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Aquí el problema es el miedo. China tiene miedo de perder algo que siempre ha dicho que es suyo, la pequeña isla: Taiwán. No es un miedo a perder una guerra si no a no querer perder su isla y dañar al mundo si sucediera un enfrentamiento ya que su potencial militar y armado es tan poderoso que una guerra con EE.UU. los obligaría a usarlas, entre ellas sus armas nucleares.
Y por eso, por el miedo que tiene, hará o haría todo lo que esté en sus manos para no perderla, y digo, todo.
Y aquí viene lo bueno: China siempre ha amenazado con invadir, incluso militarmente a Taiwán, si se le ocurre declarar la independencia total de China.
Luego entonces, estos días una llamada de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, encendió todas las alarmas.
Más cuando protestó China de lastimar la "cortesía" que EE.UU. ha tenido en las últimas décadas de darle por su lado a China y aceptar que es "toda una", "toda unida", incluida la isla, sin cuestionar los problemas "personales" entre los chinos de la China "grandota", la que conocemos, la continental, y la República de China, la "chiquita", la que conocemos como "Taiwán", pues la protesta de China recibió otro revés de Trump al decirle que ni China le puede decir cómo debe de comportarse.
Esto más una previsión de que la presidenta de Taiwán ahora que va para el continente americano pueda visitar a Trump, tiene a Pekín en alerta máxima.
Porque si Trump se le ocurre proteger a Taiwán, le aseguro que nadie, nadie va a querer ceder, no sólo por la necedad política, sino por el prestigio, el orgullo y la dignidad de ambos gigantes ante el mundo.
China tendrá que cumplir la amenaza de siempre, Taiwán es mío, y Trump, ya como capitán de EE.UU., no retirará la protección militar si decide dársela, luego entonces, las cosas son de verdad importantes. Y si no es por el lado militar, entonces por el desastre económico.
Como respuesta de Trump a la protesta de China de por qué habla con la indeseable presidenta de Taiwán, también acusó a al Gobierno chino de sobrevaluar el yuan (la moneda china) para jugar sucio y favorecer a los exportadores chinos además de imponer impuestos a los productos "gringos".
Trump quiere que China baje su moneda a niveles reales, pero los chinos no quieren porque eso les desplomaría todo. Además Trump ha amenazado con imponer impuestos en EE.UU. a los productos chinos.
Si no se prepara una guerra mundial militar, entonces podríamos estar viendo las bases de un cataclismo financiero por lo menos contra una sobrevaluada economía china.
Mientras este posible pronóstico se fragua, China, en un gesto de "quién sabe qué", se robó una sonda submarina de EE.UU. que navegaba en aguas internacionales, lo que es prohibido por el derecho internacional y lo que es peor, que es una agresión evidente, y más aún, un mensaje de algo.
¿Quiere descifrarlo en Detrás de la Razón? Trump y China en un duelo de titanes. Entre la inteligencia financiera y la intrepidez del empresario.
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres y Madrid, siete de la tarde; México a las 12 y Colombia, una de la tarde.
Por: Roberto de la Madrid.
FUENTE / Hispantv
