No
habrá represión. Nos dicen. Pero no es porque Burgos no tenga ganas. Es
porque no contaban con el nivel de adhesión y de organización del
ESTALLIDO CHILOTE...
Impresionante. No imagino de que forma podrían reprimir sin dejar la escoba y desgastarse y no lograr mover a ni un chilote ni chilota de su puesto de lucha. No contaban con nuestra mística. Con el amor por nuestro territorio y nuestro maritorio. No esperaban que todas las clases sociales se hayan apostado codo a codo en las calles. Abrazándonos y reconociéndonos como un solo pueblo. Nunca pensaron que la gran mayoria de quienes habitamos y somos habitados por Chiloé no nos molestaríamos por los cortes de acceso. Que asumiríamos que a falta de pan buenas son las tortas y que estableceríamos estrategias solidarias para soportar mejor la falta de acceso y los problemas de abastecimiento. Las salmoneras y el Gobierno pensaron que su implacable industrialización había destruido el tejido social y la identidad. Pero no. El espíritu de la chilotidad está intacto. Aporreado pero despertando.
Nunca se imaginaron que nos tomariamos la isla en unidad y con fuerza. Indignados. Pero también cantando y bailando. Y esa energía, miserables empresarios y políticos, no la apaga ninguna represión.
Impresionante. No imagino de que forma podrían reprimir sin dejar la escoba y desgastarse y no lograr mover a ni un chilote ni chilota de su puesto de lucha. No contaban con nuestra mística. Con el amor por nuestro territorio y nuestro maritorio. No esperaban que todas las clases sociales se hayan apostado codo a codo en las calles. Abrazándonos y reconociéndonos como un solo pueblo. Nunca pensaron que la gran mayoria de quienes habitamos y somos habitados por Chiloé no nos molestaríamos por los cortes de acceso. Que asumiríamos que a falta de pan buenas son las tortas y que estableceríamos estrategias solidarias para soportar mejor la falta de acceso y los problemas de abastecimiento. Las salmoneras y el Gobierno pensaron que su implacable industrialización había destruido el tejido social y la identidad. Pero no. El espíritu de la chilotidad está intacto. Aporreado pero despertando.
Nunca se imaginaron que nos tomariamos la isla en unidad y con fuerza. Indignados. Pero también cantando y bailando. Y esa energía, miserables empresarios y políticos, no la apaga ninguna represión.