Ya sabemos, Alejandra, que eres inmejorable candidata, pero la realidad del municipio Libertador es mala para ti y para el más zorro de los políticos. Errores que se fueron acumulando hacen que la distancia entre la derecha y la revolución sea de muchos miles de votos y contigo a la cabeza tocará remontarlos; contigo a la cabeza, pero con un equipo que aplique decididamente una estrategia válida, y que no te (se) caiga a coba. El promedio de las tres últimas elecciones da para la oposición 77.894 votos, y para la Revolución 43.244, una brecha de 34.650.
Para tu elección contará a tu favor, pero no será decisivo, las ventajas de partida que tienes: ser mujer, revolucionaria y comprometida con el legado de Chávez, el Presidente Mauro y el Gobernador Alexis; un contrincante insólito, analfabeta político, con pinta de niño bien hijo de papá y mamá; una oposición bailando sobre una unidad tambaleante, que tiene que sanar resquemores, depresiones y abandonos sobrevividos por la agresiva hegemonía impuesta por PJ sobre los partidos históricos merideños; una maquinaria de partido organizada y probada en muchas lides.
Tampoco será decisivo el número de afiches, la calidad de su diseño y mensaje, aspectos que están asegurados, y tampoco la cantidad y el trabajo de los “puntos rojos” promoviendo tu imagen de excelente candidata. Lamentablemente, tampoco la remozada estrategia de la “visita de los hogares de la patria y del 1x10 por hogares”, de inspiración nacional y llegada con retraso a los estados.
Nadie puede dudar de las bondades de esta estrategia para “la organización del voto”, para “identificar los simpatizantes chavistas de la revolución y censarlos por grupo familiar (en primer lugar al padre de familia u otro miembro chavista)” y las “visitas casa por casa para identificar y conformar los “Hogares de la Patria” para la defensa de la revolución de cara a los comicios municipales del 8D”. Todo, prueba de que en Caracas hay estrategas de campaña muy preparados, capaces de tonificar cada una de las situaciones que enfrentan, y que cuentan con una estructura tecnológica aceitada (¡!) que permite estar al tanto “en tiempo real” de las más disímiles realidades locales.
De paso, y para información de todos, no se ha terminado de llevar a todo el país la táctica del “1x10 por hogares”, y ya la oposición está basando su campaña en los “comandos familiares”… siempre han sido lapas, esperando que el cachicamo trabaje para ellas.
Pero Nada de lo anterior es decisivo, porque la realidad (la matemática) electoral lo puede superar. En un análisis heterodoxo (tendrían que demostrarme que errado) voy a exponer razones combinadas con pocos datos numéricos. El promedio de votación de las tres últimas elecciones en las parroquias; la primera cifra corresponde a los votos de la oposición.
De partida, sin hacer nada de nada, las parroquias El Morro (339-645), Jacinto Plaza (5.738-6.724) y Los Nevados (109-324), las ganarías, porque se vienen ganando de tiempos inmemoriales. Con un poco de esfuerzo, se agregaría a ellas, pero con escasa diferencia de votos, Gonzalo Picón (1.887-1.662) y Osuna Rodríguez (4.584-3983). Tirando el resto, con la estrategia tradicional, sumarías también a Arias (5.046-3.726), Domingo Peña (9.164-5.149) y Milla (8.168-4.441). Y van ocho parroquias de quince, pero… ¡no bastará!
Los resultados negativos, así la diferencia no sea muy grande, de Antonio Spinetti Dini (9.528-5.164), Caracciolo Parra (6.477-1.768), El Llano (6.182-2.056), Juan Rodríguez Suárez (8.372-2-084), Lasso de la Vega (4.126-2.145), Mariano Picón Salas (5.590-2.333) y Sagrario (2.285-1.081), te arroparían.
Nadie puede caerse a cuentos; para que triunfaras, habría que ganar las ocho parroquias contadas arriba, más El Sagrario, y hacerlo contundentemente en la Domingo Peña, Jacinto Plaza, Osuna Rodríguez, por su aporte electoral y la cualidad del voto. Además, rebajar significativamente la votación de la oposición (casi lo mismo que aumentar los votos de la revolución) en las que todos sabemos que no vamos a ganar por , porque no se trata de pedirle milagros al santo merideño de las cosas perdidas, Gregorio Rivera, sobre todo en Antonio Spinetti, Caracciolo Parra, Juan Rodríguez Suárez y Mariano Picón.
Me gustaría tomar parroquia por parroquia y contarles dónde está asentada definitivamente (es un decir, realmente lo está en las actuales circunstancias políticas) la derecha. Contarles de la inestabilidad extrema del gobierno de Chávez y de Maduro en la Parroquia Juan Rodríguez Suárez, donde cada día hay sigilosos corrillos elucubrando sobre su caída por las más diversas causas; de los focos de fascismo asentados –y actuantes– en la Lasso de la Vega; de las de población pobre que votan como si de ricos se tratase (Spinetti Dini, Caracciolo Parra, Mariano Picón…), de los enclaves de comerciantes como El Llano y Milla (vaya paradoja, los comerciantes se mudaron para parroquias con más pedigrí, pero siguen estando allí las “familias merideñas”).
La poco optimista realidad planteada ya la conocen las “salas situacionales” de aquí a Caracas, pero confían en que será revertida por la estrategia electoral remozada, sin convencerse de que el 1x10 de cualquier naturaleza perfecciona el control del voto pero tiene poco margen de incidir en nuevos, al igual que la visita casa por casa. Dijimos que los errores acumulados alejaron del gobierno a importantes sectores populares de parroquias claves, que hay que rescatar con otras tácticas electorales, que más que eso, son plantear un compromiso de gobierno con ellos y para ellos, que es lo que vamos a plantear. Lo demás, es optimismo desbordado.
No pensaba hacer un tercer artículo sobre el destino de María Alejandra, pero de seguir lo que tengo en mente el artículo se me desbordaría; por tanto, pronto va un tercero y espero que último, porque otras parroquias y situaciones políticas me están esperando. Hasta más luego, camaradas.