Daniel Lara Farías escribe en twitter el siguiente hilo:
Voy con un hilo, respondiendo a la excelente recopilación deDurante AÑOS se ha señalado a
En efecto, la vinculación de
Con la llegada del chavismo,Franco D’Agostino al igual que la mayoría de los corruptos de la 4ta, se asimilaron en la 5ta y siguieron siendo gobierneros y corruptos. D’Agostino seguía contratando con el Estado y
Con su cuñado Francisco D’Agostino, más de lo mismo. Los enlaces familiares logrados por los D’Agostino parecen dignos de Los Soprano: El hijo casado con una hija de Victor Vargas, el padre casado con la exesposa de un Cisneros, etc. Pero ¿Y la nueva generación, qué hace?
En 2004,
Obviamente, se juntaron el hambre con las ganas de comer. Morillo consiguió al político opositor y
Como estamos hablando de hambre, mafia y ambición, pues a Diana D’Agostino se le metió en la cabeza que sus hijos tenían que entrar al negocio con Morillo. ¿Qué negocio? Intermediación en compra venta de petróleo. Cosa que en Venezuela solo puede hacerse con anuencia del régimen
Así,Morillo puso a Rodrigo Ramos D’Agostino y Ricardo Ramos D’Agostino a trabajar con él en su empresa “Waltrop Consulting”, que decía ser una empresa de “inteligencia empresarial” para decirle a empresarios del petróleo cómo y cuando negociar con PDVSA.
Morillo
monta junto a Leonardo Baquero el entramado “Helsinge” con el cual
hacen lo que hoy se está juzgando como conspiración en EEUU: aprovechar
información interna de PDVSA para tener la mejor oferta a la hora de
licitar. Esa información la vendían a otras empresas