H. Puebla de Zaragoza a 6 de enero del 2017
A los medios de comunicación nacionales e internacionales
A los organismos defensores de derechos humanos
Al pueblo Mexicano
Los
hechos ocurridos en los últimos días focalizados en los estados de
México, Hidalgo, Veracruz y Puebla son una muestra de cómo el gobierno
mexicano aplica mediante el Terrorismo de Estado las políticas
neoliberales que solo benefician a la oligarquía trasnacional. El
aumento de precios a la gasolina, tarifas de luz, de gas, como parte de
una escalada de precios generalizado, es el tiro de gracia para el
pueblo mexicano. Lo que representa la aceleración de la pauperización y
precarización de la vida de millones de trabajadores sujeta a la
especulación de precios.
Los
llamados “saqueadores” corresponden a una táctica gubernamental
implementada por sus legendarios grupos corporativos y de choque para
eximir de responsabilidad al propio Estado, no obstante, hoy se tiene
conocimiento de que esos lumpen fueron llevados en camiones y carros
particulares a centros comerciales para saquearlos, supervisados por
líderes con la promesa de pagarles por ello además de que se quedaran
con todo lo que sustrajeran de las tiendas y con la garantía de que no
habría castigo penal ni represalia alguna. Se suma a esto la
descomposición social producto de la puesta en marcha de la violencia de
Estado abierta desde el 2006 y la precarización de las condiciones de
vida, lo que provocó que la gente sin claridad política y espontaneísmo
puro se sumara a los saqueos con la ilusoria idea de hacerse de objetos
que su salario no les ha permitido obtener más que a través de las
instituciones crediticias.
Saqueos
orquestados desde las altas esferas del poder, evidencias de ello
circulan por las redes sociales videos en donde patrullas de la policía
estatal, municipal se presentaban mucho tiempo después de que los
saqueos iniciaran pese a que habían sido “convocados” públicamente por
redes sociales y lo que resulta aún más grotesco era que los elementos
permanecían únicamente observando los hechos, como si esa hubiera sido
la indicación desde el principio.
El
objetivo es claro: generar confusión pánico, terror y un enfrentamiento
fratricida entre la población, justificación perfecta para declarar un estado de excepción,
y así la intervención inmediata de las fuerzas castrenses, la marina,
así como de las distintas corporaciones policiacas y con ello el uso
desmedido de la fuerza en contra de la clase explotada. De esta forma se matan dos pájaros de un tiro: bajo el terror se ceden los derechos y libertades a cambio de “protección” y se “recupera” obligadamente el statu quo, perdido por las múltiples violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos en contra del pueblo.
Una
medida de estas magnitudes permitiría la imposición a sangre y fuego de
cualquier incremento a los impuestos, pagos de servicios públicos o
precios de la canasta básica, etc; lo cual no podemos tolerar, no es la
primera vez que el gobierno pone en marcha al enemigo interno para
justificar la violencia de Estado. La confusión y desinformación es el
perfecto caldo de cultivo para el pánico y la histeria colectiva, pues
pese a que han existido saqueos en diferentes puntos de la ciudad hay
muchos rumores y especulaciones, las sirenas suenan y la gente en
multitud corre asumiendo que los saqueos están a la vuelta de la esquina
que los saqueadores han entrado a negocios pequeños, casas y robado
carros a pesar de que nadie tiene pruebas de ello. En distintos puntos
de la ciudad, en colonias populares principalmente la gente se ha
organizado y ha salido a las calles con palos y tubos, han cerrado
calles en espera de los “saqueadores”. Rafael Moreno Valle, permanece en
silencio en espera de los alcances de este experimento gubernamental,
para finalmente aplicar esta medida punitiva y totalitaria.
De
llevarse a cabo esta inhumana medida, traería consecuencias desastrosas
para el grueso de la población, pero en particular para los luchadores
sociales, activistas y aquellos que han manifestado una posición
contraria al régimen; sería el pretexto perfecto para la cacería de
brujas, es por ello que no debemos de dejar de señalar al verdadero
responsable del momento actual de lo que está ocurriendo y denunciar en
todo momento sus verdaderas motivaciones.
La
liberación de precios es una grave violación a derechos humanos que
vulnera lo fundamental: la alimentación, la salud, la educación,
trabajo, vivienda. Esta liberación de precios refleja las crisis por las
que atraviesa el sistema, que deriva en que se reduzca el poder
adquisitivo de la población asalariada lo que provoca el engrosamiento
de la cifra de mexicanos en la pobreza y la miseria, hechos que generan
descontento y que se ha visto reflejado en las acciones políticas de
masas. Cualquier acción cargada de combatividad y claridad política,
fortalecerá el movimiento popular.
La
exigencia del alto al incremento en el precio de la gasolina, las
tarifas de la luz, gas y otros servicios, debe estar acompañada de la
exigencia de mayor inversión para garantizar los derechos económicos,
sociales y culturales, no obstante las demandas económicas no son
suficientes si no van acompañadas de las demandas políticas y de la
transformación del sistema económico. Este momento exige de mayor
combatividad y creatividad en la exigencia de nuestros derechos
constitucionales y humanos, hacerlos de manera organizada es una
imperiosa necesidad.
¡Todas y todos en lucha combativa y creativa en defensa de nuestros derechos!
¡Desmilitarización y desparamilitarización del País!
¡Alto al Terrorismo de Estado contra el pueblo!
Fraternalmente
Por la Unidad Obrero, Campesino, Indígena y Popular
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS
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Dignidad, Justicia, Libertad
Red de Defensa de los Derechos Humanos
REDDH