por Ron Paul –
“Durante la pasada semana, la oleada de inmigrantes sin papeles
procedentes de África y Oriente Medio hacia la Unión Europea ha devenido
en una avalancha. El punto álgido de la marea humana se ha localizado
en Hungría, lo cual no es un resultado lógico a pesar de la posición
geográfica del país en el centro de Europa. Entender el por qué es la
clave para entender que está ocurriéndole a Europa.
Después
de permitir a los inmigrantes sin papeles tomar trenes desde el este
con destino a Viena y Múnich, Hungría cerró repentinamente el martes la
Estación de Ferrocarril Grand Keleti de Budapest a los inmigrantes que
buscaban transporte hacia Alemania a través de Austria y la República
Checa. Cientos están ahora acampados fuera de la estación rodeados por
la policía húngara y agentes de las redes de traficantes de personas.
Hasta
ser registrados y en espera de un visado Schengen, los inmigrantes
están abandonados y es probable que la mayoría con el tiempo sean
devueltos por donde han llegado. (La temprana relajación de las leyes de
inmigración alemanas, fue el origen de la confusión del lunes).
La
multitud desplazada crece a cada hora en forma de oleadas de migrantes
que siguen llegando desde la frontera sur del país limitando con Serbia
después de haber transitado primero Macedonia, a cuya frontera sur los
griegos envían autobuses llenos de migrantes afortunados, un alarmante
número de los cuales han sido rescatados del mar por barcos de rescate
europeos antes de ser dejados en tierra en la misma Grecia.
Pero
¿por qué la diminuta Macedonia, la cual ni siquiera es miembro de la
Unión Europea o de la OTAN? ¿Por qué no las igualmente accesibles
Albania o Bulgaria? ¿Cuáles son las instrucciones dadas por la Unión
Europea a sus siervos griegos? O, como se pregunta el colaborador de
Oriental Review, Andrew Korybko, “¿…por qué los migrantes no utilizan
simplemente Grecia como plataforma para un viaje final en barco hacia
Italia?”
Alemania
está conectada directamente con el norte de Italia, y llegar hasta allí
desde el norte de Italia sólo requeriría el tránsito a través de una
estrecha franja del este de Austria, evitando de esta forma el gran
trayecto multinacional que la actual ruta requiere.
Korybko
argumenta (como yo) que las redes de traficantes están siendo
“influenciadas por los servicios de inteligencia occidentales” (en la
diplomática fraseología de Korybko) y están haciendo creer que la ruta
más larga desde el norte de Grecia hasta Budapest a través de los
Balcanes es la más segura para tener éxito. (También es posible que el
viaje de los refugiados sea financiado directamente por un ISIS
enriquecido gracias al petróleo siguiendo las órdenes de Estados
Unidos.)
La
verdad es que la ruta más larga deja a Bulgaria, miembro de la UE y de
la OTAN, y a Albania, aliada clave de Estados Unidos, relativamente
tranquilas mientras que envían un potente flujo a aquellas naciones (y,
en el caso de Macedonia y Serbia, con poblaciones mayoritariamente
Ortodoxas) que han rechazado participar o que han criticado las
sanciones (la Católica Hungría) contra Rusia, y todas aquellas que
desean participar en el proyecto de gaseoducto ruso a través de los
Balcanes.
Una
vez que la desgracia americana en Ucrania se volvió bochornosa y fue
interpretada como un fracaso en el hostigamiento hacia Rusia, los
Estados Unidos instigaron el “Plan C” (Locura Migrante), que siguió al
temprano fracaso del “plan B”, el cual consistía en organizar en
Macedonia una revolución “coloreada”.
Los
norteamericanos, en general, no son conscientes de los acontecimientos
de mayo porque el país desvió la atención exitosamente del criminal
golpe de los matones terroristas a los que Zoran Zaev preparó el
terreno, un agente de los Estados Unidos y de George Soros, a través de
una empresa llamada Canvas, la heredera comercial del proyecto Optor
cuyas engañosas acciones tuvieron éxito para desestabilizar Serbia con
una revolución “coloreada” quince años atrás.
El
montaje es verdaderamente diabólico. Macedonia, una nación de poco más
de dos millones de habitantes que disfruta de una significativa y
mayormente pacífica minoría musulmana y que limita por el norte con un
Kosovo bajo control albanés, está en riesgo de fractura por Albania y
Bulgaria, a las que les gustaría mucho aumentar sus territorios a
expensas de la existencia de Macedonia. Si los musulmanes macedonios
pueden ser azuzados, la división es una posibilidad.
Ahora
sabemos, por cortesía del anterior jefe de la DIA (Defense Intelligence
Agency) Michael Flynn, que la aparición del ISIS fue predicha en un
comunicado ampliamente difundido en 2012 que la Casa Blanca tomó la
decisión premeditada de ignorar.
El
brutal ISIS es, de hecho, un activo militar de creación norteamericana
creado para distraer a una crédula población norteamericana, y cuya
violencia inherente puede ser dirigida para llevar a cabo en política
exterior objetivos de desestabilización en Medio Oriente, Norte de
África y ahora el sureste de Europa, por parte de los Estados Unidos.
Lo
que Macedonia y Serbia temen es que los terroristas del ISIS sean
intencionadamente incorporados a la horda de migrantes destinada al
Kosovo bajo control albanés, una base ideal para llevar a cabo su
encargo de desestabilización de los Balcanes. Bulgaria, un país
Ortodoxo, no tiene interés en favorecer un alentamiento de terroristas
del ISIS, y se encuentra atrapada a sí misma por su pertenencia a la
OTAN y a la UE.
El
lunes dejó pruebas del dilema compartido por Bulgaria y Macedonia
cuando los guardias fronterizos búlgaros atraparon una célula de cinco
terroristas camuflados como refugiados que llevaban consigo videos de
decapitaciones y propaganda del ISIS. (En febrero los servicios de
inteligencia turcos advirtieron a la policía en un comunicado interno
que más de 3.000 yihadistas entrenados estaban intentando llegar a
Turquía a través de Siria e Irak.)
Ahora,
¿cómo encaja la Católica Hungría, miembro de la UE y de la OTAN, en
este rompecabezas? Muy sencillo. El primer ministro húngaro, Viktor
Orbán, lanzó un desafío en junio en una entrevista con el diario Napi
Gazdasag, diciendo, “el multiculturalismo significa la coexistencia del
Islam, religiones asiáticas y el Cristianismo. Haremos todo lo posible
por librar a Hungría de eso… Damos la bienvenida a inversores, artistas,
científicos no cristianos, pero no queremos una mezcla a gran escala.”
Después
de rechazar la propuesta de la UE para que cada país miembro aceptara
una cuota de refugiados, Orbán continuó con la construcción de una valla
de 3,5 metros a lo largo de la frontera de Hungría con Serbia, lo que
le acarreó fuertes declaraciones de condena de Francia y Alemania. Hoy
esas críticas han cesado y el proyecto de Bulgaria de vallar su frontera
con Turquía pasa inadvertido.
Europa
estará feliz de reprimir a los refugiados en las zonas balcánicas y
turcas de esas vallas sin importarles el daño que sufran Hungría y
Bulgaria por hacerles el trabajo sucio. Una vez colocados, los
refugiados simplemente pueden pudrirse esperando la aprobación de sus
solicitudes para entrar en Europa, que nunca llegarán hasta que la
mayoría sean declarados refugiados económicos y no refugiados políticos
(como les ocurrirá a los refugiados bloqueados ahora en Hungría).
Toda
lo que Europa ha de hacer es enviar fondos suficientes a Grecia,
Italia, Hungría, Macedonia y Bulgaria para administrar las solicitudes
de los refugiados y para la construcción y mantenimiento de campamentos
para alojarlos. Barato. Problema paralizado.
No tan rápido, dice la académica e historiadora rusa Jelena Guskova.
Su
investigación la ha llevado a la conclusión de que lo que se está
preparando para tener un efecto inmediato es el establecimiento de un
“Corredor Verde”, un ESTADO MUSULMÁN en la Europa Cristiana.
Ella
cita el crecimiento del radicalismo islámico en los Balkanes a través
de las células “wahabitas” y “rosas rojas” de Serbia, el “Tarikat” en
Macedonia, y las células de Al Qaeda en Kosovo y el norte de Albania,
los cuales crearán el “Corredor Verde” en cooperación con Bosnia
Herzegovina.
Guskova
predice que la policía de Serbia y Macedonia comenzará operaciones
contra pelotones terroristas armados, durante los que civiles albaneses
serán asesinados en los choques resultantes, y entonces los islamistas
de Serbia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina se rebelarán para salvar a sus
“hermanos en peligro”, dejando de esta manera la puerta abierta para
que la OTAN intervenga por la fuerza.
El
desarrollo del anterior escenario (especialmente conveniente durante un
colapso de los mercados en curso) permitirá a los Estados Unidos
conseguir por fin el control total de los ferozmente independientes
Balcanes, a la vez que inflige una herida gigantesca al continente
Europeo, a la cual los Estados Unidos pueden echarle sal siempre que sea
necesario, para frenar cualquier iniciativa europea de acción
independiente y establecer una OTAN mucho más fortalecida. Y, por
supuesto, el premio gordo: la continuación de las sanciones contra Rusia
y la eliminación del gasoducto de los Balcanes.
Este
programa privará al mundo de una vibrante y útil Europa a la vez que
impide una Rusia constructiva, son consecuencias que Washington
considera intrascendentes cuando se contraponen a la intención de los
Estados Unidos de restregar su bota colectiva en la cara de la humanidad
para siempre.
Sólo
los Balcanes y Rusia son fuertemente conscientes de que los planes de
los Estados Unidos son una tragedia y una irresponsabilidad, y medios de
información occidentales comprometidos lo han avanzado.
Para
apreciar lo poco preparada que está Europa para estos sucesos, un
artículo ruso interno de ayer informa de prominentes llamamientos
alemanes de más bombardeos y mayor intervención en Oriente Medio con la
finalidad de resolver la crisis de los refugiados.
Esto revela la triste realidad de una Europa en proceso de suicidio a las órdenes de su amo y señor norteamericano.”
(Traducción de Leo PB)