EL MÁS INTOLERANTE GANA
LA DICTADURA
DE LAS PEQUEÑAS MINORÍAS
El mejor ejemplo que conozco para reflexionar sobre el funcionamiento de un sistema complejo es la siguiente situación.
A una minoría
intransigente –un cierto tipo de minorías intransigentes– le basta
alcanzar un nivel muy pequeño, digamos el tres o cuatro por ciento de la
población total, para que toda la población tenga que someterse a sus
preferencias.
Además, con el dominio
de la minoría aparece una ilusión óptica: un observador ingenuo tendría
la impresión de que las elecciones y preferencias son de la mayoría.
Si parece absurdo, lo es
porque nuestras intuiciones científicas no están calibradas para esto
(las criterios instantáneos de las instituciones académicas y
científicas no funcionan, y tu comprensión intelectual corriente fracasa
con los sistemas complejos, pero no la sabiduría de tu abuela).
La idea principal tras los sistemas complejos es que el conjunto no se comporta del modo predicho por los componentes.
Las interacciones cuentan más que la naturaleza de las unidades.
Estudiando hormigas
individuales nunca (podemos decir con seguridad nunca para la mayoría de
tales situaciones) nos dará una idea de cómo funciona la colonia de
hormigas.
Para esto, necesitamos
entender una colonia de hormigas como colonia de hormigas, ni más, ni
menos, y no como una colección de hormigas.
A esto se llama
propiedad “emergente” del todo, por la cual difieren las partes y el
todo debido a que lo importante son las interacciones entre las partes.
Y las interacciones pueden obedecer reglas muy simples.
La regla que discutimos en este capítulo es la regla de la minoría.
La regla de la minoría nos mostrará cómo todo lo que se necesita es un pequeño número de personas virtuosas e intolerantes con skin in the game, en forma de coraje, para que la sociedad funcione adecuadamente. Me topé con este ejemplo de complejidad, irónicamente, mientras asistía a una barbacoa en el instituto de verano de Sistemas Complejos en Nueva Inglaterra.
La regla de la minoría nos mostrará cómo todo lo que se necesita es un pequeño número de personas virtuosas e intolerantes con skin in the game, en forma de coraje, para que la sociedad funcione adecuadamente. Me topé con este ejemplo de complejidad, irónicamente, mientras asistía a una barbacoa en el instituto de verano de Sistemas Complejos en Nueva Inglaterra.
A medida que los
invitados se sentaban a la mesa y sacaban las bebidas, apareció un amigo
observador que sólo comía Kosher. Le ofrecí un vaso con ese tipo de
agua azucarada amarilla y ácido cítrico que la gente a veces llama
limonada, casi seguro de que lo rechazaría debido a sus leyes
dietéticas. Pero no lo hizo. Se bebió el líquido llamado limonada, y
otra persona Kosher comentó:
“Los líquidos de por
aquí son Kosher”. Miramos al envase de cartón. Había una minúscula
impresión: un pequeño símbolo, una U dentro de un círculo, indicando que
era Kosher. (…)
Criminales con alergia a los cacahuetes
Me asaltó una extraña idea.
Criminales con alergia a los cacahuetes
Me asaltó una extraña idea.
La población Kosher
representa menos del tres por ciento de los residentes de los Estados
Unidos. Y sin embargo parece que casi todas la bebidas son Kosher. ¿Por
qué?
Simplemente porque
pasarse al Kosher permite que el productor, la tienda y el restaurante
no tengan que distinguir entre líquidos Kosher y no kosher, con marcas
especiales, pasillos separados, inventarios separados, o diferentes
almacenes.
Y la regla simple que cambia el total es como sigue:
Un consumidor de Kosher
(o halal) nunca come no kosher (o no halal), pero a un consumidor no
kosher no se le prohíbe comer kosher.
O, replanteado en otro dominio:
Una persona discapacitada no empleará los servicios normales pero una persona no discapacitada empleará los servicios para personas discapacitadas.
Es cierto que, en ocasiones, y en la práctica, dudamos si usar los servicios con el signo de discapacitados debido a alguna confusión, tomándolo erróneamente por la regla para el aparcamiento de coches, en la creencia de que los servicios son reservados en exclusiva para uso de los discapacitados.
Alguien con alergia a los cacahuetes no comerá productos que contienen cacahuetes pero una persona sin esa alergia puede comer productos comestibles sin trazas de cacahuete en ellos. Lo cual explica por qué es tan difícil encontrar cacahuetes en los aviones y por qué las escuelas están libres de cacahuetes (lo que, en cierto modo, incrementa el número de personas con alergia a los cacahuetes en la medida en que una reducción de la exposición es una de las causas tras tales alergias).
Apliquemos la regla a dominios donde puede resultar entretenido:
Una persona honesta nunca cometerá actos criminales pero una criminal tomará parte normalmente en actos legales.
Llamemos a esta minoría un grupo intransigente, y a la mayoría, uno flexible. Y la regla es una asimetría en las elecciones. Una vez le gasté una broma pesada a un amigo. Hace años, cuando las grandes compañías de tabaco estaban ocultando y reprimiendo las evidencias del daño de fumar pasivamente, Nueva York tenía secciones para fumadores y no fumadores en los restaurantes (incluso los aviones tenían una sección para fumadores, por absurdo que parezca). Una vez fui a comer con un amigo que me visitaba desde Europa y el restaurante sólo tenía disponibles secciones para fumadores. Convencí al amigo que necesitábamos comprar cigarrillos, dado que teníamos que fumar en la sección para fumadores. Aceptó.
Dos cosas más. Primero, la geografía del terreno, esto es, la estructura espacial, tiene cierta importancia; es muy diferente si los intransigentes se encuentran en su propio barrio o si están mezclados con el resto de la población.
O, replanteado en otro dominio:
Una persona discapacitada no empleará los servicios normales pero una persona no discapacitada empleará los servicios para personas discapacitadas.
Es cierto que, en ocasiones, y en la práctica, dudamos si usar los servicios con el signo de discapacitados debido a alguna confusión, tomándolo erróneamente por la regla para el aparcamiento de coches, en la creencia de que los servicios son reservados en exclusiva para uso de los discapacitados.
Alguien con alergia a los cacahuetes no comerá productos que contienen cacahuetes pero una persona sin esa alergia puede comer productos comestibles sin trazas de cacahuete en ellos. Lo cual explica por qué es tan difícil encontrar cacahuetes en los aviones y por qué las escuelas están libres de cacahuetes (lo que, en cierto modo, incrementa el número de personas con alergia a los cacahuetes en la medida en que una reducción de la exposición es una de las causas tras tales alergias).
Apliquemos la regla a dominios donde puede resultar entretenido:
Una persona honesta nunca cometerá actos criminales pero una criminal tomará parte normalmente en actos legales.
Llamemos a esta minoría un grupo intransigente, y a la mayoría, uno flexible. Y la regla es una asimetría en las elecciones. Una vez le gasté una broma pesada a un amigo. Hace años, cuando las grandes compañías de tabaco estaban ocultando y reprimiendo las evidencias del daño de fumar pasivamente, Nueva York tenía secciones para fumadores y no fumadores en los restaurantes (incluso los aviones tenían una sección para fumadores, por absurdo que parezca). Una vez fui a comer con un amigo que me visitaba desde Europa y el restaurante sólo tenía disponibles secciones para fumadores. Convencí al amigo que necesitábamos comprar cigarrillos, dado que teníamos que fumar en la sección para fumadores. Aceptó.
Dos cosas más. Primero, la geografía del terreno, esto es, la estructura espacial, tiene cierta importancia; es muy diferente si los intransigentes se encuentran en su propio barrio o si están mezclados con el resto de la población.
Si la gente que sigue la
regla de la minoría vive en getos, con sus pequeñas economías
separadas, entonces la regla de la minoría no se aplica.
Pero, cuando una
población está más distribuida en el espacio, digamos que la proporción
de tal minoría en un vecindario es la misma que en la ciudad, en la
ciudad es la misma que en la provincia, en la provincia es la misma que
en el estado, y en el estado es la misma que en la nación al completo,
entonces la (flexible) mayoría tendrá que someterse a la regla de la
minoría.
En segundo lugar, importa algo el costo de la estructura.
Si cuesta diez veces más
que hacer comida Kosher, entonces la regla de la minoría no será
aplicada, excepto quizás en barrios muy ricos.
Los musulmanes tienen
por así decir leyes Kosher, pero estas son mucho más estrechas y se
aplican sólo a la carne. Musulmanes y judíos tienen reglas para la
matanza prácticamente iguales (todo lo Kosher es Halal para la mayoría
de los musulmanes, o así lo fue los siglos pasados, pero al revés no es
cierto).
Nótese que estas reglas
de matanza son skin-in-the-game, heredadas de la antigua práctica
mediterránea oriental [discutida en un capítulo], griega y semita, de
sólo adorar a los dioses si uno tiene skin in the game (se juega algo),
sacrificar carne a la divinidad, y comer el resto. A los dioses no les
gustan las ofrendas baratas.
Ahora considérese esta manifestación de la dictadura de la minoría. En el Reino Unido, donde la población (practicante) musulmana es sólo el tres o cuatro por ciento, un alto número de la carne que encontramos es halal. Casi el setenta por ciento del cordero importado de Nueva Zelanda es halal.
Ahora considérese esta manifestación de la dictadura de la minoría. En el Reino Unido, donde la población (practicante) musulmana es sólo el tres o cuatro por ciento, un alto número de la carne que encontramos es halal. Casi el setenta por ciento del cordero importado de Nueva Zelanda es halal.
Casi el diez por ciento
de las tiendas de la cadena Subway son sólo Halal (es decir, nada de
cerdo), pese al alto costo que supone el negocio de las tiendas sin
cerdo.
Lo mismo vale para
Sudáfrica, donde con la misma proporción de musulmanes, un
desproporcionado número de pollos tienen certificado Halal. Pero en el
Reino Unido y otros países cristianos, el halal no es lo bastante
neutral como para alcanzar un nivel alto, debido a que la gente podría
rebelarse contra la observancia de otras normas religiosas.
Por ejemplo, el poeta
árabe cristiano del siglo séptimo Al-Akhtal defendió que nunca se
comiera halal, en el famoso poema en el que se exhibía su cristianismo:
“Yo no como carne
sacrificial”. (Al-Akhtal reflejaba la reacción cristiana normal de hace
tres o cuatro siglos, cuando se torturaba a los cristianos en tiempos
paganos para que comieran carne sacrificial, que encontraban sacrílego.
Muchos mártires cristianos murieron de hambre.)
Se puede esperar que
tenga lugar el mismo rechazo de normas religiosas en Occidente a medida
que crecen las poblaciones musulmanas en Europa.
La regla de la minoría podría hacer que en los restaurantes haya un porcentaje de comida halal mayor que en la proporción de consumidores halal en la población. Pero con algunas reglas no religiosas Kashrut, por así decir, se puede esperar que la proporción se aproxime a un cien por ciento (o un número mayor).
La regla de la minoría podría hacer que en los restaurantes haya un porcentaje de comida halal mayor que en la proporción de consumidores halal en la población. Pero con algunas reglas no religiosas Kashrut, por así decir, se puede esperar que la proporción se aproxime a un cien por ciento (o un número mayor).
En los Estados Unidos y
Europa, las compañías de comida “orgánica” están vendiendo más y más
productos precisamente debido a la regla de la minoría y a que la comida
normal y sin etiquetar podría entenderse que contiene pesticidas,
herbicidas y organismos transgénicos genéticamente modificados, OGM’s,
con riesgos desconocidos, según ellos. (Lo que llamamos OGM en este
contexto significa comida transgénica, implicando la transferencia de
genes de otro organismo o especie).
O también podrían darse
razones existenciales, conducta precavida, o conservadurismo burkeano
–algunos tal vez no deseen aventurarse mucho más allá de lo que comían
sus abuelos. Etiquetar algo como “orgánico” es un modo de decir que no
contiene OGMs transgénicos.
Promoviendo comida
genéticamente modificada a través de todo tipo de lobby, compra de
congresistas y propaganda científica encubierta (incluyendo campañas de
desprestigio contra personas como yo mismo), las grandes compañías
agrícolas creen estúpidamente que todo lo que necesitan es ganarse a la
mayoría. No, idiotas, no.
Tal como he dicho, vuestro juicio “científico” para la ocasión es demasiado ingenuo en esta clase de decisiones.
Hay que tener en cuenta que los consumidores de transgénicos-OGM comerán productos que no sean OGM, pero no al revés.
En consecuencia, bastará
una pequeñísima población, digamos de no más del cinco por ciento de
una población distribuida en el espacio de consumidores de comida no-OGM
para que toda la población termine comiendo comida no-OGM.
¿De qué forma? Pongamos
que tenemos un evento corporativo, una boda, o una animada fiesta para
celebrar la caída del régimen de Arabia Saudí, la bancarrota de las
inversiones buscadoras de rentas de Godman Sachs, o el vilipendio
público de Ray Kotcher, jefe de las relaciones públicas de Ketchum
dedicado a difamar científicos e informantes en beneficio de las grandes
corporaciones.
¿Acaso necesitas mandar
un cuestionario a la gente preguntando si consumen o no OGMs y reservar
comida especial en consecuencia? No.
Simplemente seleccionas todo lo que no sea OGM, teniendo en cuenta que la diferencia de precio no es importante.
Y la diferencia de
precio parece ser lo bastante pequeña como para ser despreciable, en la
medida en que los costos de comida (perecedera) en Estados Unidos están
determinados por la distribución y el almacenamiento, no por el costo a
nivel agrícola.
Y en la medida en que la
comida orgánica (y designaciones como “natural”) poseen una demanda más
alta, los costos de distribución disminuyen y la regla de la minoría
termina acelerando el efecto.
Las “Big Ag” (o grandes firmas de la agricultura) no se dan cuenta de que esto es el equivalente a participar en un juego en el que se no sólo se necesita ganar más puntos que el adversario, sino ganar el noventa y siete por ciento del total de puntos para estar seguro.
Las “Big Ag” (o grandes firmas de la agricultura) no se dan cuenta de que esto es el equivalente a participar en un juego en el que se no sólo se necesita ganar más puntos que el adversario, sino ganar el noventa y siete por ciento del total de puntos para estar seguro.
Resulta extraño, de
nuevo, ver que las Big Ag gastan cientos de millones de dólares en
campañas de desprestigio, con cientos de científicos que piensan que son
más inteligentes que el resto de la población, pasando por alto un
argumento tan elemental sobre las elecciones asimétricas.
Otro ejemplo: no hay que
pensar que el auge de los coches con cambio automático se debe a que la
mayoría de los conductores inicialmente prefirieran el automático;
puede deberse simplemente a que los que conducen con cambios manuales
siempre pueden conducir con automáticos, pero la recíproca no es
cierta.
El método de análisis empleado aquí se llama renormalización de grupo, una potente herramienta en la física matemática que nos permite ver cómo escalan las cosas (hacia arriba o abajo). Vamos a examinarlo a continuación –sin matemáticas.
Renormalización de grupo
La que se muestra más abajo, a la derecha, muestra cuatro cajas exhibiendo lo que se llama auto-similitud fractal. Cada caja contiene cuatro cajas más pequeñas.
El método de análisis empleado aquí se llama renormalización de grupo, una potente herramienta en la física matemática que nos permite ver cómo escalan las cosas (hacia arriba o abajo). Vamos a examinarlo a continuación –sin matemáticas.
Renormalización de grupo
La que se muestra más abajo, a la derecha, muestra cuatro cajas exhibiendo lo que se llama auto-similitud fractal. Cada caja contiene cuatro cajas más pequeñas.
Cada una de las cuatro cajas contendrá cuatro cajas, y así todo el tiempo, hasta que se llega a un cierto nivel.
Hay dos colores: amarillo para la elección mayoritaria, y rosa para la minoritaria.
Supongamos que la unidad
más pequeña contiene cuatro personas, una familia de cuatro. Uno de
ellos está dentro de la minoría intransigente y sólo consumirá comida
que no sea OGM (lo que incluye la orgánica). El color de la caja es rosa
y los otros son amarillos.
Renormalización de grupo siguien- do la regla de la minoría dominante |
Lo “renormalizamos una vez” a medida que avanzamos:
la testaruda hija se las
arregla para imponer su regla a los cuatro y la unidad ahora es toda
rosa; es decir, optará por comida que no sea OGM.
Ahora, paso tres, tenemos a la familia yendo a una barbacoa a la que asisten otras tres familias.
Puesto que se sabe que sólo comen cosas que no sean OGM, los invitados sólo cocinarán orgánico.
El supermercado local,
percatándose de que el vecindario sólo consume comida que no sea OGM,
para facilitarse la vida se pasa a la comida que no es OGM, lo que
impacta en el mayorista local, y la historia continúa y se
“renormaliza”.
Por alguna coincidencia, el día anterior a la barbacoa de Boston, estaba dando un paseo por Nueva York y me pasé por la oficina de un amigo al que queria disuadir de trabajar, esto es, que tomara parte en una actividad que en caso de abuso causa pérdida de claridad mental, además de una mala postura y pértida de definición en los rasgos faciales.
Por alguna coincidencia, el día anterior a la barbacoa de Boston, estaba dando un paseo por Nueva York y me pasé por la oficina de un amigo al que queria disuadir de trabajar, esto es, que tomara parte en una actividad que en caso de abuso causa pérdida de claridad mental, además de una mala postura y pértida de definición en los rasgos faciales.
Se dió la circunstancia
de que el físico francés Serge Galam estaba de visita y eligió la
oficina de mi amigo para matar el tiempo. Galam fue el primero en
aplicar estas técnicas de renormalización a asuntos sociales y ciencia
política; su nombre me resultaba familiar debido a que es el autor del
libro principal sobre el tema, que ha estado descansando durante meses
en una caja por abrir de Amazon de mi sótano.
Me introdujo a su
investigación y me mostró una modelo informático de elecciones según el
cual basta con que una minoría exceda de un cierto nivel para que
aumenten sus probabilidades de prevalecer.
La misma ilusión existen en las discusiones políticas, difundidas por los “científicos” políticos:
Serge Galam |
La misma ilusión existen en las discusiones políticas, difundidas por los “científicos” políticos:
se piensa que como algún
partido de la extrema derecha o izquierda cuenta con el apoyo de
digamos el diez por ciento de la población que sus candidatos
conseguirán el diez por ciento de los votos.
No: sus votantes de base deberían clasificarse como “inflexibles” y siempre votaran por su facción.
Pero algunos de los
votantes flexibles también pueden votar por esa fracción radical, del
mismo modo que la gente no Kosher puede comer Kosher, y es esta gente la
que uno debe vigilar, debido a que bien podrían hacer que aumenten los
votos para el partido extremista. Los modelos de Galam produjeron un
buen número de efectos contraintuitivos en la ciencia política, y sus
predicciones resultaron ser mucho más cercanas a los resultados reales
que el consenso ingenuo.
El veto
En la renormalización de grupo apreciamos el hecho de un efecto veto en la medida en que una persona dentro de un grupo puede orientar las elecciones.
En la renormalización de grupo apreciamos el hecho de un efecto veto en la medida en que una persona dentro de un grupo puede orientar las elecciones.
Rory Sutherland sugirió que esto explica por qué prosperan algunas cadenas de comida rádida, como MacDonalds.
No es porque ofrezcan un
gran producto, sino porque no están vetados en un cierto grupo
socioeconómico ni por pequeñas proporciones de personas en este grupo.
Para decirlo en términos
técnico, se trata de la mejor divergencia a partir del peor de los
casos de una expectativa: una varianza más baja y una media más baja.
Cuando hay pocas opciones, McDonald’s parece ser una apuesta segura. También es una apuesta segura en lugares con pocos clientes habituales, donde la variedad de comida puede ser consecuente (escribo estas líneas en la estación de tren de Milán y puede resultar igual de ofensivo para un visitante lejano). McDonald’s es uno de los pocos restaurantes que hay allí. Sorprendentemente, se ve entrar a italianos que buscan una alternativa a otra comida de más riesgo. Pasa lo mismo con la pizza. Es una comida aceptada comúnmente y dejando de lado opciones estrafalarias, nadie te va a culpar por pedirla.
Rory me escribió sobre la asimetría cerveza-vino y las elecciones que se hacen: “Una vez que tienes el diez por ciento o más de mujeres en una fiesta, no puedes servir sólo cerveza. Pero la mayoría de los hombres beberán vino. Y sólo necesitas un juego de vasos si sólo sirves vino –el donante universal, para usar el lenguaje de los grupos sanguíneos.
La estrategia de la mejor apuesta entre las más pequeñas podría haber sido jugada por los jázaros que debían elegir entre islam, judaísmo y cristianismo. Según la leyenda llegaron tres delegaciones de alto rango (obispos, rabinos y sheikhs) para hacer una propuesta de venta. A los cristianos les preguntaron: si estuvieras obligado a elegir entre judaísmo e islam, ¿cuál escogerías? El judaísmo, contestaron. Entonces preguntaron a los musulmanes: cuál de estas dos, cristianismo o judaísmo. Judaísmo, dijeron los musulmanes. Fue el judaísmo, y así se convirtió la tribu.
Lingua franca
Cuando hay pocas opciones, McDonald’s parece ser una apuesta segura. También es una apuesta segura en lugares con pocos clientes habituales, donde la variedad de comida puede ser consecuente (escribo estas líneas en la estación de tren de Milán y puede resultar igual de ofensivo para un visitante lejano). McDonald’s es uno de los pocos restaurantes que hay allí. Sorprendentemente, se ve entrar a italianos que buscan una alternativa a otra comida de más riesgo. Pasa lo mismo con la pizza. Es una comida aceptada comúnmente y dejando de lado opciones estrafalarias, nadie te va a culpar por pedirla.
Rory me escribió sobre la asimetría cerveza-vino y las elecciones que se hacen: “Una vez que tienes el diez por ciento o más de mujeres en una fiesta, no puedes servir sólo cerveza. Pero la mayoría de los hombres beberán vino. Y sólo necesitas un juego de vasos si sólo sirves vino –el donante universal, para usar el lenguaje de los grupos sanguíneos.
La estrategia de la mejor apuesta entre las más pequeñas podría haber sido jugada por los jázaros que debían elegir entre islam, judaísmo y cristianismo. Según la leyenda llegaron tres delegaciones de alto rango (obispos, rabinos y sheikhs) para hacer una propuesta de venta. A los cristianos les preguntaron: si estuvieras obligado a elegir entre judaísmo e islam, ¿cuál escogerías? El judaísmo, contestaron. Entonces preguntaron a los musulmanes: cuál de estas dos, cristianismo o judaísmo. Judaísmo, dijeron los musulmanes. Fue el judaísmo, y así se convirtió la tribu.
Lingua franca
Si tiene lugar una
reunión en Alemania en la sala de conferencias de aspecto teutónico de
una corporación lo suficientemente internacional o europea, y una de las
personas en la habitación no habla alemán, toda la reunión acabará
siendo … en inglés, el tipo de inglés poco elegante que se emplea en las
corporaciones alrededor del mundo.
De este modo pueden ofender igualmente a sus ancestros teutónicos y a la lengua inglesa. Todo
empezó con la regla asimétrica de que quienes no son nativos en inglés
saben (mal) inglés, pero lo contrario (angloparlantes que saben otras
lenguas) es menos probable.
Se suponía que el
francés era el lenguaje de la diplomacia debido a que lo usaban los
funcionarios de procedencia aristocrática –mientras que sus compatriotas
más vulgares implicados en el comercio confiaban en el inglés.
En la contienda entre
ambos lenguajes, venció el inglés en la medida en que el creció el
comercio hasta dominar la vida moderna; una victoria que no tiene nada
que ver con el prestigio del francés o los esfuerzos de sus funcionarios
para promover su bello lenguaje más o menos latinizado y construído con
lógica, por encima de la confusa ortografía de los consumidores de
pastel de carne del otro lado del canal.
Podemos ya alcanzar una cierta intuición sobre cómo la aparición de lenguajes de lingua franca procede de reglas de minorías, un argumento que no ven los lingüistas.
Podemos ya alcanzar una cierta intuición sobre cómo la aparición de lenguajes de lingua franca procede de reglas de minorías, un argumento que no ven los lingüistas.
El arameo es un lenguaje
semita que desplazó al cananita (esto es, el fenicio-hebreo) en el
Levante, y se asemeja al árabe. Fue el lenguaje hablado por Jesú.
La razón por la que
llegó a dominar el Levante y Egipto no se debe a ningún poder imperial
semítico en particular o el hecho de que tengan interesantes narices.
Fueron los persas, que
hablaban un lenguaje indoeuropeo, los que expandieron el arameo, el
lenguaje de Asiria, Siria y Babilonia. Los persas enseñaron a los
egipcios un lenguaje que no era el suyo. Simplemente, cuando los persas
invadieron Babilonia se encontraron con una administración que sólo
podía emplear el arameo y no sabía persa, por lo que el arameo se
convirtió en el lenguaje de estado.
Si tu secretario sólo
puede tomar dictados en arameo, el arameo es lo que usarás. Esto llevó a
la rareza de que el arameo llegara a ser usado en Mongolia, como
muestran los registros conservados en el alfabeto siriaco (el siríaco es
un dialecto oriental del arameo). Y siglos más tarde, la historia se
repetiría a la inversa, con los árabes usando el griego al principio de
su administración en los siglos séptimo y octavo.
Durante la era
helenística, los griegos reemplazaron el arameo como lingua franca en el
Levante, y los escribas de Damasco conservaron sus registros en
griego.
Pero no fueron los
griegos quienes expandieron el griego alrededor del mediterráneo–
Alejandro (él mismo no era griego sino macedonio y hablaba griego como
segunda lengua, pero no discutas esto con un griego o se pondrá furioso)
no condujo a una profunda e inmediata helenización cultural.
Fueron los romanos
quienes aceleraron la expansión del griego, debido a que lo usaban en su
administración a lo largo del imperio oriental.
Un amigo franco canadiense de Montreal, Jean-Louis Rheault, comentó lo siguiente, lamentándose por la pérdida de la lengua de canadienses francófonos fuera de pequeñas áreas provinciales.
Un amigo franco canadiense de Montreal, Jean-Louis Rheault, comentó lo siguiente, lamentándose por la pérdida de la lengua de canadienses francófonos fuera de pequeñas áreas provinciales.
Dijo: “En Canadá, cuando
decimos bilingüe, se trata de hablar inglés y cuando decimos “Se habla
francés” se convierte en bilingüe.”
La calle de una sola dirección de las religiones
De la misma manera, la expansión del Islam en el oriente próximo, donde el cristianismo estaba sólidamente establecido (nació allí) puede atribuirse a dos simples asimetrías.
De la misma manera, la expansión del Islam en el oriente próximo, donde el cristianismo estaba sólidamente establecido (nació allí) puede atribuirse a dos simples asimetrías.
Los gobernantes
islámicos originales no estaban particularmente interesados en convertir
a cristianos, debido a que estos les proporcionaban el pago de
impuestos –el proselitismo del islam no se dirigió a aquellos que
llamaban “gente del libro”, es decir, individuos de fe abrahámica.
De hecho, mis ancestros
que sobrevivieron trece siglos bajo dominio islámico vieron ventajas en
no ser musulmán: principalmente porque les libraba del servicio
militar.
Las dos reglas asimétricas son como sigue.
Las dos reglas asimétricas son como sigue.
Primero, si un hombre no
musulmán bajo dominio del islam se casa con una mujer del islam, él
necesita convertirse al islam –y si sucede que los dos progenitores del
niño son musulmanes, el niño será musulmán.
Segundo, convertirse en
musulmán es irreversible, debido a que la apostasía es el crimen
religioso más grave, sancionada con la pena de muerte.
El famoso actor egipcio
Omar Sharif, nacido Mikhael Demetri Shalhoub, tenía orígenes cristiano
libaneses. Se convirtió al islam para casarse con una famosa actriz
egipcia y tuvo que cambiarse el nombre por uno árabe. Más tarde se
divorció, pero nunca volvió a la fe de sus ancestros.
Bajo estas dos reglas
asimétricas, es posible hacer sencillas simulaciones y ver cómo un
pequeño grupo islámico ocupando el Egipto cristiano (copto) puede
conducir, con los siglos, a que los coptos se conviertan en una pequeña
minoría. Todo lo que se precisa es una pequeña proporción de matrimonios
interreligiosos.
Cristianos coptos |
Del mismo modo, se puede
ver cómo el judaísmo no se expande y tiende a seguir siendo una
minoría, debido a que esta religión tiene reglas opuestas: se requiere
que la madre sea judía, haciendo que los matrimonios interreligiosos
abandonen la comunidad.
Una asimetría aún más fuerte que esta del judaísmo explica el agotamiento en el próximo oriente de tres fes gnósticas:
los Druze, los Ezidi y
los Mandeanos (religiones gnósticas son aquellas con misterios y
conocimiento normalmente accesible sólo a una pequeña minoría de
ancianos, permaneciendo en la oscuridad sobre los detalles de la fe el
resto de los miembros).
A diferencia del islam
que requiere que cualquiera de los padres sea musulmán, y el judaísmo
que pide que al menos la madre posea la fe, estas tres religiones
requieren que ambos padres sean de la misma fe, o de lo contrario la
persona dice toodaloo a la comunidad.
Egipto posee un territorio plano.
Egipto posee un territorio plano.
La distribución de la
población presenta presenta mezclas homogéneas, lo que permite la
renormalización (es decir, permite que prevalezca la regla asimétrica)
–anteriormente vimos en el capítulo que para que funcionen las reglas
Kosher, se necesitaba que los judíos se encontraran estuvieran de alguna
forma esparcidos a lo largo del país.
Pero en lugares como
Líbano, Galilea, y el norte de Siria, con terreno montañoso, los
cristianos y otros musulmanes no sunníes permanecen concentrados.
Al no exponerse cristianos con musulmanes, no se experimentan matrimonios mixtos.
Los egipcios coptos
sufrieron otro problema: la irreversibilidad de las conversiones
islámicas. Muchos coptos bajo dominio islámico se convirtieron al islam
cuando se trataba sólo de un procedimiento administrativo, algo que
ayuda a resolver el problemas que requieren jurisprudencia islámica con
tierras o trabajos.
No era necesario que
alguien creyera realmente, dado que el islam no está en marcado
conflicto con el cristianismo ortodoxo. Poco a poco una familia
cristiana o judía llevando un estilo “marrano” de conversión se fueron
convirtiendo realmente, a medida que dos generaciones más tarde los
descendientes se olvidaron de los arreglos de sus ancestros.
Todo lo que hizo el islam fue superar en obstinación al cristianismo, cuya victoria se basaba ella misma en la obstinación.
Todo lo que hizo el islam fue superar en obstinación al cristianismo, cuya victoria se basaba ella misma en la obstinación.
Antes del Islam, la
expansión original del cristianismo en el imperio romano puede deberse
en buena medida a… la ciega intolerancia de los cristianos, su
recalcitrante, agresivo e incondicional proselitismo.
Los paganos romanos
inicialmente eran tolerantes con los cristianos, debido a que existía
una tradición de compartir los dioses con otros miembros del imperio.
Pero se preguntaron por qué los nazarenos se negaban a dar y recibir
dioses y a ofrecer a Jesús al panteón romano a cambio de otros dioses.
¿Es que nuestros dioses
no son lo bastante buenos para ellos? Pero los cristianos eran
intolerantes con el paganismo romano. La “persecución” de los cristianos
tenía mucho más que ver con la intolerancia de los cristianos por el
panteón y los dioses locales, que a la inversa. Lo que leemos es la
historia escrita por el lado cristiano, no el greco-romano.
Poco sabemos sobre el
lado romano durante el auge del cristianismo, habida cuenta de que las
hagiografías han dominado el discurso: tenemos por ejemplo la historia
de Santa Catalina, que continuó convirtiendo a sus captores hasta que
fue decapitada … excepto por el hecho de que no existió.
Existen incontables historias de mártires y santos cristianos, pero muy poco del otro lado, de héroes paganos.
Todo lo que sabemos es
lo poco que se cuenta sobre la reversión del cristianismo durante la
apostasía de Juliano y los escritos de su séquito de paganos
sirio-griegos como Libanius Antiochus.
Juliano trató en vano de
regresar al paganismo antiguo: era como intentar mantener un balón bajo
el agua. Y no se trataba de que la mayoría fuera pagana como pensaban
equivocadamente los historiadores, se trataba de que el lado cristiano
era demasiado inflexible.
El cristianismo contó
con grandes mentes como la de Gregorio el Nazareno y Basilio de Cesarea,
pero nadie que igualase, o siquiera se acerque al gran orador
Libanius.
(Según mi heurística,
cuánto más pagano, mente más brillante y mayor habilidad para tratar con
las complicaciones y la ambigüedad. Las religiones puramente
monoteístas como la cristiandad protestante, el islam salafí o el
fundamentalismo ateo acomodan a mentes literalistas y mediocres que no
pueden tratar con la ambigüedad).
De hecho en la historia
de las “religiones” mediterráneas o, más bien en los rituales y sistemas
de comportamiento y creencias, podemos observar una deriva dictada por
los intolerantes, haciendo que el sistema se acerque a lo que llamamos
una religión.
El judaísmo estuvo a
punto de perder debido a la regla de la madre y el confinamiento a una
base tribal, pero el cristianismo triunfó y por las mismas razones lo
hizo el islam.
¿El islam? Se han dado
muchos Islams, siendo la última versión muy diferente a las primeras. El
mismo islam ha terminado siendo dominado (en la rama sunni) por los
puristas simplemente porque eran más intolerantes que el resto: los
wahabies, fundadores de Arabia Saudi, fueron los que destruyeron los
templos, de un modo imitado más tarde por “ISIS” (el estado islámico de
Iraq y Siria/Levante).
Cada nueva versión del islam sunita parece acomodarse a sus ramas más intolerantes.
Imponiendo a otros la virtud
Esta idea de parcialidad puede ayudarnos a refutar algunos malentendidos. ¿Cómo se llega a prohibir libros? Ciertamente no es porque ofendan a la persona media –la mayoría de las personas son pasivas y no están realmente interesadas, o no les preocupa suficientemente la demanda de prohibición.
Esta idea de parcialidad puede ayudarnos a refutar algunos malentendidos. ¿Cómo se llega a prohibir libros? Ciertamente no es porque ofendan a la persona media –la mayoría de las personas son pasivas y no están realmente interesadas, o no les preocupa suficientemente la demanda de prohibición.
A partir de episodios
pasados, parece que todo lo que se precisa para que se prohiban algunos
libros, o para poner en la lista negra a algunas personas, son unos
pocos activistas (motivados).
El gran filósofo y
lógico Bertrand Russell perdió su trabajo en la universidad de Nueva
York debido a la carta de una madre indignada -y obstinada– que no
quería que su hija estuviera en la misma aula que un estilo de vida
disoluto e ideas rebeldes.
Lo mismo parece aplicarse a las prohibiciones, al menos la prohibición del alcohol en los Estados Unidos que ocasionó interesantes historias sobre la Mafia.
Podemos conjeturar que la formación de valores morales en sociedad no procede de la evolución del consenso.
Lo mismo parece aplicarse a las prohibiciones, al menos la prohibición del alcohol en los Estados Unidos que ocasionó interesantes historias sobre la Mafia.
Podemos conjeturar que la formación de valores morales en sociedad no procede de la evolución del consenso.
No, es la persona más
intolerante la que impone la virtud en otros precisamente debido a su
intolerancia. Lo mismo se aplica a los derechos civiles.
Ahora observemos cómo
los mecanismos de la religión y la transmisión de la moral obedecen a
las mismas dinámicas de renormalización de las leyes dietéticas, y cómo
podemos mostrar que es más probable que la moralidad sea impuesta por
una minoría. Antes en el capítulo vimos la asimetría entre obedecer y
romper reglas: alguien obediente de la ley (o respetuoso) siempre sigue
las normas, pero un felón o alguien con principios más laxos no siempre
romperá las reglas. Del mismo modo, discutimos los fuertes efectos de
asimetría en las leyes dietéticas halal.
Combinemos ahora las
dos. Parece que en el árabe clásico el término halal posee un opuesto:
haram. Violar reglas legales y morales –cualquier regla– se llama
haram.
Se trata exactamente de
la misma prohibición que regula la ingesta de comida y todas las
conductas humanas, como dormir con la esposa del vecino, prestar con
interés o matar al arrendador por placer. Haram es haram, y es
asimétrico.
A partir de aquí vemos que una vez se establece una regla moral, le basta con una pequeña minoría intransigente de seguidores geográficamente distribuidos para dictar la norma a la sociedad.
A partir de aquí vemos que una vez se establece una regla moral, le basta con una pequeña minoría intransigente de seguidores geográficamente distribuidos para dictar la norma a la sociedad.
La mala noticia, como
veremos en el siguiente capítulo, es que una persona que mire a la
humanidad como un agregado puede creer equivocadamente que los humanos
se están convirtiéndose espontáneamente en más morales, en mejores y más
educados, cuando lo cierto es que esto sólo se aplica a una pequeña
proporción de la humanidad.
La estabilidad de la regla de la minoría.
Un argumento probabilista
Un argumento probabilista en favor de la regla de la minoría dictando valores sociales es como sigue.
Un argumento probabilista en favor de la regla de la minoría dictando valores sociales es como sigue.
Donde quiera que uno
mire a lo largo de sociedades e historias, se tiende a encontrar que
prevalecen las mismas leyes morales, con algunas, pero no
significativas, variaciones:
no robar (al menos
dentro de la tribu); no cazar huérfanos por placer, no golpear
gratuitamente a gente que pasea, usar guantes de boxeo en su lugar (a no
ser que seas espartano y tengas que matar a unos cuantos ilotas para
entrenarte) y similares prohibiciones.
Podemos ver estas reglas
evolucionando a lo largo del tiempo y volviéndose más universales,
expandiéndose hasta límites más amplios, hasta incluir progresivamente
esclavos, otras tribus, otras especies (animales, economistas), etc.
Y estas leyes poseen una propiedad: son negras-y-blancas, binarias, discretas y no tienen matizaciones.
No puedes robar “un
poco” o asesinar “moderadamente”. No puedes seguir siendo Kosher y comer
“sólo un poco” de cerdo en las barbacoas de domingo.
Ahora resultaría mucho más probable que estos valores emergieran de una minoría que de una mayoría. ¿Por qué? Consideremos las dos siguientes tesis: Los resultados son paradójicamente más estables bajo la regla de la minoría –la varianza de resultados es menor y la regla es más probable que emerja independientemente a lo largo de poblaciones.
Lo que emerge de la regla de la minoría es más probable que sea blanco-y-negro.
Un ejemplo. Consideremos que una mala persona quiere envenenar a la colectividad introduciendo algún producto en latas de refrescos. Tiene dos opciones.
Ahora resultaría mucho más probable que estos valores emergieran de una minoría que de una mayoría. ¿Por qué? Consideremos las dos siguientes tesis: Los resultados son paradójicamente más estables bajo la regla de la minoría –la varianza de resultados es menor y la regla es más probable que emerja independientemente a lo largo de poblaciones.
Lo que emerge de la regla de la minoría es más probable que sea blanco-y-negro.
Un ejemplo. Consideremos que una mala persona quiere envenenar a la colectividad introduciendo algún producto en latas de refrescos. Tiene dos opciones.
La primera es el
cianuro, que obedece a una regla de la minoría: una gota de veneno
(mayor que un pequeño umbral) hace que todo el líquido sea venenoso.
La segunda es un veneno “al estilo de la mayoría”; requiere que más de la mitad del líquido sea venenoso para que mate.
El carácter negro-y-blanco de estas leyes sociales puede explicarse como sigue.
El carácter negro-y-blanco de estas leyes sociales puede explicarse como sigue.
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Supongamos que bajo un
cierto régimen, cuando mezclas blanco con azul oscuro en varias
combinaciones, no consigues variaciones de azul claro, sino azul oscuro.
Es muchísimo más probable que un régimen así produzca azul oscuro que
otra regla que permita más tonos de azul.
La paradoja de Popper
Me encontraba en una fiesta con muchas mesas, un tipo de situación en la que tienes que elegir entre el risotto vegetariano y la opción no vegetariana, cuando me di cuenta de que mi vecino había dispuesto la comida (incluyendo cubiertos) en bandejas similares a billetes de avión. Los platos estaban sellados con láminas de aluminio.
Me encontraba en una fiesta con muchas mesas, un tipo de situación en la que tienes que elegir entre el risotto vegetariano y la opción no vegetariana, cuando me di cuenta de que mi vecino había dispuesto la comida (incluyendo cubiertos) en bandejas similares a billetes de avión. Los platos estaban sellados con láminas de aluminio.
Evidentemente era
ultra-Kosher. No le molestó sentarse con consumidores de jamón que,
además, mezclaban mantequilla y carne en los mismos platos. Lo único que
quería es que le dejaran en paz con sus propias preferencias.
En minorías judías y musulmanas como los chiítas, sufíes y religiones asociadas como druze y alawis, la mayoría de las veces, con alguna excepción histórica, la gente prefiere que la dejan en paz para satisfacer sus propias preferencias dietéticas.
En minorías judías y musulmanas como los chiítas, sufíes y religiones asociadas como druze y alawis, la mayoría de las veces, con alguna excepción histórica, la gente prefiere que la dejan en paz para satisfacer sus propias preferencias dietéticas.
Pero si hubiera tenido a un vecino que fuera un salafí sunni, podría haber requerido que toda la habitación comiera Halal.
Quizás todo el edificio. Quizás toda la ciudad. Con suerte todo el país. Con suerte todo el planeta.
De hecho, dada la total
falta de separación entre la iglesia y el estado, y entre lo sagrado y
lo profano (Capítulo X) para él Haram (lo opuesto de lo Halal) significa
literalmente ilegal. Toda la habitación estaba violando la ley.
Mientras escribo estas líneas, la gente discute si la libertad del occidente ilustrado puede ser minada por políticas intrusivas que pudieran precisarse para combatir a los fundamentalistas salafies.
¿Es que la democracia –por definición la mayoría– puede tolerar a los enemigos?
Mientras escribo estas líneas, la gente discute si la libertad del occidente ilustrado puede ser minada por políticas intrusivas que pudieran precisarse para combatir a los fundamentalistas salafies.
¿Es que la democracia –por definición la mayoría– puede tolerar a los enemigos?
La cuestión es como
sigue: “¿Estaría usted de acuerdo en negar la libertad de expresión a
cualquier partido político en cuyos principios figurase prohibir la
libertad de expresión?
Demos un paso más allá, “¿Debería una sociedad que ha elegido ser tolerante ser intolerante con respecto a la intolerancia?”.
Esta es de hecho la
incoherencia que Kurt Gödel (el gran maestro del rigor lógico) detectó
en la constitución al hacer el examen de naturalización. Según la
leyenda Gödel empezó a discutir con el juez y Einstein, que era su
testigo durante el proceso, le salvó.
He escrito sobre personas con fallos lógicos que me preguntan si debemos ser “escépticos sobre el escepticismo”; y he empleado una respuesta similar a la de Popper cuando le preguntaban si “es posible falsar la falsación”.
Podemos responder a estos argumentos empleando la regla de la minoría. Sí, una intolerante minoría puede controlar y destruir la democracia. En realidad, como hemos visto, eventualmente destruirá nuestro mundo.
Lo que necesitamos es ser más intolerantes con algunas minorías intolerantes. No es permisible usar “valores americanos” o “principios occidentales” cuando tratamos con el intolerante salafismo (que niega el derecho de los demás a tener su propia religión). Occidente actualmente se encuentra en el proceso de cometer un suicidio.
La irreverencia de los mercados y la ciencia
Kurt Gödel y Albert Einstein |
He escrito sobre personas con fallos lógicos que me preguntan si debemos ser “escépticos sobre el escepticismo”; y he empleado una respuesta similar a la de Popper cuando le preguntaban si “es posible falsar la falsación”.
Podemos responder a estos argumentos empleando la regla de la minoría. Sí, una intolerante minoría puede controlar y destruir la democracia. En realidad, como hemos visto, eventualmente destruirá nuestro mundo.
Lo que necesitamos es ser más intolerantes con algunas minorías intolerantes. No es permisible usar “valores americanos” o “principios occidentales” cuando tratamos con el intolerante salafismo (que niega el derecho de los demás a tener su propia religión). Occidente actualmente se encuentra en el proceso de cometer un suicidio.
La irreverencia de los mercados y la ciencia
Ahora consideremos los mercados.
Podemos decir que los
mercados no son la suma de los participantes en los mercados, pero los
cambios de precio reflejan las acciones de los compradores y vendedores
más motivados. Sí, los más motivados mandan.
De hecho esto es algo
que sólo los comerciantes parecen entender: por qué un precio puede caer
un diez por ciento debido a un único vendedor.
Todo lo que se precisa es un vendedor obstinado.
Los mercados reaccionan de un modo desproporcionado al ímpetu.
En
general, los mercados de valor representan actualmente más de treinta
mil millones de dólares, y aún así una única venta en 2008, de sólo
cinco mil millones, que es menos del dos por ciento del total, hizo que
bajaran casi el diez por ciento, ocasionando pérdidas de alrededor de
tres mil millones.
Se
trató de una orden de compra activada por el banco parisino Société
Générale, que descubrió una adquisición oculta por parte de un duro
operador y trató de dar la vuelta a la compra. ¿Por qué reaccionó el
mercado de una forma tan desproporcionada? Dado que la orden era de una
sola –y obstinada– dirección, existía el deseo de vender pero ningún
modo de hacer cambiar la opinión. Mi adagio personal es:
El mercado es un enorme cine con una pequeña puerta. El mejor modo de detectar un tonto (digamos el periodista de finanzas habitual) es ver si se centra en el tamaño de la puerta o del cine.
En los cines ocurren
estampidas, digamos cuando alguien grita “fuego”, debido a que los que
quieren estar fuera no quieren estar dentro, exactamente la misma
incondicionalidad que vemos en la observancia Kosher.
La ciencia actúa de modo similar.
La ciencia actúa de modo similar.
Más tarde volveremos a
una discusión sobre cómo la regla de la minoría está detrás de la
aproximación de Popper a la ciencia. Pero ahora centrémonos en discutir
el más entretenido Feynman.
¿Qué te importa lo que
piensan los demás? es el título de un libro de anécdotas del gran
Richard Feynman, el científico más irreverente y juguetón de su tiempo.
Tal como refleja el
título del libro, Feynman expresa en él la idea de la irreverencia
fundamental de la ciencia, actuando a través de un mecanismo similar a
la asimetría Kosher.
¿Cómo? La ciencia no es
la suma de lo que piensan los científicos, sino exactamente como en los
mercados, un procedimiento muy restringido.
Una vez que desacreditas
algo, se convierte en erróneo (así es como actúa la ciencia pero
ignoremos disciplinas como la economía y la ciencia política, que son
más bien entretenimiento pomposo).
Si la ciencia hubiera
operado mediante el consenso de la mayoría aún estaríamos estancados en
la edad media y Einstein habría terminado del mismo modo en que empezó,
en un oficinista de patentes con aficiones inútiles.
Alejandro dijo que era preferible poseer un ejército de ovejas dirigido por un león que un ejército de leones dirigido por una oveja.
Alejandro Magno en la batalla de Issos |
Alejandro dijo que era preferible poseer un ejército de ovejas dirigido por un león que un ejército de leones dirigido por una oveja.
Alejandro (o quien
quiera que produjo esta cita probablemente apócrifa) entendió el valor
de la minoría activa, intolerante y valiente.
Aníbal aterrorizó Roma
durante una década y media con un pequeño ejército de mercenarios,
ganando veintidós batallas contra los romanos, batallas en las que
siempre era sobrepasado en número.
Estuvo inspirado por una versión de esta máxima.
En la batalla de Cannae,
señaló esto a Gisco, que se quejaba de que los cartagineses eran
sobrepasados por los romanos: “Hay algo más hermoso que sus números … en
todos sus vastos números no hay nadie llamado Gisgo. ”.
Unus sed leo: sólo uno pero león
Esta gran recompensa por
un coraje tan obstinado no ocurre sólo en el ejército. Todo el
crecimiento de la sociedad, sea económico o moral, viene de un pequeño
número de gente.
Cerramos esta reflexión con una observación sobre el rol de skin in the game en la condición de la sociedad.
La sociedad no
evoluciona a partir del consenso, del voto, la mayoría, los comités, las
reuniones ampulosas, las conferencias académicas y los colegios
electorales: bastan unas pocas personas para mover desproporcionadamente
la aguja. Todo lo que se precisa es una regla asimétrica en alguna
parte. Y la asimetría está presente en casi todo.
Nota de la traducción: Se ha decidido conservar la expresión en el inglés original skin in the game, que suele traducirse como “jugarse algo” o “tener valor”.
Nasim Taleb
(Visto en http://www.terceracultura.net/)
Nota de la traducción: Se ha decidido conservar la expresión en el inglés original skin in the game, que suele traducirse como “jugarse algo” o “tener valor”.
Nasim Taleb
(Visto en http://www.terceracultura.net/)