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8 de junio de 2017.- Motiva la presente declaración conjunta,
personalidades y organizaciones socialistas y revolucionarias de América
Latina, ante la pérdida de referencias principistas que están sufriendo
una serie de intelectuales y partidos de izquierda, respecto a la
actual crisis de la República Bolivariana de Venezuela. Ejemplo de este
tipo de análisis unilateral que termina llevando agua al molino de la
derecha interna y el imperialismo yanqui es la declaración de académicos
e intelectuales autodenominados de “izquierda” (“Un llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela“. Aporrea 28/5/17).
Las organizaciones y activistas firmantes de esta declaración sostienen que:
1. Para tener una cabal comprensión de los procesos políticos del
siglo XXI, debemos partir de la realidad concreta del marco
internacional y, dentro de ese marco, de la política de los centros
rectores del imperialismo, empezando por el gobierno de Estados Unidos.
Es el método que ya desde el siglo XIX utilizaron Marx y Engels.
Igualmente es el enfoque de Lenin sobre el imperialismo que le permitió
una posición de principios en medio de la Primera Guerra Mundial y al
mismo tiempo dirigir la Revolución Rusa de 1917. Método seguido por
intelectuales, revolucionarios y marxistas de todo tipo a lo largo de
los últimos dos siglos.
2. Para analizar la actual situación venezolana hay que empezar por
preguntarse: ¿Cuál es la política del imperialismo norteamericano
frente al gobierno del presidente Nicolás Maduro? ¿Respetarlo o
propiciar un golpe de Estado? ¿Podemos ignorar que el gobierno
norteamericano ha intentado por todos los medios cortar de raíz el
llamado “Proceso Bolivariano” iniciado por Hugo Chávez? ¿Podemos pasar
por alto el golpe de 2002 contra Chávez, en el que actuaron con
complicidad la embajada yanqui, la alta dirección empresarial (que
acapara y sabotea la economía y el abastecimiento de insumos básicos) y
la oposición de derecha que ahora dirige las protestas violentas contra
el gobierno de Maduro? ¿No nos importa que existe una campaña
internacional de desprestigio y mentiras dirigida por los grandes medios
de comunicación controlados por la burguesía mundial? ¿Carece de
relevancia la declaración del gobierno de Obama de 2015, que sigue
vigente, de declarar a Venezuela “un peligro para su seguridad
nacional”? ¿Las maniobras en la OEA dirigidas por el Sr. Almagro y
gobiernos ilegítimos, golpistas y de derecha, como los de México,
Brasil, Paraguay, Honduras, Colombia y Argentina, tratando de sancionar a
Venezuela, qué significan?
3. Las respuestas a las preguntas anteriores dan el primer marco de
referencia de la realidad concreta de la actual crisis de Venezuela. De
ellas debemos partir. Y todas las respuestas conducen a una conclusión:
el gobierno imperialista norteamericano intenta forzar un golpe de
estado, de cualquier tipo, contra el presidente Nicolás Maduro forzando
su salida antes que se cumpla su período e imponiendo elecciones
anticipadas que supone ganará la oposición de derecha.
4. ¿Por qué esta actitud visceral y golpista del imperialismo
yanqui, los medios de comunicación a su servicio, la pléyade de
políticos entreguistas y oligarcas antidemocráticos, contra el gobierno
de Nicolás Maduro? Porque el Proceso Bolivariano venezolano, pese a sus
debilidades, limitaciones e inconsecuencias, ha sido una verdadera
revolución popular, democrática, antineoliberal y antiimperialista, que
empezó a gestarse desde el “Caracazo” de 1989, prosiguió bajo la fallida
insurrección de 1992 dirigida por Hugo Chávez y finalmente se canalizó
por vías electorales en 1998.
5. Este proceso dio origen a un gobierno independiente de la tutela
del imperialismo yanqui, así se haya quedado en los límites
capitalistas con un socialismo más retórico que real. Pero el
imperialismo norteamericano nunca ha estado dispuesto a tolerar un
gobierno independiente en un continente que considera su “patio
trasero”, como lo prueban las decenas de golpes de estado sangrientos e
incruentos en toda la región a lo largo de la historia.
6. Todos aquellos que, aunque se digan de “izquierdas”, empiezan
por ignorar el marco internacional de la crisis venezolana para
responsabilizar exclusiva y principalmente de ella al presidente Maduro y
su gobierno, le hacen el juego al proyecto golpista del imperialismo
norteamericano y a la derecha venezolana. Especialmente aquellos que en
una simpleza inexcusable alegan que la “única salida es democrática” y
que por eso exigen “elecciones ya”, coincidiendo la propuesta de la
derecha.
7. Definirse de “izquierdas” y argüir que el gobierno del
presidente Nicolás Maduro lleva un curso “totalitario” y “dictatorial”,
como sostiene la Sociedad Interamericana de Prensa y Almagro, es faltar a
la verdad y llevar agua al molino del golpe derechista. Por el
contrario, salta a la vista la libertad con que actúan los líderes
opositores, la proliferación de medios de comunicación privados y
opositores, el respeto a la propiedad privada de la gran burguesía
venezolana pese a la reiterada actitud saboteadora de la economía.
8. Acusar al gobierno exclusivamente por la represión, como han
hecho algunos de los intelectuales que firman ese “Llamado internacional
urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela”, convocando a
actos de protestas en contra de la represión de la Guardia Nacional
Bolivariana, es ignorar que la ultra derecha venezolana ha creado grupos
facistoides que cometen desmanes, linchamientos, degollando e
incendiando a personas por considerarlas por su porte físico y
vestimenta de chavistas, queman y destruyen edificios y propiedades
públicas.
9. Acusar al gobierno de desconocer la Constitución y de ser una
dictadura o, que pretende darse un auto golpe, es ignorar que la
oposición de la MUD ganó la mayoría del Congreso Nacional en las
elecciones de 2015, pero que ha usado esa mayoría para bloquear el
funcionamiento del estado, hasta que enero de 2017 intentó un golpe
parlamentario declarando en “acefalía al gobierno”. Llaman a una salida
“dialogada”, pero se retiraron de la mesa de diálogo en donde participan
tres expresidentes de otros países y rechazan la convocatoria a
Asamblea Constituyente como un mecanismo adecuado por encontrar esa
salida, es alimentar a una posición de derecha que, por boca de su líder
Capriles, ha instado a los militares al golpe de estado y se mantienen,
desde hace más de 60 días, en subversión armada, civil y urbana,
disfrazando sus acciones criminales como plantones y protestas
pacíficas.
10. Quienes firmamos esta declaración no damos una carta blanca al
presidente Nicolás Maduro y la cúpula dirigente del PSUV, pues
consideramos que se han cometido muchos errores, omisiones y
desviaciones de los objetivos declarados del Proceso Bolivariano. Pero
nuestras críticas no son, ni pueden ser, las mismas del imperialismo
yanqui, la OEA y la MUD. Nuestras organizaciones sostienen que
la única salida a la actual crisis de Venezuela es profundizando el
proceso revolucionario hacia el socialismo, porque la política de
colaboración de clases sostenida por el gobierno hasta ahora ha probado
ser una atadura que debilita a la Revolución Bolivariana y fortalece a
sus enemigos de la burguesía. La convocatoria a Asamblea Constituyente
es una oportunidad para corregir el rumbo luchando por: una
real movilización de los trabajadores/trabajadoras y con todos los
sectores populares, sus movimientos sociales al margen de la
manipulación burocrática; con la creación de comités populares de
autodefensa; con el control obrero de la producción de las empresas del
estado y las del sector privado que produzcan alimentos, medicinas,
artículos de aseo personal; con verdaderas medidas de corte socialista
como la nacionalización de la banca y el comercio exterior para cortar
el flujo de dólares preferenciales a los que fugan capitales y acaparan;
con cese o moratoria al pago de la deuda externa; con la
desarticulación y castigo de los grupos empresariales que roban al
pueblo, tanto de oposición como de la llamada “boliburguesía”; con
condena a prisión a los funcionarios militares y policiales en actos de
corrupción y complicidad con los comerciantes inescrupulosos que
acaparan y remarcan pecios a los productos que comercializan; con la
revisión a los acuerdos como el Arco Minero del Orinoco. Estamos ahora,
por una verdadera salida pacífica y democrática a la crisis que tenga
por base la Asamblea Constituyente.
Junio de 2017.
Firman:
- Guillermo Almeyra
- Stalin Pérez Borges, Nieves Tamaroni e Ismael Hernández por la Liga Unitaria Chavista Socialista – LUCHAS
- Berna Menezes- Membro da Direção Nacional do PSOL-BR
- Mário Azeredo- Membro da Executiva Estadual do PSOL-RS
- Neiva Lazzarotto- Membro da Direção Nacional da Intersindical-Central da Classe Trabalhadora.
- Rejane Aretz- Membro da Setorial de Mulheres do PSOL-BR
- Mario Hernandez. Periodista y escritor. Miembro de la Comisión Directiva de la Coordinadora de Medios de la Ciudad de Buenos Aires (COMECI) y del Comité por el retiro de las tropas de ocupación argentinas de Haití.
- Edgard Sánchez, Luis Rangel, Josefina Chávez y Andrés Lund por el Partido Revolucionario de los Trabajadores – PRT de México.
- Briseida Barrantes, Abdiel Rodríguez, Félix Villarreal, Euclides Buitrago, Salomón Samudio y Olmedo Beluche por el Polo Ciudadano de Panamá.
- Eduardo Lucita -Economistas de Izquierda (EDI) – Argentina.
- Aldo Casas, Revista Herramienta y colaborador de FPDSCN
- Nora Ciapponi, militante socialista de Argentina.
- Alex Bainbridge y Susan Price, co-coordinardores nacionales, Socialist Alliance (Alianza Socialista)
- Federico Fuentes, editor, Links International Journal of Socialist Renewal (Enlaces, Revista Internacional de la Renovacion Socialista)
- Foro Social Latinoamericano (Sydney)
- Australia Venezuela Solidarity Network (Red de Solidaridad Australia Venezuela)
- Martín Mosquera, Democracia Socialista de Argentina.