Aug 30, 2015
1
Los fogonazos de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki
clausuran oficialmente la Segunda Guerra Mundial en agosto de 1945. Con
ellos se quiso también borrar durante 70 años la verdad sobre el
conflicto.
- 5
La Segunda Guerra Mundial, al igual que la Primera, fue una operación de reparto del mundo entre potencias capitalistas desarrolladas, iniciada por tres de ellas que habían llegado tardíamente a la unidad nacional y por tanto a la rebatiña por mercados, recursos naturales y mano de obra barata. Codiciaba Alemania el lebensraum, el espacio vital ocupado por Europa Central y la UniónSoviética; sus inmensos recursos naturales y la mano de obra esclava de centenares de millones de eslavos. Aspiraba Italia a ocupar Grecia y parte del África. Japón, constreñido por su modesto territorio y escasos recursos, aspiraba a desplazar a europeos y estadounidenses del Pacífico, y a confiscar las vastas extensiones, las inmensas riquezas y la inagotable mano de obra de China.6
La
Segunda Guerra Mundial no culminó con el triunfo del fascismo porque lo
impidieron las fuerzas socialistas surgidas durante el anterior
conflicto planetario: la Revolución Soviética y la china. El fascismo
alemán es derrotado por la colosal resistencia del pueblo soviético,
que le cuesta más de 20 millones de víctimas a lo largo de cuatro años
de lucha. Los Aliados estadounidenses y británicos sólo intervienen en
Europa continental en mayo de 1944, mucho después de que los soviéticos
han desarticulado al ejército alemán en Stalingrado en febrero de 1943.
El imperialismo nipón arroja contra China casi tres millones de hombres
en armas, los cuales son desbaratados por la resistencia de la
guerrilla comunista y la tardía ayuda soviética en Manchuria; cuando
los estadounidenses rematan al Japón con sus bombas atómicas, éste ha
perdido de hecho su capacidad ofensiva. Sin la guerra popular, el mundo
de hoy estaría dividido entre una tiranía fascista eurocéntrica y otra
en el Pacífico.
7
Difícil es contabilizar el desastre: la Guerra cuesta 45
millones de vidas, según el cálculo aproximativo menos trágico, y 70
millones, según el más sombrío. Inútil contabilizar el de heridos: las
estrategias de los Aliados se concentraban en bombardeos de saturación
sobre ciudades indefensas, bajo la doctrina de que un herido requería
al menos cinco ilesos para cuidarlo. Encabeza la lista de las bajas la
Unión Soviética, con una estimación entre 17 y 37 millones de bajas,
en su inmensa mayoría civiles. Sigue en el rango del horror China, con
pérdidas imprecisamente calculadas entre 8 y 30 millones de vidas ante
los horrores combinados de la Guerra Mundial y de la
Civil. Alemania parece haber perdido entre 4,5 y 10 millones, Japón,
unos 3.600.000. (Micheal Clodfelter: Warfare and armed conflicts: a
statistical reference to casualties and other figures, 1500-2000,
McFarland, Jefferson, N.C., 2002 (2nd ed.) No son cifras: son seres
vivientes y pensantes, que en lugar de ver venir la muerte han podido
producir sumatorias inconcebibles de conocimiento, de creación, de
producción, de felicidad.
9
La Segunda Guerra Mundial, gracias a la participación
decisiva que en su curso tienen las fuerzas progresistas, abre paso a
una oleada de procesos de liberación nacional y descolonización. Tras
la derrota del fascismo triunfa la Revolución China, India se
independiza de Inglaterra; Corea y Vietnam logran independencias
parciales. Debilitadas por el esfuerzo bélico y por las sublevaciones
populares, las potencias coloniales entre 1945 y 1952 se ven forzadas
a reconocer la libertad política de 36 naciones. Buena parte de éstas,
entre ellas Indonesia, Vietnam, Irán y Egipto, la conquistan gracias a
movimientos radicales, con orientaciones socialistas. Contra esta
tendencia los imperialistas forjan una nueva conjura militar, la
Organización del Tratado del Atlántico Norte, e inician una Tercera
Conflagración Mundial, la Guerra Fría, punteada de sangrientos
conflictos que todavía no terminan.
10
La Tercera Guerra Mundial terminó por arruinar a la
Unión Soviética, sofocada por el gasto armamentista colosal que debió
sostener desde su primer día de existencia para defenderse de dos
Guerras Mundiales y del cerco de todo el mundo capitalista. Con ella no
cayeron ni el Socialismo ni la Historia. A partir de una lucha armada
que se inicia en 1927, la República Popular China se establece el 1 de
octubre de 1949, y en 66 años salta del atraso semifeudal a la
condición de primera potencia económica del planeta. Es la evidencia de
que el Tercer Mundo puede superar la condición a la cual lo han
condenado las hegemonías del saqueo. Por su parte, el imperialismo
financiero se viene abajo a partir de 2009, con una crisis que en 2015
desemboca en otra todavía más grave. Si la fase superior del
Capitalismo es el Imperialismo, la etapa superior de éste es la
Guerra. La Historia es una pesadilla de la cual trato de despertarme,
escribió James Joyce. La Humanidad merece despertar por siempre de las
simultáneas pesadillas del Capitalismo, el Imperialismo y la Guerra.