
y la pregunta ya es sólo cuándo terminará de morir.
Estamos
asistiendo a sus estertores actuando como lo hace una fiera herida:
sabe que su muerte está próxima, por lo que se vuelve mucho más
peligrosa.
Este
mes de julio de 2015 pasará a la Historia al surgir un Nuevo Orden
Mundial que si no va contra Occidente sí se ha construido sin Occidente,
lo que es mucho más humillante porque se le ha ninguneado.
Occidente ya no cuenta para todo lo que está en marcha ni siquiera como enemigo, excepción hecha de EEUU.
El
núcleo de este Nuevo Orden Mundial son Rusia y China. Estos dos países
han dado forma al nuevo mundo. Hay quien dice que son aliados
circunstanciales, que ha sido la torpeza de EEUU la que ha arrojado a
uno a los brazos del otro. Tal vez.
Pero
lo que sí queda claro es que ya es irreversible puesto que tanto Rusia
como China se han convertido en dependientes totalmente uno del otro.
China
depende de Rusia en los ámbitos militares (armas, ofensivas y
defensivas, y tecnología espacial, un campo de enorme interés para
China) y energéticos (petróleo y gas); Rusia dependerá de China en los
ámbitos económicos (aquí hay que dar las gracias a la torpeza occidental
con las famosas sanciones).
Un
ejemplo de cómo van las relaciones entre los dos países se acaba de dar
a conocer: China ha autorizado la circulación del rublo, la moneda
rusa, junto al yuan en la ciudad de Suifenhe, en la provincia
nororiental de Heilongjiang.
Es
una experiencia piloto y consecuencia del “desarrollo benigno” del
comercio bilateral entre los dos países y en sus respectivas monedas.
Aunque
no se ha informado del tiempo que durará esta experiencia piloto, lo
cierto es que China parece dispuesta a ampliar las zonas en las que se
podrá usar el rublo en esa provincia, la más importante del comercio
bilateral ruso-chino y que ha movido 7.590 millones de dólares en 2014.
Es por ello por lo que Occidente se convierte en irrelevante.
A
partir de ahora ya no tiene ningún medio para influir
significativamente en la política, ni interna ni externa, ni de chinos
ni de rusos.
Y
como el núcleo de este Nuevo Orden Mundial son Rusia y China, y su
simbiosis mutua les beneficia a ambos, a Occidente sólo le queda como
último recurso debilitar a los otros socios de la nueva entente: Brasil,
India y Sudáfrica.
Así
hay que interpretar el "retorno" de EEUU hacia América Latina y el
cortejo, por una parte, y las dificultades internas, por otra, a que
está sometiendo al gobierno de Dilma Rousseff.
Pero
en el hipotético caso de que este gobierno caiga y sea sustituido por
otro, el impulso que han dado tanto Rusia como China a los BRICS y, lo
más importante, la demostración práctica de que no tienen ambiciones
imperiales como Occidente, hará que sea muy difícil para Occidente
destruir todas estas alianzas.
El
ejemplo más evidente de lo que digo es India, gobernada ahora por un
partido muy conservador, el Bharatiya Janata Party, pero cada vez más
implicado en este Nuevo Orden Mundial, como ha quedado acreditado tras
su ingreso en la OCS.
Occidente
puede seguir adelante con su cuento para niños, para asustar, sobre "la
amenaza rusa" o "la actitud amenazante china" pero la realidad es que
ninguno tiene intención de convertirse en la potencia hegemónica al
estilo occidental ni sustentar esa potencia con cientos, miles de bases
militares.
El
Nuevo Orden Mundial es otro, basado en la seguridad colectiva de corte
"confucionista": "si te sientes amenazado es que entonces no estás
seguro".
O
dicho de otro modo: Rusia y China quieren un orden mundial cooperativo
que permita, incluso que anime, a los países a seguir su propio modelo
de desarrollo, político, económico y social.
Se acabó la injerencia, el decir "tienes que hacer esto si quieres que te ayude".
Notas:
(1) Alberto Cruz: “China humilla a Estados Unidos y marca el ritmo en la nueva geopolítica”, http://www.nodo50.org/ceprid/ spip.php?article1992
(2) Global Times, 6 de agosto de 2015.
(3) Alberto Cruz, “China, Rusia y las sanciones a Irán”, http://www.nodo50.org/ceprid/ spip.php?article885〈=es
Alberto
Cruz es periodista, politólogo y escritor. Su nuevo libro es “Las
brujas de la noche. El 46 Regimiento “Taman” de aviadoras soviéticas en
la II Guerra Mundial”, editado por La Caída con la colaboración del
CEPRID.
Los pedidos se pueden hacer a libros.lacaida@gmail.com o bien a ceprid@nodo50.org También se le puede encontrar en librerías.