Posted: 07 Jan 2017 09:30 AM PST
El Ejército de EE.UU. se prepara para tener que encarar armas y tanques de Rusia, Irán y China en Oriente Medio y en distintos lugares del mundo.
Después de centrarse durante más de una década en la guerra de contrainsurgencia, el Ejército estadounidense ahora intenta prepararse ante un hipotético escenario de guerra en el que se enfrente a armas chinas o rusas en cualquier lugar del mundo, indica este jueves un informe de la revista estadounidense National Interest.
La proliferación mundial de armas rusas y chinas hace que aumente considerablemente la probabilidad de que las fuerzas del Ejército de EE.UU. se enfrenten a tanques, drones, sistemas de guerra electrónica, municiones de precisión, vehículos blindados y artillería fabricados por estos dos países en cualquier escenario de combate terrestre, por ejemplo en Oriente Medio.
Si el Ejército entra en combate terrestre en Oriente Medio, nos enfrentaremos a equipos de Rusia, Irán y en algunos casos de China”, indica un alto funcionario del Ejército en una entrevista con el portal Scout Warrior.
Si las fuerzas terrestres del Ejército estadounidense terminaran en Siria, explican los altos funcionarios del Ejército, definitivamente se enfrentarían a las armas rusas (estén en manos del Ejército sirio o de Rusia), un prospecto que representa una amenaza muy real para el Ejército a pesar de que no se sabe si sucederá.
Esto quiere decir, según detallan algunos oficiales de alto rango, que el ambiente de combate actual y futuro en el mundo tendrá cada vez más un carácter urbano y que estará lleno de armas y tanques rusos y de fabricación china.
A modo de ejemplo, indica como los tanques T-72 y T-90 de fabricación rusa, o los aviones teledirigidos y misiles chinos ya forman parte de los ejércitos de países alrededor de todo el mundo que podrían terminar en conflicto con EE.UU.; Paquistán está armado con tanques construidos en China de tipo 85-IIAP e Irán está equipado con T-72 fabricados por Rusia.
Es por todo esto que la revista indica que hay un cambio marcado y visible hacia estar listo para luchar y ganar contra un enemigo modernizado a gran escala, como Rusia o China, y que el entrenamiento del Ejército está cada vez más concienciado en la preparación para el combate de tipo fuerza-fuerza mecanizado.
