La defensa de Francisco Flores Freitas y
Efraín Campo Flores, sobrinos de la primera dama de Venezuela, pusieron
hoy en duda la reputación de los informantes de la DEA cuya
colaboración con el Gobierno llevó a que fueran acusados de conspirar
para llevar droga a Estados Unidos.
Durante la primera audiencia de
supresión de evidencias con miras al juicio por presunto narcotráfico
previsto para comenzar en noviembre en la corte federal en Manhattan,
los abogados dijeron que los informantes, que no han sido identificados,
eran mentirosos y que mientras cooperaban y recibían una compensación
económica de la DEA estaban en el negocio del narcotráfico.
Incluso señalaron a uno como consumidor
de cocaína y que un informante de Honduras, que usaba silla de ruedas y
fue asesinado en ese país, debía más de un millón de dólares.
Igualmente, durante el interrogatorio al
principal agente del caso, Sandalio González, los abogados señalaron
los comentarios sexistas, racistas y vulgares de uno de los informantes.
Uno de los seis abogados de la defensa,
al que se unió recientemente Elisabeth Espinoza, de origen colombiano,
cuestionó a González si no sabía que los informantes eran
narcotraficantes y que gastaban el dinero que le pagaba la DEA para
comida y hotel en drogas y prostitutas.
De acuerdo con el agente, él autorizó
varios pagos de 10.000 dólares para informantes y aseguró que desconocía
el uso que le daban al dinero. Pero en el interrogatorio con la
Fiscalía confesó que las prostitutas eran pagadas por Flores y Campo.
El agente señaló que el pasado junio dos
de los informantes fueron confrontados por la DEA sobre su negocio
ilegal de drogas. Ambos están ahora presos por narcotráfico, pero no se
dieron más detalles.
La defensa ha cuestionado que no está
claro que quienes los arrestaron hayan sido policías porque llevaban
máscaras y que sus uniformes no estaban identificados.
(Agencias)