La
prensa internacional nos habla de la existencia de 93 “presos
políticos” en Cuba, avalando -sin el menor contaste- una lista
presentada por el conocido “disidente” Elizardo Sánchez (1).
Ahora, hagamos la labor que estos medios no han hecho: leerla (2).
Encontramos
que de esas 93 personas, 11 ni siquiera están presas. Salieron de la
cárcel en el año 2010, mediante un acuerdo entre Cuba, España y la
Iglesia Católica, y se les aplicó entonces una “licencia extrapenal”
(3). Viven tranquilamente en sus casas, y 10 de las 11 han viajado ya
fuera del país, para participar en actos contra el Gobierno cubano y
para realizar lobby político a favor de las sanciones a la Isla (4).
Unos curiosos “presos políticos”.
Analicemos
las 82 personas que –según la lista- sí estarían en prisión: 7 fueron
condenadas exclusivamente por delitos de tipo “común”, como hurto, venta
ilegal o por negarse a pagar multas. Unos extraños “delitos políticos”,
sin duda.
5 más fueron
condenadas por espionaje y revelación de secretos de estado. En ningún
país del mundo serían considerados “presos políticos”.
Otras 61
personas están en prisión por uso de la violencia en diferentes grados,
algunas de ellas con numerosas muertes a sus espaldas (5). Secuestro de
embarcaciones o de aviones, rebelión e infiltración armada desde EEUU,
sabotaje, motín militar, atentado, amenazas, posesión de armas,
desórdenes públicos y daños, son algunos de los delitos (6). Poco que
ver, desde luego, con la actividad de “opositores pacíficos condenados
(…) por su actitud o actividades contestatarias”, tal como leemos en no
pocos medios de prensa (7).
De toda la
lista de 93, solo quedan 9 personas con delito de “desacato”, la mayoría
aún sin sentencia, de las que no se aporta información fiable para
extraer conclusión alguna.
Es decir: la
lista presentada por los grandes medios como la prueba de que el
presidente Raúl Castro mintió, el pasado 21 de marzo, al negar la
existencia de presos políticos en Cuba, es una absoluta farsa (8) (9)
(10).
Ahora
repasemos algunos conceptos básicos, como los de “presos políticos” y
“presos de conciencia”. No existe una definición única y clara, por lo
que tomaremos solo la que emplea Amnistía Internacional.
Una persona
“presa de conciencia” es –según esta organización- aquel preso o presa
de motivación política que “no ha recurrido a la violencia ni propugnado
su uso” (11). Por eso Amnistía Internacional no reconoce, a día de hoy,
ningún “preso de conciencia” en Cuba (12).
Esta
organización, sin embargo, reconoce como “presos políticos” o “presos de
motivación política” a todas las personas “cuya causa contenga un
elemento político significativo”, hayan o no usado la violencia (13). Si
utilizamos esta definición, tanto en Estados Unidos (14) como en el
Estado español (15) habría más de 500 presos políticos, de orígenes
ideológicos disímiles, incluso contrarios. En contraste, en Cuba habría
menos de 60.
Los grandes
medios, sin embargo, transmiten un mensaje bien distinto: niegan la
existencia de “presos políticos” en España (16) o EEUU, pero aseguran
sin pestañear que en Cuba sí existen, asociándolos, además, a “presos de
conciencia”, es decir, personas detenidas solo por sus opiniones o
acción política (17).
El Centro
Olof Palme de Estocolmo (18) fue una de las primeras organizaciones
internacionales que rechazó -por su sesgo y falta de seriedad- las
informaciones y listas del “disidente” Elizardo Sánchez y su Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, una organización
–por cierto- financiada por el Gobierno de EEUU, tal como se lee en un
cable de 2008 revelado por Wikileaks (19).
Con todo,
esta sigue siendo, hoy, la principal fuente informativa empleada por los
grandes medios internacionales a la hora de hablar sobre la situación
de los derechos humanos en Cuba (20) (21).
Por ello, no
es de extrañar que, como ocurrió con la lista del año 2011 –repleta de
nombres falsos-, los medios conviertan en “presos políticos” cubanos a
futbolistas bolivianos, a jugadoras de voleibol de Perú o a pintores
españoles del siglo XVIII (22).
O, como ocurre ahora, que hasta encontremos presos que vuelan en avión a EEUU.
*Coordinador de Cubainformación.