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REUTERS/ Lean Daval Jr.
El mandatario filipino, Rodrigo Duterte, conocido por sus fuertes declaraciones contra críticos y adversarios políticos, alzó la voz en contra de los sacerdotes católicos como respuesta a la alarma expresada por la Iglesia por las crecientes matanzas en el marco de la 'guerra antidrogas'.
Duterte
afirmó que la Iglesia católica —religión profesada por un 80% de la
población— no tiene la superioridad moral para criticar la violenta
lucha contra las drogas.
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"¿Qué es la base de su superioridad moral en
Filipinas? ¿La religión? Y ¿qué significa? No nos ayudan, solo siguen
hablando", afirmó el presidente citado por el medio Philstar.
El mandatario enumeró varios episodios de la historia del país que subrayan las deficiencias de la Iglesia.
Primero,
mencionó la petición por parte de los sacerdotes de "proporcionarles
vehículos de lujo", aunque "no los merecían ni tenían el derecho de usar
propiedad y dinero [del Gobierno] para su confort". No obstante, de
acuerdo con el medio, tras el escándalo, los vehículos que se usaban
para misiones humanitarias fueron devueltos.
Segundo, denunció la falta de transparencia en el uso de los fondos
de la Iglesia. "Ganan millones cada semana por todas Filipinas. Hay
muchas iglesias. ¿Adónde va el dinero?", preguntó el mandatario.
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"Van contando dinero en vez de profesar en los
barrios cercanos (…) Si quieren parar las matanzas, será suficiente
profesar en contra de la industria de las drogas, pues en el país la
mayoría de la gente son católicos", aconsejó Duterte.
Finalmente,
el mandatario de la nación isleña mencionó los escándalos de abuso de
menores, así como las alegaciones sobre la homosexualidad en las filas
de los sacerdotes.
"¿Qué van a hacer para investigar todo esto? Idiotas", afirmó.
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"Ustedes viven en palacios mientras sus
seguidores viven como vagabundos, y ahora ¿están hablando de santidad?
Mírense al espejo", concluyó.
