Insoportable el ambiente de ayer en Mérida. A BONUCCI y CIA se les ocurrió
calentar la ULA impidiendo la realización de intensivos, y lo logró. Como reacción, se dio una protesta civilizada
frente al rectorado y otra PARAMILITAR a lo largo de las obras del trole en la
avenida TFCordero, con ramificaciones en la 4.
Fuimos testigos de la acción de paracos contra una policía sin malicia,
que aún no ha comprendido con quiénes se enfrenta y, por tanto, no aplica las
tácticas indispensables para bridar paz a los merideños y exorcizar el peligro
contra el gobierno que nos hemos dado.


Mal que bien, los merideños tenemos callo por la intromisión de violentos en nuestras vidas, tanto, que corremos el riesgo de considerar el desasosiego como normalidad. Pero el clima de Mérida ayer parecía preludio de eso que la oposición llama “estallido social”, Santo Grial para lograr desalojar a los socialistas del gobierno. El comportamiento dentro del torbellino económico en que estamos sumidos, es de todos contra todos, de atraco mutuo, de desaparición de escrúpulos, de la razón de los más vivos; cuando se comparten condiciones menguadas surge lo instintivo, la violencia aflora. El bus no camina y debo llegar, necesito y no hay, hay pero debo hacer cola, acudo y no me atienden, me descuido y me roban, y siempre hay alguien, un “emergente”, depositando a gañote tendido o a la chita callando, la totalidad de la responsabilidad de esa realidad quemante en el gobierno, mediante un discurso tejido con mentiras garrafales, mitos, medias verdades y verdades. Exaspera, y en medio de una situación paradójica, la refutación sólo lleva a que te miren con lástima. Un ejemplo que me tocó vivir ayer en la cola de un banco del Estado, con sólo unas treinta personas en dos filas debí pasar más de dos horas porque “no había dinero” y sólo entregaban lo que otros iban depositando. Alguien intentó colearse y la violencia verbal surgió, hasta ofrecerse esperarse afuera, y vienen los cuentos con detalle de lo “sucedido ayer”, cuando dos sacaron armas blancas para agredirse; mientras, una señora se desmaya y las piernas de los adultos mayores, la mitad de los penitentes, echan chispas. Que si no pagan más de dos mil bolívares, que si son cuatro, y la vociferadora emergente, con vocación de nueva rica frustrada, vomitando datos sobre el oro de Chávez, las 175.000 toneladas de semilla de papa perdidas, la cotización malandra del dollar, el precio de las caraotas, los miles de médicos emigrantes y lo mucho que ha sufrido los últimos días… tan maltratada, me hace tenerle compasión, por la tizana de conceptos que le están haciendo explotar las neuronas, por su ropita de las marcas de moda, su cabellera castaña pálida, su sonrisa bobalicona y la oportunidad que está teniendo para que alguien escuche su clamor y se crea dirigente social. ¡Pobrecitos todos!
texto original en: http://www.frontinoso2.blogspot.com/