El Presidente Barack Obama sigue montando una provocación tras otra en contra de Rusia y China, y esta semana el secretario de la Defensa Ashton Carter presentó un presupuesto de defensa que solo se puede describir como el compromiso para la Tercera Guerra Mundial.
Este presupuesto solicita miles de millones de dólares extras destinados a fortalecer las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN en Europa y en el Asia Pacífico a la vez que lanza también una modernización por un billón de dólares en la tríada estratégica termonuclear de EU.Lyndon LaRouche señaló el miércoles que toda esta estafa es una fanfarronada peligrosa, dado que Estados Unidos se encuentra en las fases avanzadas de una desintegración de su economía física. “Hay un precipitado declive en la vida mental de la ciudadanía estadounidense”, advirtió LaRouche. “Nuestras capacidades productivas como nación han desaparecido. Todo lo que nos queda es un pequeño residuo para presumirlo”.
En efecto, la encuesta mensual de la Reserva Federal en enero sobre solicitudes de préstamos por parte del sector manufacturero y comercial muestra una caída dramática de más de un 11%. El sector bancario en ambos lados del Atlántico se está desmoronando. El valor de las acciones entre los principales bancos europeos y estadounidenses se ha desplomado en más de un 30 por ciento del 1 de enero del 2016 a la fecha. El diario alemán Handelsblatt anunció hoy que “el Banco Deutsche está en caída libre”, y agregó que el verdadero centro del colapso de las finanzas europeas no está en los países periféricos sino que tiene como centro a Alemania y Francia, el corazón industrial de Europa. Una publicación financiera calcula que el Banco Deutsche está sentado en una montaña de deuda que en un 70% está “dañada”.
Pero, como destacó Lyndon LaRouche, el desplome del sector financiero se debe al desplome de la economía productiva real. El proceso de desintegración de la economía física es el motor. “Obama es el comandante en jefe de una fuerza incompetente, y los británicos no están mucho mejor”.
El caso de California es ejemplar. A finales de la Segunda Guerra Mundial, California había surgido como parte clave del Arsenal de la Democracia, con astilleros, fabricación de aviones y grandes laboratorios de investigación, entre ellos el Lawrence Livermore, el Jet Propulsion Lab y el Cal Tech. Todo esto se ha venido destruyendo a pasos acelerados en los últimos años, bajo los gobiernos de Schwarzenegger y de Brown.
Nuestro interés, por lo tanto, es la reconstrucción de la economía real, y eso empieza con reconocer y revertir los errores que se han cometido de manera consistente desde la muerte de Franklin D. Roosevelt. La reconstrucción empieza con nuestros programas educativos y de capacitación, que han sido destruidos. Las capacidades productivas de la generación de jóvenes estadounidenses actuales son inexistentes, en particular cuando se les compara con el nivel de productividad que teníamos hace dos generaciones.
Esta realidad pone de relieve la locura sin remedio de las provocaciones del Presidente Obama en contra de Rusia y China, las cuales no pueden tener otro efecto que no sea acelerar el colapso ya en marcha de las capacidades productivas de la población estadounidense.
Tenemos que sacar a Obama del cargo antes que él, bajo órdenes de los británicos, empiece una guerra mundial termonuclear. Tenemos que exterminar a Wall Street y Londres, que ya están de todas maneras irremediablemente en quiebra. Tenemos que empezar de cero, comenzando con la eliminación global de todas las deudas de casino acumuladas. No valen nada, así que solo hay que eliminarlas. Como dijo recientemente en el Foro Económico Mundial en Davos, el ex economista en jefe del Banco de Pagos Internacionales, William White, tiene que haber un Jubileo global para eliminar las deudas, como ha sido necesario repetidamente en el transcurso de los últimos 5,000 años.
Hay que eliminar las deudas de casino, e iniciar un programa crediticio como el de Franklin Roosevelt, para crear empleos e iniciar programas de capacitación para las generaciones de jóvenes con poca calificación y aprovechar las destrezas de las generaciones mayores en la medida que reconstruimos la economía y cortemos con toda la demencia que hay en torno a los preparativos de guerra contra Rusia y China.
Estrategas militares occidentales competentes reconocen que Rusia ha pasado por una genuina revolución cualitativa en sus capacidades de combate y de disuasión. Esto incluye nuevas generaciones de equipo militar y personal bien entrenado. El alto comandante naval de la OTAN elogió recientemente a los rusos por sus saltos tecnológicos en sus capacidades de guerra submarina.
Solo una oligarquía británica desquiciada y desesperada, y títeres como Obama, podrían contemplar una guerra moderna en contra de potencias importantes como Rusia y China, quienes no tienen ninguna intención de ser una amenaza estratégica. La amenaza más grave a la paz y la sobrevivencia del mundo es el proceso de colapso acelerado en la región trasatlántica. El cierre de la NASA y el desmantelamiento del sector automotriz, con sus capacidades de diseño de máquinas herramienta, fue la sentencia de muerte para la otrora poderosa economía del Sistema Americano de Estados Unidos.
