Estados Unidos tiene un partido subordinado que
disputó el gobierno de Brasil en las últimas cuatro elecciones
nacionales con el PT. Y en ellas fue derrotado. Nos referimos al Partido
Social Demócrata Brasileño (PSDB), que representa sin pudor los
intereses directos de EUA en el país desde antes de los 90. Desde 1995 a
2002 Fernando Henrique Cardoso (FHC) como presidente brasileño, sometió
totalmente el país a la política estadounidense.
El programa de gobierno de la banda de ladrones. Dos días antes de la votación en el senado de la separación de Dilma Rousseff de la presidencia de Brasil por 180 días -trámite previo para expulsarla- el nuevo presidente de la cámara de diputados, Waldir Maranhão (PSB), que sustituyó a Eduardo Cunha, decidió por medio de una maniobra burocrática anular todo el proceso de impeachment aprobado en diputados y pronto para votar en senadores el 11 de mayo.
“Ella (Dilma) no robó nada, pero está siendo juzgada por una banda de ladrones”
The New York Times, 15 abril 2016
The New York Times, 15 abril 2016
Era obvio que no se podía detener la anulación del mandato
de Dilma: se trata de una resolución tomada por el conjunto de la gran
burguesía brasileña, y en especial de su oligarquía financiera en
acuerdo con el imperialismo estadounidense. Luego de una amenaza de los
principales partidos golpistas (PMDB, PSDB, DEM, PSC, PPS, etc) de
quitarle el mandato, Maranhão dejó sin efecto la maniobra.
¿Democracia representativa?
Desde el comienzo de la segunda presidencia de Dilma Rousseff
con el nuevo congreso votado en 2014, en base a una ley que permite el
financiamiento empresarial de campaña electoral, el poder pasó a manos
de un legislativo rehén de los parlamentarios que comercian sus votos,
que son mayoría aplastante y sin ninguna diferencia en las dos
instituciones del congreso. Lo que el NWT denomina la banda de ladrones,
domina tanto en diputados como en senadores.
El impeachment a Dilma obtuvo 367 votos de los 513
integrantes de la cámara de diputados, o sea más del 70% de los
legisladores se reconoció como parte del golpismo corrupto. Y mientras
se votaba, desde la presidencia de la cámara se corrió la voz que se
ofrecían R$ 2 millones (más de 550 mil dólares) por el voto positivo al
impeachment, para algún indeciso de último momento.
Los votos pro-golpe pertenecían a la mayoría de los 28
partidos con representación parlamentaria, de los cuales no llegan a
cinco los que tienen algo parecido a un pensamiento político, o alguna
definición que pueda ser considerada con indulgencia como
“programática”.
Los varios partidos que reúnen a los evangélicos, por
ejemplo, se financian en negocios de lavado de dinero hacia offshores,
conducidos por “pastores” multimillonarios comerciantes de una fe que
promueve la intolerancia medieval. Son las varias decenas de corruptos
que dedicaron a dios sus votos por el impeachment, en la patraña
“legislativa” del 17 de abril. Bajo la conducción “evangélica” de Eduardo Cunha,
presidente de la cámara de diputados hasta el 5 de mayo, y lobista de
la mayoría de los parlamentarios elegidos por las empresas que pagaron a
través de él, sus campañas electorales. Por supuesto, con jugosas
comisiones de intermediación. Y ahora separado del cargo por el máximo
organismo de la Justicia: el supremo tribunal federal (STF) luego de
meses de acumularse toda clase de denuncias de corrupción en su contra,
por innumerables trapacerías de todas las clases.
El PMDB del vice-presidente Michel Temer,
es un frente único de oligarquías estaduales sin ninguna preocupación
por formular un programa nacional, más allá de la defensa de los
privilegios políticos y económicos conquistados en cada estado y región a
lo largo de los años.
De modo que un nuevo gobierno del actual vice-presidente
Temer deberá ejercer la presidencia como rehén y parte de la banda de
ladrones, donde las siglas de los partidos, sus programas inexistentes o
la disciplina partidaria a nadie le importa. Lo que significa que todas
las votaciones parlamentarias tendrán que ser compradas -como hasta
ahora- con dinero “vivo”, con cargos o prebendas.
A la cámara de diputados, bajo dominio de la banda de
ladrones no la van a convencer de un programa para el golpe con
argumentos de economía política, son delincuentes reincidentes con
múltiples causas abiertas a distinto nivel judicial.
De manera que el sistema constitucional presidencialista de
Brasil de dudosa integridad, ahora dejó de existir. Y el actual sistema
político no se puede denominar como democracia representativa. No
estamos sólo frente a un golpe. El próximo gobierno será la dictadura
lisa y llana de una banda de ladrones. No hay que esperar entonces
ninguna clase de de honestidad política, ni de condescendencia con las
reivindicaciones sociales y populares.
Hay que tener claro a qué situación se enfrenta desde ahora
la población. Y esto tiene enormes implicanciones no sólo respecto al
rumbo que tomará la economía del país que ya va encaminada al desastre y
a su sumisión a los intereses estadounidenses. Es momento de prever
cuál será el destino de los derechos y libertades que rigieron, con
muchas limitaciones, hasta ahora en Brasil.
En una nación en donde ya se ejerce el terrorismo de estado
contra los favelados, los pobres de las periferias urbanas y en
especial sobre los jóvenes negros y pardos que han sido asesinados por
centenas de miles en lo que va del nuevo siglo; en una sociedad donde el
racismo es estructural e institucional y se ejerce sobre más de la
mitad de la población; en un Brasil donde la tortura no es excepción
sino la práctica usual en las hacinadas cárceles del país, en las
unidades de policía pacificadora (UPP) y locales policiales de las
ciudades; en un extenso ambiente rural donde la justicia garantiza
impunidad a los pistoleros a sueldo de los terratenientes, de la
agroindustria, de los deforestadores, hidroeléctricas y corporaciones
extractivas de minerales; sería un grave error apostar algo a un iluso
diálogo democrático.
Se trata de un país en donde hasta hoy lo peor de la
represión es selectiva sobre determinados sectores de la población con
menores defensas o recursos. Pero a partir de ahora, es necesario prever
que el cambio de gobierno tiende a desembocar en una actitud represiva
generalizada frente a una rebelión juvenil, al descontento de los
asalariados, o la movilización de movimientos social-políticos fuertes
como el MTST (movimiento de trabajadores sin techo) o MST (movimiento de
trabajadores sin tierra) en la cúspide de un archipiélago de
movimientos sociales surgidos de la crisis del PT y de los partidos
políticos en general. Y que la violencia oficial se expanda a todos los
niveles, con el objetivo de defender y expandir los pilares principales
de la desigualdad social que desde las movilizaciones juveniles de junio
de 2013, está siendo cuestionada por distintos sectores de la población
Hasta hace muy pocos años el cuento de la “democracia
racial brasileña” era aceptado con ingenuidad por la población
afro-descendiente sin gran resistencia. Ahora gran parte de ella es
consciente que tiene menores ingresos, oportunidades y derechos civiles y
sociales que los blancos y enfrenta esa injusticia en varios planos y
en forma radical. En especial el feminismo negro actúa como vanguardia
de ese proceso.
Hoy también se generaliza la opinión de que los recursos
estatales que deberían volcarse a la salud, la enseñanza y los
beneficios sociales y jubilatorios, se los traga la corrupción
institucional que los desvía hacia los privilegios de la oligarquía y
sus funcionarios en los tres poderes del estado. La juventud, los
trabajadores y movimientos sociales se han rebelado ante ese atropello.
De modo que racismo y corrupción gubernamental, dos de los
pilares básicos de la extrema desigualdad brasileña -octava economía
mundial y en el lugar 75 (y en caída) en índice de desarrollo humano
(IDH)- empiezan a ser controvertidos por la población. Y la élite
económica que no acepta perder sus privilegios entregó el congreso a una
banda de ladrones para revertir la situación.
Para ellos y EUA -que ya aplicó la fórmula en varios
continentes- la estrategia pasa por un golpe “institucional” ya
encaminado, que legalice la violenta represión a aquellos que se opongan
y que no acepten el plan burgués e imperialista de abrir un nuevo
proceso de acumulación de capital, en base a un pillaje de la economía
de los trabajadores, del amplio sub-proletariado precarizado surgido
bajo los gobiernos petistas, de los pensionistas y jubilados y sectores
populares en general.
Más aún si tenemos en cuenta la trayectoria política del
vice-presidente que sustituirá a Dilma. El próximo presidente Michel
Temer, fue durante tres ocasiones Secretario de Seguridad en São Paulo,
el centro represivo de la dictadura, bajo gobierno de Franco Montoro,
fundador del PSDB. Cargo que ejerció para encubrir los crímenes y la
tortura de la policía civil y militar del estado, en el período de
transición desde la dictadura militar hacia la “democratización”. Por su
actividad como Secretario de Seguridad en São Paulo fue electo dos
veces diputado de la bancada de la bala y luego pasó a la presidencia de
la Cámara de Diputados por su colaboración en la compra de votos -en
dinero, concesiones de radio y TV y cargos en todos los escalones del
estado- para instaurar la reelección de Fernando Henrique Cardoso
(PSDB). Para completar su trayectoria recordemos que fue uno de los
testimonios de defensa del mayor torturador y asesino de la dictadura
militar: el coronel Brilhante Ustra. A quien Jair Bolsonaro, líder
actual de la bancada de la bala del parlamento, dedicó su voto por el
impeachment.
Con esa trayectoria -oculta mientras el PT lo aceptaba como
vice-presidente de Dilma en la alianza con el PMDB- hoy es el futuro
sucesor en la presidencia. Con esa historia política apostar al diálogo
democrático con ese crápula es una ingenuidad que la población puede
pagar muy caro. Toda orientación que no sea enfrentar con la
movilización popular a la banda de ladrones y sus jefes de la
oligarquía, desde ya, es una error condenado al fracaso. Y con
consecuencias nefastas para el pueblo brasileño.
Estado Unidos interviene silenciosamente en el golpe
Es bueno recordar que Estados Unidos negó toda intervención
en el golpe militar de 1964 en Brasil, pero luego apareció la
documentación que no sólo probaba su activa intervención pro-golpe, sino
que incluso demostraba que tanto EUA como Gran Bretaña habían
adiestrado torturadores para la represión militar. Y esa ingerencia en
nuestro continente se extendió luego a todos los países en las décadas
siguientes. Alguien puede creer que los gobiernos estadounidenses a
partir de ahora abandonen su intervencionismo en el continente, cuando
tenemos sus ejemplos golpistas recientes en Venezuela (2002) Honduras
(2009), Paraguay (2012) y otros varios intentos similares en centro y
sudamérica?
Así que el actual, es un silencio cargado de suspicacia,
más aún con un Imperio que demuestra amplia decadencia económica luego
de sus aventuras militares en Afganistán, Irak y otros países de Asia.
Alguien puede dudar que EUA codicia con avidez el mercado
interno y externo brasileño y sus recursos naturales? Y que prevé que el
dominio sobre Brasil sea la llave para recuperar su absoluto control
sobre todo el continente?
Estados Unidos tiene un partido subordinado que disputó el
gobierno de Brasil en las últimas cuatro elecciones nacionales con el
PT. Y en ellas fue derrotado. Nos referimos al Partido Social Demócrata
Brasileño (PSDB), que representa sin pudor los intereses directos de EUA
en el país desde antes de los 90. Desde 1995 a 2002 Fernando Henrique
Cardoso (FHC) como presidente brasileño, sometió totalmente el país a la
política estadounidense. Con la mayor privatización realizada en la
historia de Brasil entregó Telebras -empresa telefónica estatal- a doce
compañías privadas que luego se revendieron y convirtieron en una
oligopolio que además de dar un servicio pésimo, hoy es el peor y más
caro del continente. Y privatizó la minera Vale de Rio Doce -actual
Vale- por un vigésimo o menos de sus valor real. Las voluminosas coimas
otorgadas al PSDB, por estas privatizaciones sellaron una alianza
histórica del Departamento de Estado con ese “partido” que ahora se
fortalece con el golpe.
En la campaña electoral de 2014 Aecio Neves -un inútil y
corrupto figurón de la oligarquía “mineira”- candidato presidencial del
PSDB, se comprometió si ganaba la elección, a nombrar como ministro de
“fazenda” a Armínio Fraga, funcionario destacado del Grupo de los 30, el
principal organismo financiero privado neoliberal estadounidense e
inventor de los “derivados de crédito”, que llevaron a la crisis
económica 2007-08, aún no superada. Fraga es un personaje de triste
memoria para los asiáticos, pues como gestor del Fondo Soros, ejecutó un
ataque especulativo contra Tailandia en 1997, que otorgó al capital
financiero un lucro de más de 700 mil millones de dólares. Es decir,
Neves se comprometía a entregar la conducción de la economía brasileña
en manos de un funcionario sin escrúpulos de la élite económica del
capital financiero internacional y socio de Soros.
Por eso EUA no precisó enviar un diplomático para negociar
con los articuladores del golpe actual. Esa función la cumple para ellos
el PSDB. Por eso tampoco no es sorpresivo que al día siguiente a la
votación del impeachment, en un viaje poco divulgado, uno de los líderes
del PSDB del senado, Aloysio Nunes, voló hacia Washington en
representación de los golpistas para tres días intensos de reuniones con
autoridades estadounidenses, líderes políticos, además de lobistas y
personas influyentes próximas a Hillary Clinton.
Las reuniones fueron de altísimo nivel: con miembros del
Comité de Relaciones Internacionales del Senado: Bob Corker (republicano
de Tennessee) y Ben Cardin (demócrata de Maryland); y con el
subsecretario de Estado y ex embajador de Brasil, Thomas Shannon.
Hasta aquí el besamanos normal de un representante colonial
ante los altos funcionarios del Imperio. Pero para el PSDB y su
fijación política con las coimas, el principal evento era un almuerzo
con la empresa lobbista de Washington, Albright Stonebridge Group,
comandada nada menos que por la ex secretaria de estado de Clinton, la
canalla Madeleine Albright -del embargo a Irak que costó la vida a más
de medio millón de niños irakíes- y por el secretario de comercio de
Bush, ex director ejecutivo de Kellogg, Carlos Gutierrez. Sin lugar a
dudas se trató de un recibimiento privilegiado, quizá agendado
directamente por FHC. Recordemos que el senador Aloysio Nunes como
garantía de transacciones con EUA no es un inexperiente parlamentario:
está señalado por reiteradas denuncias de corrupción y de propinas
ilícitas de “caja dos” para su campaña electoral y por “intermediar”
contratos con Petrobras. Es decir, un personaje que brinda amplias
garantías al Imperio.
Un programa económico neoliberal en contra de la mayoría del pueblo de Brasil
El programa económico de los golpistas ya empezó a ser
esbozado y en algunos aspectos se comenzó su aplicación. Parece difícil
que tenga alguna novedad. Todo indica que Brasil quedará bajo la
dirección de economistas neoliberales de la versión Consenso de
Washington, es decir subordinados a políticas fiscales y monetarias
recomendadas para los países sudamericanos por los organismos con sede
en Washington: Banco Mundial, FMI, Reserva Federal y Departamento del
Tesoro estadounidense.
Es importante dejar claro que los ajustes fiscales en la
crisis económica, como el que Dilma Rousseff estaba aplicando desde
inicios del 2015 para recuperar la aceptación del capital financiero a
su gobierno, se trata de un programa aconsejado para países
dependientes, ya que no son los que el próprio EUA aplica en su
economía. En la crisis económica 2007-08 Estados Unidos entre esos dos
años duplicó el déficit público para recuperar la economía y en los
cuatro siguientes (2009-2012) más que triplicó -en cifras globales- los
déficit anteriores a la crisis haciéndolos superar más del billón (en
español, millón de millones) de dólares anuales. Esto, con la ayuda de
la Reserva Federal -entidad privada del capital financiero- que emite
los dólares al costo de sus gastos de impresión.
Como nos recuerda el periodista Joao Feres Jr. en Jornal
GGN “este programa tiene olor a papeles mohosos de los años 90,
relegados luego a las cloacas de la ideología” . Papeles a los que no se
han molestado ni pasar un plumero. Y que darán continuidad al ajuste
fiscal aplicado por Dilma Rousseff para congraciarse con la burguesía
brasileña e imperialista.
Las enormes movilizaciones contra el gobierno petista en
2016, arrastraron a la mayoría de la clase media brasileña y un sector
importante de trabajadores y sectores populares afectados por los planes
de ajuste fiscal de Rousseff . Planes contrarios a lo prometido por el
PT en la campaña electoral del 2014. Que hundieron la economía en una
recesión que ya puede medirse como la peor de los últimos 116 años. Con
retroceso del producto interno bruto (PIB) del 3,8% en 2015 y 3,5% en
2016 -proyección de organismos internacionales- el sexenio 2011-16
tendrá una media de crecimiento de 0,16% anual, tres veces menor (0,44%)
que el sexenio Sarney-Collor que hasta ahora tenía el récord del
desastre. Por su parte la desocupación abierta ya sobrepasó los 10
millones de desocupados en enero de 2016, sin contar el subempleo, la
precariedad y quienes desalentados ya no buscan más trabajo.
A esta trágica situación económica para los sectores
populares el nuevo programa del futuro presidente Michel Temer nos
anuncia reducción del gasto público en políticas sociales y gasto
ilimitado en beneficio del fundamentalismo de mercado.
Es lo que exigió al futuro “mandatario” Temer, el
presidente de la Confederación Nacional de la Industria (CNI): Hay que
arrasar con la legislación favorable a los trabajadores y las leyes
jubilatorias onerosas “para mejorar el ambiente de negocios”. Esta
pretende ser la tónica de la asignación de recursos en la economía, sin
ninguna concesión a los sectores populares.
La priorización del sector privado como motor económico y
la reducción radical del peso del sector público, tienen en primer lugar
la mira dirigida a destruir Petrobras y privatizar el sector petrolero
en beneficio de las corporaciones imperialistas que quieren apropiarse
del Pre-sal. Orientación iniciada por los gobiernos petistas al aceptar y
utilizar la corrupción en Petrobras para financiar campañas electorales
o alimentar cuentas offshore. Con el golpe, la privatización pretende
abarcar otra magnitud. Va mucho más allá. Sus consignas se sintetizan en
dos palabras “ privatizar todo ” como definió sin eufemismos José
Olympio Pereira, Presidente de Credit Suisse en Brasil, em discurso
reciente en Brazil Conference de Boston.
Los dos primeros objetivos a privatizar son la enseñanza
pública y el Sistema Único de Salud. La intención es de liberalización
total del mercado interno a la codicia de las transnacionales y la
apertura externa sin controles como estrategia fundamental de inserción
en la economía mundial. El Alca y todas las variantes del libre comercio
vuelven a estar a la orden del día. Incluida ahora la ofensiva
estadounidense por la desregulación y apertura suicida de los países
respecto a los servicios. Políticas ya demostradas como un total fracaso
respecto a la soberanía económica de las naciones, y resistidas en las
décadas del 70, 80 y 90 del siglo pasado.
Continuar con el sistema tributario basado en impuestos al
consumo, extendiendo aún más la reducción o eliminación de toda clase de
gravámenes al capital y sus ganancias y derogando cualquier restricción
o impuesto al movimiento internacional de capitales. Incluida la libre
remisión de utilidades de las empresas extranjeras a sus sedes
centrales. Concesión oportunamente utilizada por las empresas de la
industria automotriz durante la crisis de 2007-08. Aquí también debemos
dejar claro que el petismo no encaró en ningún momento una reforma del
sistema tributario brasileño cuya recaudación proviene en un 44% del
consumo lo que rigió durante sus cuatro ejercicios. En este sistema
tributario regresivo los mayores impuestos -respecto a sus ingresos- los
pagan la mujeres negras, el sector más explotado de la sociedad.
Y como una regla impuesta desde el Plan Real bajo FHC en
adelante, los ministros y funcionarios a cargo de la cartera económica,
-y en especial del Banco Central- deberán ser personajes pertenecientes y
con trayectoria en actividades especulativas del capital financiero.
En ese sentido los gobiernos del PT no rompieron la regla,
desde Henrique Meireles, director del Banco Central (2003-2011) bajo
presidencia de Lula y proveniente del Banco de Boston, hasta Alexandre
Tombini director del BC en la presidencia Dilma Rousseff de 2011 en
adelante y proveniente del FMI (2001-2005) Y también los dos últimos
ministros de “fazenda” de Dilma Rousseff provienen del capital
financiero. Joaquim Levy -que ocupó cargos en Bradesco, en varios
departamentos del FMI, del Banco Central Europeo y el Banco
Interamericano de Desarrollo- y al salir del Ministerio da Fazenda de
Brasil a principios de 2016 fue nombrado Director Financiero del Banco
Mundial (BIRD). Es el futuro que espera a Nelson Barbosa, continuador
del ajuste fiscal de Levy y actual ministro de economía, que proviene
del BNDES- y cuando deje el ministerio que hoy ejerce en Brasil, tendrá
de inmediato ofertas de organismos financieros subordinados a EUA.
Y esto es así porque el principal saqueo a Brasil es el del
capital financiero a través de la Deuda Pública y Extranjera y los
tramposos mecanismos de interés sobre interés, que no responden a
ninguna contrapartida de capital otorgado, como ya demostró la auditoría
pública de la deuda realizada en Ecuador bajo gobierno de Correa. El
fraude de la deuda en Brasil es el pilar fundamental de la desigualdad
social del país. De los cuatro ejercicios presidenciales del PT, sólo
unos pocos meses se intentó reducir las tasas de interés que rigen en el
país y lo someten a un pillaje del capital financiero nacional e
internacional. Durante la mayor parte de los cuatro gobiernos petistas
se aceptó las imposiciones de los rentistas nacionales, las 20 mil
familias más ricas de Brasil que detentan el 80% de los títulos públicos
en el país. Y las exigencias de la banca extranjera, las entidades
intermediarias de la colocación de la deuda y los fondos de inversión
imperialistas que lucran con ella.
Mientras en Brasil la tasa de interés impuesta en 2016 por
el gobierno Rousseff es 14,25%, tanto en EUA como en otros mercados de
capitales del mundo las tasas de interés son cercanas a cero o
directamente negativas.
El resultado de este saqueo es que la deuda acumulada en
2015 alcanzó casi un billón de reales (R$ 962 mil millones). Al ritmo de
un crecimiento de 2.630 millones diarios . Lo que transformó a la deuda
interna en casi 4 billones de reales (3.936 billones) y la deuda
externa en más de medio billón de dólares (más de 545 mil millones de
dólares). Y este despojo que con certeza continuará y crecerá bajo una
presidencia de Temer, es responsabilidad directa del gobierno petista,
que en su idilio con el capital financiero internacional fue incapaz de
enfrentar su pillaje con una auditoría ciudadana de la deuda.
Agitación Juvenil y huelgas de profesores
El objetivo de los golpistas de privatizar la enseñanza
pública no es una batalla futura ya se está desarrollando en los
principales estados de Brasil.
El PSDB desde los estados que gobierna adelantó los
primeros proyectos de privatizar la enseñanza en 2015. En Paraná, Beto
Richa (PSDB) elegido gobernador en 2014 quiso aplastar a los profesores
con la violencia policial poco después de asumir. Encontrando una
resistencia feroz de los educadores y perdiendo toda credibilidad a
meses de su elección.
En São Paulo la privatización de la enseñanza fue la razón
de las ocupaciones de escuelas de noviembre\diciembre de 2015 por los
secundaristas. Las ocupaciones y las movilizaciones em SP obligaron a
renunciar al secretario de enseñanza del estado Herman Voorwald, que
luego de enfrentar la más larga huelga de profesores estaduales -89
días- comenzó el plan privatizador de la enseñanza secundaria cerrando
92 colegios y desplazando a otros centros de enseñanza a más de 300 mil
estudiantes. Los secundaristas de São Paulo derrotaron el plan de cierre
de escuelas públicas de uno de los gobernadores más reaccionarios del
PSDB, Geraldo Alckmin con más de 200 ocupaciones de colegios y
enfrentamientos con los letales PMs paulistas, los campeones del crimen
policial en el país. En principios de 2016, el nuevo secretario de
educación de SP Renato Nalini comenzó por prometer mucho diálogo,
impulsando el mismo plan privatizador.
Estos choques en SP estuvieron precedidos por un programa
privatizador similar en el estado de Goias donde también hay un gobierno
del PSDB. El gobernador Marconi Perillo en 2015 tomó por sorpresa a
educadores y estudiantes e impulsó la privatización radical de la
enseñanza. Pero luego de la experiencia estudiantil en SP, en 2016 los
estudiantes del estado de Goiás, en el centro oeste del país, ocuparon
decenas de escuelas y se enfrentaron a la represión policial en lucha
contra los recortes y la privatización de la enseñanza en ese estado. El
31 de marzo de 2016, el gobernador Marconi Perillo (PSDB) fue condenado
por la justicia de Goiás por improbidad con separación del cargo y
pérdida de los derechos políticos por cinco años. Otro indicador de que a
banda de ladrones no está circunscripta a los delincuentes que coparon
el parlamento.
En João Pessoa, Paraíba, en febrero de 2016 estudiantes
secundarios manifestaron contra el aumento del transporte junto a
trabajadores y en marzo los estudiantes de la universidad federal
ocuparon el rectorado y estuvieron más de 153 horas en huelga de hambre
contra los recortes educativos.
En Río de Janeiro, tomando el ejemplo victorioso de los
secundaristas de São Paulo, estudiantes universitarios y secundarios
salieron a la lucha junto con los profesores contra los ajustes fiscales
a la educación aplicados por el gobernador del PMDB, Luiz Fernando
Pezão. El gobernador, que condujo los fraudes en las obras para las
olimpíadas de 2016, culpó la falta de recursos a la disminución de la
recaudación de los royalties del petróleo que cubren el 30% del
presupuesto del estado. Sin mencionar las exenciones fiscales concedidas
a las empresas en medio del espejismo petrolero del pre-sal. Llegaron a
70 los colegios ocupados, creando grupos de trabajo y organizando
debates sobre la educación y el país. Los alumnos cuentan con apoyo de
los padres y los profesores. El movimiento de ocupación es horizontal
como en São Paulo, las decisiones se toman en asamblea, donde sólo los
alumnos tienen voz.
Igual que en São Paulo, los estudiantes encontraron en los
locales cantidad de material de estudio sin uso, marcado para descarte.
Altoparlantes, material de laboratorio e instrumentos musicales,
guardados sin ninguna preocupación por su deterioro. En Queimados en la
Baixada Fluminense los colegios están cribados de goteras, lámparas
quemadas, paredes cayendo, residuos de todo tipo, nidos de palomas y
murciélagos y otra infinidad de problemas.
La experiencia paulista los previno de ONGs y
organizaciones estudiantiles como “Estudiantes por la libertad” -de
origen made in USA- y políticas que pueden tratar de copar el
movimiento. Alertando que toda ayuda es bienvenida, mientras los alumnos
ocupantes mantengan el derecho exclusivo de sus decisiones. El
movimiento que ya se prolonga por más de un mes se auto bautizó como
“Ocupa Tudo”
En São Paulo, Belo Horizonte y Porto Alegre se
desarrollaron también manifestaciones de la juventud contra los aumentos
de los boletos y en esta última capital, masivas manifestaciones
triunfaron obligando al gobierno a retroceder.
En la actualidad el enfrentamiento con los estudiantes en
SP es alrededor del mayúsculo fraude privatizador del gobierno Alckmin
con la merienda escolar. Allí el gobierno corrupto del estado y
empresarios ladrones se enriquecen robando el alimento de los
estudiantes. En abril las manifestaciones multitudinarias juveniles
cerraron la Avenida Paulista en dos oportunidades. Los últimos
acontecimientos de la movilización juvenil y estudiantil fueron la
ocupación y desalojo por la policía del Centro Paula Souza tomado por
quienes reivindican almuerzo y recursos, en las escuelas técnicas
estaduales. Y acusan al nuevo secretario de educación de SP de pretender
aplicar la misma reforma derrotada en diciembre de 2015. Los
desalojados del CPS se sumaron a otras ocupaciones de escuelas técnicas.
Brasil quedará en manos de una banda de ladrones.
La movilización estudiantil de las generaciones que cumplen
su mayoría de edad en las dos primeras décadas del siglo, está a la
vanguardia del enfrentamiento a una clase política degradada e infame.
De ella nada se puede esperar, desde que el PT renunció a hacer política
por medio de la movilización social y abrazó la conciliación de clase
con la burguesía. Y de esto amplios sectores de la juventud ya es
consciente.
La generosidad juvenil y su rechazo a la clase política
brasileña es un ejemplo y una esperanza. Pero se está lejos aún de
iniciar un proceso que cuestione el orden social existente. Para esto se
precisa unificar el descontento popular y enfrentar sin tregua al
sistema político-económico en decadencia. Está lejos de perfilarse un
movimiento social-político nacional que cumpla con esta tarea. Y a
partir del 11 de mayo el país estará sin restricciones en manos de una
banda de ladrones.
Referencias
Glenn Greenwald, Andrew Fishman y David Miranda. Brazil Is
Engulfed by Ruling Class Corruption and a Dangerous Subversion of
Democracy The Intercept. 18 de marzo 2016.
Joana de Moraes Monteleone. Ainda vivemos sob o Judiciário da Ditadura
Joâo Feres Jr. A Pinça antidemocrática
Jose Eustáquio Diniz Alves. O sexénio (2011-16) perdido e a crise fiscal. EcoDebate
https://www.ecodebate.com.br/
Maria Lucia Fattorelli. Dividômertro 2015.
Mauricio Fidalgo. E as ocupações de escolas chegam ao Rio.
http://outraspalavras.net/Fuente: La Haine