Anacronismo: nombre masculino
1.
Error que resulta de situar a una persona o cosa en un período de tiempo
que no se corresponde con el que le es propio.
"es un anacronismo describir
un encuentro entre Aristóteles y Arquímedes"
2.
Hecho o circunstancia actual que no es actual sino propia o
característica de las costumbres del pasado.
"cazar
con lanza hoy en día es un anacronismo"
Nuestro obsoleto modelo
económico no es solo debido al rentismo petrolero sino también al centralismo
caraqueño, dos anacronismos que se mantienen en el siglo XXI. Pareciera en ocasiones
que el mantuanismo caraqueño de la Venezuela colonial persistiera todavía. Ciertamente,
la Revolución detectó estos defectos y ha realizado intentos para superarlos
que, sin embargo, siguen siendo tímidos. Si no fuera por la baja terrible de
los precios petroleros, y si el petróleo se vendiera aun a 100$ el barril, no
cabe duda que las acciones casi desesperadas que hoy se están tomando para diversificar
la economía y las exportaciones, no se estuvieran poniendo en práctica. Seguiríamos
dependiendo casi exclusivamente del petróleo para la obtención de divisas y
ninguno de los “motores” que hoy se están enciendo habrían sido tomados en
cuenta.
Con respecto al centralismo caraqueño la
situación es equivalente, apenas uno de los tantos ministerios (el de
agricultura y cría) ha sido trasladado al interior. Yo me voy a permitir en
este escrito a reclamar para el estado donde pertenezco, Mérida, dos
ministerios: el de turismo y el de ciencia y tecnología. El Estado Mérida es
uno de los pocos (quizás el único) de los estados de Venezuela que se ha dado a
sí mismo una Ley de Ciencia y Tecnología, aprobada en el 2006 por el Consejo
Legislativo pero por razones de falta de visión de nuestros gobernantes nunca
ha sido aplicada. El Estado Mérida es el lugar ideal para crear una versión
original del Silicon Valley estadounidense, la Tsukuba japonesa o el Grenoble
francés. Un lugar donde se concentren los esfuerzos de la nuevas tecnologías
que el país necesita: fotovoltaica, eólica, solar, nano, electrónica y espintrónica,
por solo nombrar algunas con las cuales estoy familiarizado. Con respecto al
turismo, nuestra única competencia sería el precioso Oriente venezolano, con
sus magníficas playas y sabrosa gastronomía; aun así, Mérida compite por sus
inigualables paisajes, su clima de montaña, el teleférico más alto y bello del
mundo, su infraestructura ya instalada, su fácil acceso desde todos los estados
centrales y occidentales, así como desde la hermana república de Colombia con
quien tarde o temprano normalizaremos relaciones.
Aprovecho la
oportunidad para repetir lo que una vez le expresé al Comandante Chávez cuando
me pidió mi opinión sobre la LEU (Ley de Educación Universitaria): el
Ministerio de Educación Universitaria es otro anacronismo derivado del
desprecio de las clases altas (las únicas que tenían acceso a las
universidades) hacia las clases medias y bajas. Esa es una realidad superada en
una Venezuela que tiene más de 3 millones de estudiantes en sus universidades y
cientos de miles de nuevos graduados gracias a la inclusión lograda gracias a
las misiones. El Ministerio de Educación Universitaria debe desaparecer como
tal y sus funciones y atribuciones absorbidas por el Ministerio de Educación. Y
ojalá, sea creada una sola y única escala de salarios para todo el sector
educacional. ¿O creen Ustedes que es justo que una maestra de preescolar deba
trabajar al frente de veinte bebés, ocho horas diarias, cinco días a la semana,
darles de comer y cambiarle los pañales, por la tercera parte del sueldo de un
profesor titular de una universidad que apenas tiene 6 horas a la semana de
presencia física ante sus alumnos? ¡Por favor!