Cervantes

Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.

MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.

31 de enero de 2019

Russia not to evacuate citizens from Venezuela: spokesperson



                 Source: Xinhua | 2019-02-01 03:34:37 | Editor: huaxia


Supporters of President Nicolas Maduro attend a rally in support of the state oil company PDVSA in Caracas, Venezuela January 31, 2019. (REUTERS PHOTO)
MOSCOW, Jan. 31 (Xinhua) -- Russia has no plans to evacuate citizens from Venezuela despite the risk of a large-scale armed conflict or foreign invasion, Russian Foreign Ministry spokesperson Maria Zakharova said Thursday.
"We are not talking about the evacuation of either Russian diplomats, their families, Russian citizens, or employees of overseas agencies and companies. This I can confirm," Zakharova told a news briefing.
She said that "unfortunately, the threat of a large-scale armed conflict has not passed" in Venezuela.
A direct external intervention cannot be excluded, she added, recalling a line that read "5000 troops to Colombia" in the notepad of U.S. National Security Adviser John Bolton, noticed by media at one of his recent briefings.
Zakharova said she has no doubt that foreign forces are hindering internal dialogue in Venezuela, where opposition is unwilling to engage in negotiations regardless of President Nicolas Maduro's readiness for talks.
However, Moscow believes that the possibilities of diplomatic assistance to Venezuela in solving its very complex crisis are not exhausted, she said.
On Wednesday, Russian Foreign Minister Sergei Lavrov said Russia is ready to act as a mediator in establishing dialogue between the Venezuelan government and the opposition.
Maduro also said he was ready to negotiate with the opposition with the help of international mediators, in an interview with Russia's RIA Novosti news agency published earlier on Wednesday.

El asesor de seguridad de Trump lo deja claro: “Es una oportunidad de negocio, tenemos mucho en juego en Venezuela”

Por Kaos. Internacional
John Bolton, en una entrevista para Fox Business afirma que están en conversaciones con las principales compañías estadounidense para “producir el petróleo en Venezuela”. Una posibilidad que, añade el político, “marcaría la diferencia”.
El asesor de seguridad del Gobierno de Estados Unidos, John Bolton, ha afirmado en una entrevista a la cadena Fox Business que están en conversaciones con las principales compañías estadounidense para “producir el petróleo en Venezuela”. En dicha entrevista, Bolton añadía que la posibilidad de operar desde suelo venezolano “marcaría la diferencia”.
Bolton dejó caer también que para que esta situación se haga realidad antes debería producirse el derrocamiento del Gobierno del presidente Nicolás Maduro. “Es una oportunidad de negocio, tenemos mucho en juego haciendo que esto salga de la manera correcta”, llego a decir el político dejando más que claras las intenciones del Ejecutivo de Trump en la zona.
Una postura que ya evidenció con el apoyo inmediato al diputado opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente de Venezuela al que el Departamento de Estado llegó a calificar de “presidente encargado” de Venezuela para “recibir y controlar ciertos activos”.



El descuido de Bolton
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos cometía apenas unas horas antes de la entrevista un descuido que ha dado que hablar. Según muestran varias fotografías, tenía escrito en su cuaderno “5.000 tropas a Colombia” durante la rueda de prensa en la que la Casa Blanca anunció sanciones contra la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
En una ampliación de dichas fotografías tomadas por diversos medios de comunicación durante la rueda de prensa se aprecian dos inscripciones en el cuaderno de Bolton: la primera reza “Afganistán, bienvenidas las negociaciones” de paz con los talibanes, mientras que la segunda dice “5.000 tropas a Colombia”.

Público

La cadena de mando está clara y Guaidó teme pasar de héroe a mártir necesario


CLAE / Rebelión


La cadena de mando está clara: los halcones de Washington mandan, Juan Guaidó y los cómplices del Grupo de Lima acatan, prontos para la repartija del botín venezolano. Todo esto con un ataque mortal por redes sociales y medios hegemónicos, para crear el imaginario colectivo de que se está liberando a un pueblo sometido.Por eso es necesario montar actos de calle, “patriotas” dispuestos a todo para salir del “tirano”, construir una epopeya para que la Unión Europea y Gran Bretaña decidan respaldar al usurpador Guaidó, a que el 4 de febrero puedan lograr acuerdos concretos en la reunión del cómplice Grupo de Lima. Pese a sus previsibles fracasos diplomáticos, EEUU necesitaba articular a los diferentes actores en cada espacio regional e internacional.
Ahora avanza con hechos consumados y necesitan mayor consenso para dar los próximos pasos económicos, políticos, militares. ¿Avanzar con Rusia y China en contra? ¿Avanzar contra Citgo, empresa de la estatal venezolana Pdvsa donde Rusia cuenta con casi la mitad de las acciones?
“Los estamos esperando, estamos esperando a los violentos, los mercenarios, y a quienes pretendan meterse en Venezuela”, afirmó Vladimir Padrino López, ministro de Defensa. “Esto es un asedio, un libreto, estuvimos viendo el formato que se aplicó en Libia y vemos los mismos actos progresivos que se han generado”, añadió.
"La situación está lista y cuando EEUU lo desee va a comenzar la guerra en Ven ezuela" pronosticaba en mayo de 2017 el analista francés Thierry Meyssan en un video. Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), dirigió este martes un mensaje a los venezolanos y les aseguró “No están solos; la democracia volverá al país. Nunca hemos estado tan cerca como ahora”.
Mercenarios, paramilitares, “asesores” israelíes para la ocupación de territorios y desestabilización interna. Y la “ayuda humanitaria” que la oposición dice que hará entrar al país –seguramente con un escenario montado con diplomáticos y ONGs, cámaras de televisión-, posiblemente desde la frontera con Colombia, con el resguardo de paramilitares y bandas criminales a los que es tan afecto el gobierno de Bogotá.
A EEUU no le interesa el camino de la negociación y la mediación, sino imponer sus políticas y saquear el petróleo venezolano. Por eso ni siquiera se habla de la propuesta de México y Uruguay, o la del mismísimo Papa. La arremetida contra Venezuela no tiene antecedentes en otros países de la región, pero sí está relacionada con factores como el paramilitarismo colombiano o el narcotráfico mexicano-colombiano-estadounidense, dentro de una estrategia que parece copiar claves aplicadas en Medio Oriente.
Están al mando de la operación, nada menos que Donald Trump, John Bolton, Mike Pence, Mike Pompeo, Elliot Abrams, Marco Rubio, los jefes militares del Comando Sur, o sea los vectores del neoconservadurismo norteamericano vinculados a las tramas más oscuras de las intervenciones directas o por debajo de la mesa en el mundo.
Apenas medidas cautelares contra Guaidó
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) aprobó este martes una serie de medidas cautelares contra el diputado Juan Gerardo Guaidó, quien se proclamó "presidente encargado", que incluyen la prohibición de salir del país y el congelamiento de sus cuentas, al ser investigado por "usurpar" las funciones del presidente Nicolás Maduro.
Saab explicó que las medidas forman parte de la investigación que ordenó el TSJ el 23 de enero cuando Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" desde una tarima en una plaza pública, acción que ha "ha suscitado hechos violentos, pronunciamientos de gobiernos extranjeros y el congelamiento de activos de la República Bolivariana en el extranjero, lo que implicaría la comisión de delitos graves que atentan contra el orden constitucional".
Estas decisiones llegaron un día después de que la Casa Blanca anunció sanciones contra la estatal Petróleos de Venezuela, la mayor fuente de ingresos del país, y acreditó a Guaidó para controlar algunos activos de la nación en el exterior.
En tanto, la Asamblea Naciomal (en desacato) aprobó la designación de diplomáticos en naciones que han reconocido a Guaidó: Estados Unidos, Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Panamá y Perú, además, nombró al ex presidente parlamentario Julio Borges, como representante ante el Grupo de Lima, que con excepción de México desconoció a Maduro.
Una agenda premeditada
Los acontecimientos, quitados de la esfera política, comenzaron a acelerarse a principios de 2017 cuando Estados Unidos ordenó a los representantes de la oposición a no firmar los acuerdos de la Mesa de Diálogo que se realizaba en República Dominicana (transmitido por Julio Borges), descartando a la vez la vía electoral. El anuncio dado por la casa Blanca en la noche del último lunes da cuenta de que se avanza sobre un plan estructurado.
Primero se creó una imagen heroica de Juan Guaidó desde las redes sociales. Guaidó era un total desconocido para los venezolanos y su asunción como presidente de la Asamblea General se dio por rotación de los partidos en se cargo. Los líderes de la oposición habían perdido toda credibilidad ante sus continuos fracasos. Luego se inició una ola de violencia desde barrios populares, muy bien explotada publicitariamente.
Siguiendo el calendario, cada hecho fue aprovechado al máximo para crear el clima de que la situación no tiene vuelta: la autoproclamación de Guaidó (nadie sabe dónde tiene sede el gobierno ni cuál es el gabinete de este “presidente interino”), la reunión de la OEA, el llamado al Consejo de Seguridad de la ONU: fracasos en lo diplomático pero útiles para crear un imaginario colectivo sobre un mundo preocupado por salir de Maduro y del virus boilivariano.
Y llegaron los anuncios de los golpes sobre la economía, que se convirtieron en actos de piratería, robo, con John Bolton y Steve Mnuchin en primera fila: congelaron siete mil millones de dólares de los fondos de la estatal petrolera Pdvsa en EEUU y anunciaron que el monto de las compras de petróleo venezolano irán a Guaidó. Ya no se trata sólo de bloqueo, ahora es atraco, robo, piratería televisada en vivo y en directo, difundida por las redes sociales.
Ya los daños alcanzan a 23 mil millones de dólares. Los piratas británicos retienen mil 200 millones de oro venezolano, siete mil millones millones sobre Pdvsa, a los que hay que agregar los 11 mil millones que se generarán a partir de estos nuevos ataques, según Bolton.
La premura de Trump y la banda de los Mike (Pence y Pompeo) para acabar con Maduro y la revolución bolivariana y apoderarse del petróleo venezolano, sólo tiene una explicación. Intuyen, en el fondo, que la espada desenvainada por Hugo Chávez hace 20 años podría resultar, a la postre, más filosa que la alzada por los fieles del Islam, señala José Steinsleger en La Jornada.
Las amenazas siguen y seguirán a diario. "Cualquier acto de violencia e intimidación contra el personal diplomático estadounidense, el líder democrático de Venezuela Juan Guaidó o la Asamblea Nacional representaría un grave asalto a la legalidad y estará seguido de una respuesta significativa", dijo John Bolton. Hilando fino, se podría interpretar que en caso de necesitarse un mártir, Guaidó bien podría ser asesinado por sus mentores.
Alvaro Verzi Rangel: Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

La alianza para revivir los golpes de Estado en América Latina





Colombia rechazó mayoritariamente los acuerdos de paz en el plebiscito y se muestra dispuesta a una guerra con Venezuela, ¿hay lógica en rechazar la paz interna y promover la guerra externa? A la luz de la historia reciente, es probable, los hechos, más que la propaganda, indican que puede darse una conflagración que involucre varias naciones, en una guerra de incalculables consecuencias e incierto resultado, en el área Andina del continente.
¿A qué obedecería una guerra entre países hermanos, de estas característica? En gran parte, a las nuevas formas de la geopolítica en la disputa por recursos e influencia en el mundo, modelo económico y político, en un contexto multipolar, con EE.UU. dispuesto a volver al modelo proteccionista, mientras China y otras potencias defienden el libre cambio.
En Latinoamérica, hace mucho no se producen guerras binacionales. Un tipo de confrontación y escaramuzas de guerras civiles internas fueron las que se produjeron durante la llamada Guerra fría a partir de los golpes de Estado que impusieron dictaduras y juntas cívico-militares anticomunistas, dirigidos por EE.UU. y con el apoyo de la extrema derecha, entre 1950 y 1980, con el objetivo de frenar el auge de partidos y movimientos políticos contrarios a los intereses económicos de monopolios norteamericanos y eliminar la influencia comunista en la región, garantizando la permanencia de gobiernos satélites de Estados Unidos, y así articular el continente a la disputa global entre el campo socialista y el capitalista.
Sin embargo, los ejemplos más recientes de agresión militar e invasión directa los tenemos en Nicaragua y Panamá. A Nicaragua le impusieron una guerra civil, o guerra de los Contras, tras el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 contra la dictadura de Anastasio Somoza, quien contaba con el apoyo de EEUU; minada desde adentro y afuera, destruida, cercada y bloqueada económicamente el gobierno sandinista fue obligado a transferir el poder en 1990 luego de una elecciones impuestas, a Violeta Chamorro, para la “transición democrática”.
Panamá fue invadida en 1989 por 26 mil soldados gringos, la excusa del imperio fue que Manuel Noriega, general que gobernó de facto entre 1983 y 1989 y quien había sido agente de la CIA, se había convertido en una amenaza y peligro para la seguridad interna de EE.UU. Fue acusado de narcotraficante y extraditado, luego de la masacre y poca resistencia que encontraron, pero para muchos críticos y analistas internacionales, la razón de fondo de la invasión fue recuperar el control sobre el Canal de Panamá, que había sido devuelto al país, luego de los tratados Torrijos-Carter en 1977.
Ahora bien, el modelo que sigue en estos momentos EE.UU. con el objeto de derrocar el gobierno legítimamente constituido de Venezuela, es el que ha seguido en del Medio Oriente. De hecho, en siete países de esta región y África, EE.UU. lleva a cabo operaciones militares directas.
La invasión a Irak en el 2003, su destrucción, bloqueo económico y de medicinas, según la revista británica de medicina The Lancet, causó la muerte de 650.000 iraquíes. No se conocen con precisión cifras de destrucción y muertes en Afganistán, Libia, Yemen, Somalia, Níger y Siria. No obstante, Irak sigue en medio de una crisis y violencia que no ha cesado, fue completamente destruido y su petróleo subastado a las potencias que invadieron. Poco o nada de las promesas de paz, estabilidad, democracia y libertad ha quedado.
La excusa para invadirlos es que eran regímenes terroristas o que apoyaban el terrorismo, y es prácticamente el mismo modelo, con ligeras variaciones, el que están imponiendo en el resto del mundo. El caso más emblemático fue Osama Bin Laden, fundador de Al Qaida, que pasó de ser agente de la CIA al peor terrorista y enemigo público número uno.
Para lograr su objetivo principal, cambiar un régimen no sometido a su control por uno sometido, generan una gran matriz de opinión con mentiras y falsas noticias, para causar miedo y pánico en la población; en el caso de Irak, repitieron miles de veces que Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva, lo que resultó en un completo engaño. Al mismo tiempo, crearon gobiernos “paralelos” dentro o fuera del país, líderes políticos dóciles que tenían o compartían los mismos intereses del gobierno de EE.UU y las potencias de la alianza comprometidas con las agresiones e invasión.
Con Venezuela han intentado varias estrategias, como el golpe “blando” para desestabilizarla, apoyando una oposición golpista asesina, que prende fuego a aquellos “sospechosos” de ser chavistas o simpatizantes del gobierno, incendian hospitales, atacan escuelas y guarderías, queman vehículos públicos, atacan directamente a las fuerzas armadas y los cuarteles, como se ha visto en las manifestaciones guarimberas de los últimos años. Como no les ha dado el resultado que persiguen, han cambiado la estrategia.
Luego del reconocimiento del verdadero usurpador, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional en desacato de acuerdo al Tribunal Supremo de Justicia, quien concertó los pasos a dar con su protector Donald Trump, un acto considerado traición a la patria en muchos Estados, éste se autoproclamó “presidente interino” y a Nicolás Maduro lo calificó de “usurpador” e “ilegítimo”, patraña y mentiras difundidas y repetidas por la matriz de opinión internacional que apoya el golpe de Estado.
De hecho, se adelantaron las elecciones presidenciales para el 20 de mayo de 2018, a petición de la oposición golpista, es decir, antes del 10 de enero de 2019 como lo establece la Constitución venezolana en sus artículos 230 y 231. Pero los resultados le fueron adversos a la oposición golpista, a pesar que 6 candidatos se inscribieron y participaron, elecciones donde Nicolás Maduro fue elegido presidente por 6.248.864 votos de 9.389.056, el 67,84%, por quienes decidieron votar y ejercer democráticamente su derecho al sufragio.
Con la autoproclamación de Guaidó vino automáticamente su reconocimiento como “presidente” por el Grupo de Lima, países cuyos gobiernos de derecha se alinderaron inmediatamente con el golpe que lidera la potencia imperial. Mientras, el “presidente” impuesto ha seguido perfectamente el juego, como un verdadero títere. “Imparte” órdenes nombrando embajador ante Colombia, ante la ONU, pide a otras potencias que retengan los activos de empresas venezolanas, desconociendo y violando completamente las reglas y compromisos del Derecho y tratados internacionales.
La otra arma con que cuenta la oposición golpista y EE.UU., es el cerco, aislamiento y asfixiamiento de Venezuela, como lo han hecho con Cuba por seis décadas sin resultados, impidiendo la compra de medicamentos, equipos de médicos y alimentos, bloqueando sus cuentas en oro y activos por ventas petroleras en el extranjero, como el Banco de Inglaterra que se niega a devolver oro por valor de US$ 500 millones. Y más recientemente, el Departamento del Tesoro anunció el congelamiento de 7.000 millones de dólares de PDVSA.
Lo que preocupa realmente de una agresión o invasión a Venezuela, son las consecuencias y sus resultados. Se trataría de una confrontación bélica que involucraría otros países, como Colombia y Brasil, cuyo presidente Bolsonaro, un ex militar que ha aplaudido los golpes militares y las dictaduras en el continente y que está a favor de derrocar el gobierno de Venezuela.
Una guerra contra ella sería provocar un colapso del sistema regional, y Colombia como agente activo, desde su presidente Iván Duque y la diplomacia que improvisa en materia de relaciones diplomáticas y Derecho Internacional, está metida de pies y manos en el plan para derrocar un gobierno con el cual tiene profundas diferencias, y eso los ha llevado a ser proactivos con el golpe de Estado, reconociendo a Guaidó como “presidente”, al embajador que éste acaba de nombrar ilegalmente, como se ha dicho repetidas veces, violando normas del derecho internacional, los protocolos diplomáticos, el orden jurídico interno, la soberanía y el derecho que le asiste a Venezuela a resolver, sin injerencia alguna, sus problemas internos.
El punto neurálgico aquí es Colombia, ya que EE.UU. posee 7 bases militares en su territorio, lo cual le facilitaría un apoyo no solo logístico sino movimiento de tropas hacia la frontera con Venezuela. Ya el halcón de la guerra John Bolton dejó ver la intención que tienen cuando escribió en su libreta 5000 troopas a Colombia.
La sociedad colombiana también está profundamente dividida, no solo por la crisis y amenaza de invasión a Venezuela, sino que padece graves contradicciones y conflictos internas. Por un lado, el conflicto armado interno que hace aguas, no se cierra definitivamente y parece que está aún más lejos de resolverse con este gobierno, que ha roto todo vínculo con la guerrilla del ELN a raíz del atentado con bomba a la Escuela General Santander en Bogotá.
En este sentido, improvisa en materia de relaciones diplomáticas, cuando le pide a Noruega y Cuba, dos de los países garantes para los diálogos con el ELN, que capture y entregue a Colombia la delegación de esta guerrilla que está en La Habana, a sabiendas de que fue el Estado colombiano el que solicitó a dichas naciones su mediación.
Por otro lado, una sociedad cuyas instituciones sufren una crisis profunda por la pérdida de legitimidad, como la Fiscalía, cuyo jefe, Nestor Humberto Martínez, ha desatado un movimiento ciudadano anticorrupción que pide su renuncia. ¿Cómo va a ir a reclamarle a otro Estado que corrija sus vicios, si no ha sido capaz de afrontar y resolver los suyos?
Finalmente, una sociedad que se pretende democrática pero que con la indiferencia de un amplio sector de ella, ha permitido o consentido el exterminio sistemático de líderes y lideresas de base, campesinos, afros, indígenas, reclamantes de tierras, sindicales, LGTBI, mujeres activistas por sus derechos, ambientalistas, y un largo etc. ¿Con qué autoridad señala de graves los problemas del vecino y lo acusa de dictadura, si en su propia casa le da la espalda a sus connacionales que están siendo asesinados?


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Cómo Gran Bretaña robó 45 billones de dólares a India y mintió acerca de ello


Al Jazeera

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

En Gran Bretaña se suele contar la historia de que, por muy horrible que haya sido, la colonización de India no reportó ningún beneficio importante a Gran Bretaña. En todo caso, la administración de India supuso un coste para Gran Bretaña, de modo que el hecho de que el Imperio británico se mantuviera durante tanto tiempo, continúa esa historia, fue un gesto de la benevolencia británica. Una nueva investigación de la prestigiosa economista Utsa Patnaik recién publicada por Columbia University Press atesta un duro golpe a este relato. Basándose en casi dos siglos de minuciosos datos sobre los impuestos y el comercio Patnaik Utsa Patnaik calculó que Gran Bretaña había sacado a India un total de casi 45 billones de dólares durante el periodo comprendido entre 1765 y 1938. Se trata de una cantidad colosal. Comparativamente 45 billones de dólares es 17 veces más que el actual producto interno bruto anual total de Gran Bretaña.
¿Cómo ocurrió?
Sucedió por medio del sistema de comercio. Antes del periodo colonial Gran Bretaña compraba a los productores indios productos como textiles y arroz, y los pagaba de la forma normal, generalmente con plata, como hacía con cualquier otro país. Pero algo cambió en 1765, poco tiempo después de que la Compañía de las Indias Orientales se hiciera con el control del continente y estableciera un monopolio sobre el comercio indio.
Funcionaba de la siguiente manera: la Compañía de las Indias Orientales empezó a recaudar impuestos en India y luego utilizó inteligentemente una parte de estos ingresos (aproximadamente una tercera parte) para financiar la compra de artículos indios para uso británico. En otras palabras, en vez de pagar los artículos indios de su bolsillo, los comerciantes británicos los adquirían gratis “comprándoselos” a las y los campesinos y tejedores con el dinero que les acababan de quitar.
Fue una estafa, un robo a gran escala. Sin embargo, la mayoría de las personas indias no se dieron cuenta de lo que ocurría porque el agente que recaudaba sus impuestos no era la misma persona que aparecía para comprar sus productos. Si hubiera sido la misma persona seguramente se habrían olido que había gato encerrado.
Algunos de los productos robados se consumieron en Gran Bretaña y el resto se reexportó a otros lugares. Este sistema de reexportación permitió a Gran Bretaña financiar un flujo de importaciones de Europa en el que se incluían materiales estratégicos como hierro, alquitrán y madera, que fueron fundamentales para la industrialización de Gran Bretaña. En efecto, la Revolución Industrial dependió en gran parte de este robo sistemático a India.
Por si fuera poco, los británicos pudieron vender los productos robados a otros países por mucho más de lo que los habían “comprado” y embolsarse no solo el 100 % del valor original de los productos sino también el margen de beneficio.
Después de que iniciara el control británico del India en 1858 los colonizadores añadieron un nuevo giro especial al sistema de impuestos y compras. Como se había roto el monopolio de la Compañía de las Indias Orientales, se permitió a los productores indios exportar sus productos directamente a otros países, aunque Gran Bretaña se aseguró de que aun así el pago de aquellos productos acabara en Londres.
¿Cómo se hacía? Básicamente cualquier persona que quisiera comprar productos a India lo tenía que hacer utilizando unos Billetes del Consejo especiales, un papel moneda único que solo emitía la Corona Británica. Y la única manera de conseguir esos billetes era comprarlos a Londres con oro y plata. De modo que los comerciantes pagaba a Londres en oro para conseguir los billetes y después utilizaban los billetes para pagar a los productores indios. Cuando los indios cobraban los billetes en la oficina colonial local se les “pagaba” en rupias que provenía de las recaudaciones de impuestos, el dinero que se les acababa de recaudar. Así que, una vez más, de hecho no se les pagaba en absoluto, sino que se les estafaba.
Mientras tanto, Londres acabó con todo el oro y plata que debería haber ido directamente a los indios a cambio de sus exportaciones.
Este corrupto sistema significaba que aunque India tenía un impresionante superávit comercial con el resto del mundo (un superávit que duró tres décadas a principios del siglo XX) en las cuentas nacionales aparecía como déficit debido a que Gran Bretaña se apropiaba de la totalidad de los verdaderos ingresos provenientes de las exportaciones de India.
Algunas personas consideran que ese “déficit” ficticio es la prueba de que India fue un lastre para Gran Bretaña, pero la verdad es exactamente lo contrario. Gran Bretaña interceptó enormes cantidades de ingresos que en justicia pertenecían a los productores indios. India era la gallina de los huevos de oro. Mientras tanto, el “déficit” significaba que India no tenía más opción que pedir prestado dinero a Gran Bretaña para financiar sus importaciones. Así, toda la población india se vio obligada a contraer una deuda completamente innecesaria con sus caciques coloniales, lo que consolidó aún más el control británico.
Gran Bretaña utilizó el dinero caído del cielo proveniente de este sistema fraudulento para alimentar la maquinaria de la violencia imperial ya que financió la invasión de China en la década de 1840 y la supresión de la rebelión india en 1857. Y esto se sumaba a lo que la Corona tomó directamente de los contribuyentes indios para pagar sus guerras. Como señala Patnaik, “el coste de todas las guerras de conquista británicas fuera de las fronteras indias se cargoósiempre totalmente o en su mayor parte a los ingresos indios”.
Y eso no es todo: Gran Bretaña utilizó este flujo de tributos de India para financiar la expansión del capitalismo en Europa y en zonas de asentamiento europeo como Canadá y Australia. Así que lo extraído en las colonias facilitó no solo la industrialización de Gran Bretaña sino también de gran parte del mundo occidental.
Patnaik identifica cuatro periodos económicos diferentes en la India colonial desde 1765 hasta 1938, calcula lo extraído en cada uno de ellos y a continuación añade una modesta tasa de interés (de aproximadamente el 5 %, que es más baja que la tasa en el mercado) desde la mitad de cada periodo hasta nuestros días. Sumándolo todo concluye que la cantidad total que se sacó a India equivale a 44.6 billones de dólares. La economista afirma que esta cifra es conservadora y no incluye las deudas que Gran Bretaña impuso a India durante la época del dominio colonial británico.
Se trata de cifras descomunales. Pero no se pueden calcular los costos reales de este drenaje. Si India hubiera podido invertir en desarrollo sus propios ingresos fiscales y sus ingresos en divisas, como hizo Japón, no se sabe hasta qué punto podría haber sido diferente su historia. India se podría haber convertido perfectamente en una potencia económica. Se podrían haber evitado siglos de pobreza y sufrimiento.
Todo esto es un antídoto aleccionador contra el halagüeño relato que promueven determinadas voces poderosas en Gran Bretaña. El historiador conservador Niall Ferguson ha afirmado que el dominio británico ayudó a “desarrollar” India. Cuando era primer ministro David Cameron afirmó que el dominio británico supuso una clara ayuda para India.
Este relato ha logrado arraigar en el imaginario popular: según una encuestra realizada en 2014 por YouGov, un 50 % de las personas en Gran Bretaña cree que el colonialismo fue beneficioso para las colonias.
Sin embargo, durante los casi 200 años de dominio británico en India casi no aumentó el ingreso per capita. De hecho, durante la segunda mitad del siglo XIX, la época de apogeo de la intervención británica, los ingresos de India se desplomaron a la mitad. La esperanza de vida media descendió una quinta parte desde 1870 hasta 1920. Decenas de millones de personas murieron sin necesidad de una hambruna inducida por la política.
Gran Bretaña no desarrolló India, todo lo contrario: como deja claro el trabajo de Patnaik, India desarrolló a Gran Bretaña.
¿Qué exige esto a la Gran Bretaña actual? ¿Disculpas? Por supuesto ¿Indemnizaciones? Quizá, aunque no hay suficiente dinero en toda Gran Bretaña para cubrir las cantidades que identifica Patnaik. Mientras tanto podemos empezar por contar bien la historia. Tenemos que reconocer que Gran Bretaña mantuvo el control de India no por benevolencia sino para saquearla y que el auge industrial británico no surgió sui generis de la máquina de vapor y de instituciones fuertes, como querrían que fuera nuestros libros de texto, sino que dependió del robo violento de otras tierras y otros pueblos.
Dr. Jason Hickel es un académico de la Universidad de Londres y miembro de la Royal Society of Arts.
Fuente: http://www.aljazeera.com/indepth/opinion/britain-stole-45-trillion-india-181206124830851.html
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

Le président 2.0.

Par Marco Teruggi depuis Caracas
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Le 30 janvier 2019 a confirmé le caractère inédit du champ où se trouve le Venezuela: une nuée de caméras du monde entier à la recherche du “président de transition Guaidó” dans une ville qui aurait dû déborder de sympathisants pour voir exaucé leur désir de voir le “nouveau président” se trouver là où il devrait être, c’est-à-dire au Palais Présidentiel de Miraflores. La réalité, une fois de plus, a déconcerté ceux qui y croyaient: quelques poignées – littéralement – de manifestants circonscrits aux quartiers riches et une courte apparition de Guaidó entouré d’une cinquantaine de personnes, à l’Hôpital de l’Université Centrale, entouré par un peu moins d’une centaine d’étudiants et de professeurs en médecine, vieux antagonistes des politiques de santé gratuite pour la majorité sociale. Les journalistes des grands médias se regardaient sans comprendre. (1)
Tout ça pour ça ? Les médias ont dû se contenter de quelques plans serrés.
Après quoi Guaidó a écrit sur son compte Twitter: “Aujourd’hui #30Janvier, nous, vénézuéliens, sommes sortis à nouveau pour élever notre voix, nous retrouver dans la rue et démontrer que nous pouvons changer le pays”. Un peu plus tôt il avait remercié pour son appel téléphonique Donald Trump lequel à son tour avait twitté pour célébrer “la mobilisation massive”.
La distance entre la construction internationale des médias, des réseaux sociaux, et ce qui se vit dans le pays, est immense. Il ne se passe pas ce qui devrait se passer une semaine après l’autoproclamation. Guaidó n’a pas de territoire, ni de reconnaissance interne, ne commande à personne, n’éveille pas l’appui qu’il devrait éveiller, se retrouve plus proche du ridicule que du pouvoir. L’expression vénézuélienne la plus exacte pour le qualifier serait “pote de humo”, “boîte à fumée”.
Ce même 30 janvier, le Parlement Européen a avancé dans son refus de reconnaître Nicolás Maduro, en affirmant à travers Antonio Tajani, que Guaidó est devenu “le seul interlocuteur”, et qu’à partir d’aujourd’hui il serait reconnu comme président. De concert, les salons diplomatiques ont poursuivi leur courbe putschiste, avec la réunion de Julio Borges, député qui a fui la justice, et plusieurs sénateurs états-uniens. Borges assumera la représentation du “gouvernement de Guaidó” auprès du Groupe de Lima (gouvernements néo-libéraux latino-américains).
Le contresens devient évident. Toute personne honnête et dotée de sens commun qui parcourt Caracas se rend compte que le Venezuela n’est un pays en faillite où une partie de la population aurait décidé de se donner un nouveau président, et que ce “nouveau gouvernement” n’a pas de réalité sur place.
Ce hiatus révèle deux points centraux. En premier lieu, il corrobore que la construction de Guaidó a été conçue dès le début depuis l’extérieur à travers une puissante opération communicationnelle et politique. Il ne faut pas chercher pour l’heure de réponses sur le plan national pour comprendre ce qui peut venir. Les maigres annonces qu’a faites Guaidó sont destinées à l’international: nommer des représentants dans différents pays, recevoir des appels depuis les Etats-Unis, annoncer qu’on se prépare à recevoir leur aide humanitaire.
Cela signifie que le plan et les hypothèses doivent être recherchés dans les couloirs de la Maison Blanche. Chaque jour vient renforcer cette thèse. La décision et le schéma se trouvent à l’extérieur. Comment la droite en est-elle arrivée là ? Il faudrait mener une analyse sur les dernières années, l’accumulation d’échecs politiques et les matrices politico-culturelles issues de décennies et de siècles. Il faudrait aussi analyser la politique actuelle des Etats-Unis vis-à-vis de l’Amérique Latine, sa nécessité de construire un contrôle sans failles avec des gouvernements comme celui de Mauricio Macri ou d’Iván Duque en Colombie, dans un contexte de batailles géopolitiques corrélées dans le continent dans le champ des investissements.
Par ailleurs le contexte national se caractérise par une haute instabilité. Le calme revenu depuis le 23 janvier ne signifie pas que la droite ne peut pas relancer une série d’actions. Le plus probable est qu’elle le fera quand l’ordre arrivera. Cela se produirait sous deux dimensions.
La première se nouerait à travers sa base sociale la plus active, avec laquelle la droite a scellé un pacte dangereux: elle ne réussit à la convoquer que pour des actions visant à chasser Nicolás Maduro du Palais présidentiel. Ses autres activités politiques génèrent des sifflets, des refus, un manque de participation d’une base déçue par ses leaders. Cette base d’appui ne répond plus qu’aux appels au coup d’Etat. Elle le sait et c’est une partie de la négociation que mène Guaido en fonction de l’attente qu’il a créée et des logiques construites lors des tentatives de coup d’Etat antérieures (2002, 2014, 2017..)
La deuxième impliquerait d’activer des groupes armés dans les quartiers populaires. Selon les enquêtes réalisées à l’intérieur de ces territoires et selon les sources officielles, le prix par personne et par nuit pour sortir et monter un foyer de violence, est de 30 dollars. Cela, dans les zones où on cherche à générer un appui populaire, un soulèvement qui jusqu’à présent ne s’est produit nulle part, afin d’exploiter les images instantanément et intensément à travers les réseaux sociaux. Un foyer de violence furtif et converti en tendance sur Twitter possède un haut impact sur la base sociale que cherche à convoquer Guaidó, lui-même co-organisateur des violences d’extrême droite de 2017 caractérisées entre autres par les lynchages d’afrodescendants, brulés vifs.
Par contre, dans d’autres territoires, où l’objectif a été d’affronter de manière armée les forces de sécurité de l’Etat – avec grenades, armes courtes et longues – le prix fut environ de 50 mille dollars, à répartir ensuite au sein de la bande sous contrat.
Ces scénarios pourraient se reproduire au moment où la droite décide de les réactiver – ce qui ne signifie pas qu’ils seraient couronnés de succès. La violence fait partie intégralement du schéma de siège et d’assaut. Pour comprendre comment elle est calibrée, il faut la corréler avec les temps fixés pour atteindre l’objectif. Pour la droite le danger peut être d’épuiser sa base sociale, ou le refroidissement pur et simple si Guaidó persiste dans le manque de directives claires, dans l’inconsistance et dans l’incapacité de dire quoi que ce soit.
La position conjointe des gouvernements du Mexique et de l’Uruguay tranche avec ce contexte: ils convoquent une réunion internationale le 7 février pour aborder le thème du Venezuela. Le dialogue semble être la seule manière de désamorcer la tension explosive qui monte grâce à la complicité active de gouvernements, des grands médias et de forces souterraines. Sinon, quoi ? Maduro ne démissionnera pas. La guerre ouverte avec des mercenaires et paramilitaires ?
Ceux qui mènent le conflit contre le Venezuela se rapprochent de limites dangereuses. Guaidó, le premier président 2.0, une fiction réelle, ne semble qu’un pion dans le schéma qui l’a placé à cet endroit.
Marco Teruggi, depuis Caracas
Note (1) : à noter que comme d’habitude depuis 20 ans les grands médias ne montrent pas les manifestations chavistes, d’ailleurs bien plus nombreuses que celles de l’opposition.
(Note de Venezuelainfos)
Traduction: Thierry Deronne
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Venezuela. Revolucionari@s marcharán este sábado 2 de febrero


Resumen Latinoamericano / 30 de enero de 2019
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, anunció que este sábado 2 de febrero los revolucionarios marcharán en la avenida Bolívar de Caracas para conmemorar el cumplimiento de los primeros 20 años de la Revolución Bolivariana.
A través de su cuenta en la red social Twitter @dcabellor, detalló que están “listos para el combate y nuevas victorias”.  /CP
Fuente: VTV

Venezuela. ¿Qué mantiene al Chavismo en pie?


Resumen Latinoamericano / 30 de enero de 2019 / Augusto Márquez
Las amenazas abiertas de una intervención militar contra Venezuela y el nombramiento de un “gobierno paralelo” implican la continuación del Decreto Obama y de los golpes de Estado (fallidos) de 2014 y 2017, apalancados bajo el método de “revolución de colores” o “golpe suave”. Una premisa que es clave en tanto sirve para dibujarnos un mapa de antecedentes, pero también importante para comprender que fue Barack Obama, con todo su carisma, Nobel de la Paz y marketing como héroe de las minorías, quien hizo los primeros centros al área a Mike Pompeo y John Bolton.
Cada página de los famosos manuales de Gene Sharp ha tenido su aplicación en las calles del país, lo que ha obligado al chavismo a madurar intelectualmente y a mejorar su sistema inmunológico contra operaciones psicológicas, estrategias de apropiación de símbolos y otros recursos que persiguen su vaciamiento. Una vez más, no fueron la escuela de cuadros o la academia las instituciones que produjeron ese salto político. Fueron la calle y la experiencia: las mismas donde chocamos con Chávez, sin saberlo, antes del histórico 4 de febrero de 1992.
En parte, lo que mantiene al chavismo de pie es este rasgo distintivo y en permanente construcción como espacio de formación que rebasa las organizaciones clásicas de la política: partidos, sindicatos, etc.
Quizá por la mezcla entre descaro y paralelismos tan evidentes que traza la estrategia contra Venezuela, es fácil discernir lo que buscan y cómo lo están procedimentando. Ya sabemos que es un golpe en marcha, una importación de los modelos libio y sirio, que los gobiernos de Brasil y Colombia están complotados con Washington y que el puerto de llegada de toda esta operación es una intervención militar planteada desde distintos frentes.
Es tan evidente la estrategia y sus objetivos, que, incluso como síntoma de salud mental o de que algo de sentido común todavía queda, muchas figuras políticas que se habían alejado del chavismo por miedo al linchamiento mediático, ahora cierran filas con la Revolución Bolivariana. Por el propio peso de la realidad, las posturas timoratas, centristas y de omisión absoluta de los ataques que vive Venezuela, quedaron de lado para abrir paso al criterio unificado de que al país latinoamericano hay que defenderlo. La lista es demasiado larga como para retratarla a totalidad, ya ustedes saben a quiénes me refiero.
Al mismo tiempo esto no deja de generar suspicacia, pareciera que cada cierto tiempo debe ponerse en riesgo la vida orgánica de la República Bolivariana para que su valor histórico e importancia geopolítica pueda ser reconocido nuevamente con la efervescencia que siempre ha merecido.
Pero lo cierto es que en el trayecto que va desde una cotidianidad asediada por el bloqueo financiero al punto clímax de una amenaza abierta de intervención como se vive hoy, el chavismo pone a prueba los rasgos de su propia construcción como sujeto político. Y eso es, en síntesis, lo que debe ser defendido por ser la razón fundamental que persiguen en la guerra contra Venezuela.
Una radiografía sincera del chavismo nos dice que, como fuerza política, no se delimita únicamente a las organizaciones partidistas y en general de la sociedad civil como la conocemos. Para grandes sectores de la población implica tener un nombre propio y una historia con la cual contarse a sí misma, pero también expresa un ejercicio de autoestima y de participación permanente en el destino de la República. No es un cliente, un consumidor, un ciudadano pasivo que hace política a partir del voto únicamente, sino un acumulado histórico que crea formas de organización y resistencia de acuerdo a sus propias experiencias y enseñanzas colectivas.
Si algo nos dicen los golpes de Brasil, Honduras, Paraguay, y las derrotas por la vía legal en Argentina y Ecuador, es que la diferencia entre el chavismo y el resto del ciclo progresista estuvo en utilizar la distribución de los ingresos como un medio para la participación y la construcción de un sujeto político y no como una victoria en sí misma.
Del pueblo en las calles de Caracas en permanente defensa de sus conquistas, a la soledad de las calles de Río o Sao Paolo cuando Lula iba rumbo a la cárcel, está la afirmación de que el chavismo entendió temprano que llegar al poder es un medio para construir un modelo de país y de sociedad, no sólo un recurso para mejor los índices macroeconómicos.
El progresismo debe defender a Venezuela, pero también debe alimentarse y tomarlo como guía política, como modelo de resistencia y organización, para replantearse sus respectivas ofensivas locales.
El chavismo hizo de la gente común, de la ama de casa, de la jefa de hogar, de la juventud de los barrios, un sujeto político. Ese acumulado hoy se defiende con los dientes ante una violenta campaña de sanciones que violenta diariamente a la población y que intenta chantajearla: renuncia a ti mismo, a tu historia y a tu nombre por los 20 millones de dólares que promete Mike Pompeo en “ayuda humanitaria”.
A sabiendas de que en buena parte la base de estabilidad de la relación chavismo-Estado-sociedad radicaba en la distribución de la renta, Estados Unidos, la Unión Europea y sus extensiones coloniales en América Latina colocaron en marcha una operación de bloqueo financiero bajo la premisa de que, si se cortaba el flujo de dinero, el chavismo perdería apoyo como corriente histórica.
Y aunque sus afectaciones son sensibles, el chavismo transformó los mecanismos de contención y ayuda social del Carnet de la Patria, los bonos y el CLAP, en herramientas y dinámicas organizativas de control territorial, formación política y rearticulación del proletariado venezolano. Su alcance fue madurando progresivamente y no es descabellado decir que fue gracias a estas nuevas organizaciones, construidas desde el seno del pueblo, quienes garantizaron la victoria de Nicolás Maduro el 20 de mayo de 2018.
Hoy Estados Unidos y sus aliados utilizan esta fecha y su significación política como factor de diferencia para poner al mundo a elegir bandos sobre Venezuela, entre el reconocimiento o el apoyo a la guerra. Y cuando lo hacen, cada que vez que lo verbaliza Mike Pompeo, John Bolton o su hijastro Marco Rubio, sólo reafirman que actúan contra la inteligencia del chavismo, su aprendizaje y sus formas de resistir buscándose a sí mismo. Actúan contra ese nombre propio.
Tienen razón en actuar con desespero.
Fuente: Misión Verdad

Venezuela: El desafío histórico


Por Elías Jaua Milano, 30 enero 2019
En Venezuela el Presidente o Presidenta de la República se elige constitucionalmente de manera directa, secreta y universal. Resulta ganador o ganadora quien obtenga la mayoría simple de votos. En Venezuela el voto no es obligatorio.
El 20 de mayo de 2018, algo más de 19 millones de ciudadanos y ciudadanas teníamos garantizado el derecho a votar. Cerca de 10 millones de electores y electoras acudimos a ejercer nuestro derecho ese día y encontramos en la pantalla electoral, al menos tres opciones de candidatos, con propuestas programáticas distintas entre sí. Más de 6 millones votamos por Nicolás Maduro, obteniendo éste la mayoría de votos, siendo proclamado Presidente, por el órgano constitucionalmente facultado para ello, el Consejo Nacional Electoral.
El 10 de enero, fecha prevista en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de este año 2019, Nicolás Maduro se juramentó ante uno de los órganos establecidos en la Carta Magna, el Tribunal Supremo de Justicia y desde ese día está en ejercicio de sus funciones.
El 23 de enero de 2019, el diputado Juan Guaidó se autoproclamó de manera inconstitucional como Presidente encargado de la República, en una calle, ante una manifestación pública. ¿Por qué decimos de manera inconstitucional?
Porque no estamos ante ninguno de los supuestos previstos en la Constitución, para declarar una falta absoluta.
Porque en el caso de que se produzca una falta absoluta, estando ya en ejercicio el Presidente o la Presidenta, como es el caso actual, le toca asumir al Vicepresidente o Vicepresidenta de la República, hasta tanto se convoquen a nuevas elecciones.
Porque en ningún caso nadie, en el marco de la Constitución, puede asumir un cargo de mandatario para el cual no fue electo o tal cargo no exista legalmente, como es el caso la supuesta “Presidencia interina”.
La única manera de asumir la Presidencia de la República, al margen de lo previsto en el texto constitucional, es mediante un procedimiento de facto, es decir un Golpe de Estado, que para consumarlo y ese gobierno se convierta en fuente de derecho extra constitucional, se debe tener una correlación interna de fuerzas políticas y/o militares favorables, que Guaidó ni nadie de la oposición tiene. Por lo tanto, estamos ante un precario intento de usurpación de la Presidencia de la República, por parte del referido diputado y de quienes lo acompañan en esta peligrosa locura.
Hago está introducción, para que todos y todas podamos comprender que el foco del conflicto no está en la fallida autoproclamación del referido diputado, que la gravedad del desafío que tenemos radica en que el Presidente Donald Trump, actual líder del gobierno belicista de una de las principales potencias militares del mundo, lo ha reconocido como “Presidente interino” y quiere imponernos, con sus “socios”, un gobierno, por encima de nuestra soberanía nacional.
Por eso hablamos de desafío histórico. Para los venezolanos y venezolanas, hijos e hijas del sacrificio del Padre Libertador Simón Bolívar y de más de la mitad de la población que murió luchando, en las primeras décadas del siglo XIX, por nuestra Independencia, aceptar un Presidente impuesto desde el extranjero es renunciar a tener la Patria que él y su generación nos legara.
No aceptar este agravio histórico y defender nuestra dignidad nacional es un deber, que pasa por tomar conciencia del tamaño de la agresión que está en desarrollo. No es un juego. Los imperios no juegan en broma. Juegan duro y sin reglas.
En tal sentido debemos aprender las lecciones de la historia de los pueblos que le ha tocado confrontar la agresión norteamericana.
La primera gran victoria contra este Imperio es evitar que te lleve a la guerra y a la destrucción, sin renunciar a tu dignidad como Nación. Se trata de encontrar los mecanismos y caminos para diferir o evitar la confrontación final, preservando lo fundamental del proyecto nacional.
En tal sentido respaldamos plenamente los esfuerzos por seguir tendiendo puentes hacia el dialogo y el acuerdo político del compañero Presidente Nicolás Maduro, acompañado en este empeño por la actitud patriótica y responsable de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela, expresada en el histórico y concienzudo documento leído por el Ministro de la Defensa, General en Jefe,Vladimir Padrino López junto a toda la superioridad militar, el pasado 24 de enero de este año 2019.
Cuba es un buen ejemplo de cómo se gana la paz, con dignidad, frente a los imperialistas. Necesario es seguir oyendo al Comandante Fidel, “…a los yanquis se les confronta, no se les provoca”. Decimos nosotros, en la historia claro está que es con valentía, inteligencia y audacia, no con bravuconadas, como se puede derrotar tamaña agresión imperial.
De lo primero Vietnam es un paradigma. De lo segundo, la experiencia panameñay más recientemente la de Libia, son malos ejemplos. La suerte personal de los dirigentes no puede comprometer la suerte de la Nación, del pueblo y de su proyecto histórico.
Llegada la hora, el pueblo y sus cuadros no se deben inmolar innecesariamente. La Patria requerirá de sus mejores hijos e hijas para una larga resistencia y su posterior renacimiento. Para ellolos revolucionarios y revolucionarias tenemosque planificar, cada quien en su territorio, y no improvisar.
Yo estoy seguro, que esta generación de venezolanos y venezolanas con inteligencia, serenidad y madurez ganaremos la paz con dignidad. Dios mediante así será. Y como lo pronosticó nuestro Comandante Chávez, Venezuela emergerá libre, soberana y prospera hacia el porvenir.
La historia no absolverá a los y las “guaidos” ni a nadie que de manera irresponsable ponga en juego la vida de Venezuela como Nación. ¡La Patria está primero, la Patria vencerá!

Alerta Venezuela

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