Al menos tres niños han perdido la vida a causa del gas lacrimógeno que ha lanzado la Policía y el Ejército a los hondureños. Ante tales hechos se ha provocado una confrontación que aparentemente le ha quitado el miedo a la muerte a la población acostumbrada a vivir en la violencia.
Tegucigalpa. Cansados de la represión y el abuso de los efectivos de la Policía y el Ejército, los hondureños que han salido a manifestarse contra la declaratoria del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que ha dado la victoria a través del fraude al presidente reeleccionista Juan Hernández, le han perdido el miedo a la muerte.
A esta conclusión se ha llegado porque lejos de retirarse de las manifestaciones por la alarmante cifra de 24 personas asesinadas por militares, la población se ha armado de un valor que parece nacer de un contexto de país marcado por las muertes violentas.
La tasa de mortalidad en Honduras registra 59 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, reflejo de ese clima violento. Los ciudadanos han logrado revertir el papel de “víctimas”, ya que los civiles han logrado acorralar a uniformados y hasta les han despojado de algunos escudos antimotines.
De momento la prensa tradicional, fiel al régimen, ha suscitado los hechos de violencia para opacar el fraude electoral contra el que lucha la Alianza de Oposición, que ganó en las urnas, publicando artículos de uniformados heridos pese a que sus indumentarias fueron fabricadas para hacerlos soportar condiciones similares y protegerlos. Lo que no dicen los medios corporativos, es que a la fecha ya son tres niños que han perdido la vida a causa de la represión.
Una de las víctimas fue una menor de tres años de edad, que murió el pasado martes en un centro asistencial al ser afectada por el gas lanzado en el sector de Quebrada Seca de El Progreso, en Yoro. Por ese hecho, los pobladores incendiaron la posta policial de la colonia Berlín, apoderándose de los escudos para decorarlos con el grito popular “Fuera JOH”, en rechazo a Hernández. Según reporte oficial, un policía resultó gravemente herido.
Los otros dos menores murieron de la misma forma, uno de ellos de seis años. El menor residía en el Barrio San Juan Bosco y su muerte fue confirmada por una abogada de Derechos Humanos a través de Facebook. Se presume que la tercera víctima tan solo tenía dos meses de nacido y murió sofocado porque los uniformados en un claro abuso de autoridad, lanzaron gases lacrimógenos a distintos hogares.
El Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), denunció el atropelló policial y militar, publicando en su página oficial de Facebook un video que evidencia cómo los efectivos lanzan el gas a las casas.
Por otro lado, el lunes, el canal de noticias Une TV, mostró videos de confrontaciones en Olancho, donde se observa a las fuerzas de seguridad acorraladas por los protestantes, entre los reclamos a los soldados está el no cumplimiento de su deber por velar el respeto a la Constitución, violentado por la reelección de Hernández.
Ayer la calma ha estado únicamente en Tegucigalpa, capital del país, pese a que ayer se desató una batalla campal en la colonia Villanueva.
