Y Beethoven reestrenó parque,
suerte distinta a la de Jáuregui y Quintero.
Ayer lunes 27 fue reinagurado el parque Beethoven, con los mismos atributos, en algunos aspectos mejorados, de cuando se creó en 1970. Muy bueno para el turismo, porque es placentero ir a esperar las melodías del carrillón en un sitio agradable que goza de una vista privilegiada de la Sierra. Pero, por la prevaleciente conducta gubernamental y ciudadana hacia parques y monumentos, estemos preparados para que pronto constatemos los efectos del abandono y la desidia. Y no exagero ni calumnio, porque tengo un registro completo de la vida de los parques y monumentos de Mérida, sobre todo de la época del ensayo socialista de gobierno. Por otra parte, hay que reconocerlo, en las gestiones de Porras y Ramírez se remozaron todos los parques importantes de la ciudad, se le dio nuevo destino a parte de los monumentos relegados y se erigieron nuevos.
La reinauguración de la plaza Beethoven, ícono turístico de la ciudad, fue noticia tibia, como lo son las que se refieren a obras cumplidas por un gobierno con grandes deficiencias de comunicación. Las informaciones pueden mantenerse más tiempo, llegar más lejos, influir más, si existiese una estrategia de comunicación decente, si se incluyesen en el marco político, cultural e histórico que les corresponde; lamentablemente no es así, y las noticias se apagan antes de tiempo. Pero lo que voy a expresar en este escrito no es el reclamo que sistemáticamente vengo haciendo sobre la iniciativa comunicacional inexistente, sino la denuncia de dos hechos que no fueron noticia, ni tibia, y la promoción de un libro al que le he puesto mucho empeño.
En febrero o marzo de 2016, y en enero o febrero de este año, dos bustos del patrimonio de Mérida fueron robados, sin que los hechos se convirtiese en noticia y, mucho menos, se hiciese el amago de que se iniciaba una investigación policial. En 2016, fue sustraido el busto de Monseño Jáuregui, que estaba ubicado en el sector San Benito, y este año, el del cardenal Quintero del bulevar de los obispos. ¿Quién lo sabía? Estos dos bustos hacen que sean 23 los monumentos que han sido robados en la historia de las estatuas de Mérida, sin que pase absolutamente nada en el ámbito de los poderes ni en la conciencia social de la ciudad.
Los intereses ideológicos detrás de la erección de monumentos, su condena al abandono y las distintas formas de depredación de que son objeto, son aspectos de Erigidores Vs. iconoclastas. Dilema de la estatuaria merideña, libro que acabo de finalizar. En siete capítulos hice un planteamiento teórico desde la izquierda de diferentes aspectos de la erección de monumentos, tenendo siempre como fondo histórico el caso merideño; además, incluí 169 fichas de los monumentos que se han erigido en Mérida desde 1842 hasta 2016, la única relación completa que se ha elaborado, con fotos del 95% de ellos (más de 500 fotografías) su ubicación geoespacial, fecha de erección, material escultórico, artistas que intervinieron y circustancias especiales que ocurrieron. Una visión del libro la podemos tener en el índice incluido al final de este escrito.
Hasta ahora es un libro inmóvil, esperando poder destinar recursos para una edición en CD que colocaré en venta. Es un libro impecable metodológica e históricamente, y editado con esmero, lo que lo hace magnífico para los interesados en la historia de Mérida, escuelas, colegios, turistas y visitantes. Espero que tenga una buena acogida y que las críticas no tarden en hacerse.
Monseñor J.M. Jáuregui, Sector San Benito, robado en 2016 |
Cardenal J.H. Quintero, Bulevar de los Obispos, robado en 2017 |
ORIGINAL: http://frontinoso2.blogspot.com/
Altamente recomendado