28 de octubre de 2009

Editorial Despertar Universitario Octubre 2009

Sobre el IPP
El sistema de salud del profesorado universitario, basado en el IPP, tiene como principal característica su orientación capitalista y por ende, su sustentación en la medicina privada. En los últimos 20-30 años, se ha utilizado en preferencia la modalidad de la autoadministración, en la presunción de que esta modalidad podría ser más eficiente. Sería necesario analizar los cierres contables para poder emitir un juicio al respecto. Un hecho cierto y comprobable es la dificultad del IPP para cancelar y cubrir oportunamente los gastos de salud del Profesorado. La “autónoma” Universidad de Los Andes, necesita que el Estado cubra el 70% de los gastos, mientras que el Profesor aporta el restante 30%. Si el Estado dejara de suministrar esos recursos, el sistema de salud del IPP simplemente colapsaría en cuestión de días. Es mas, el IPP ya está quebrado por su mala y demagógica administración y sus directivos buscan recursos por todos lados (cuidado con Fonprula) para prolongar su agonía.
Esta orientación capitalista tuvo su arranque cuando la APULA estuvo bajo la dirección del Prof. David Fermín y ha continuado sin mayores variaciones hasta el día de hoy. ¡Hay que ver cómo se pelean los carros de la APULA cada vez que cambia la directiva! Y cómo justifican la compra de nuevos modelos, cuando el fondo del asunto (y todo el mundo lo sabe) es que el presidente de APULA no se puede bajar de una Cherokee último modelo para montarse en una desvencijada Land Rover de hace cinco años, es una cuestión elemental. El supermercado, que durante la IV República daba fiado a los profesores porque el gobierno había dejado de pagar los sueldos, fue y parece que sigue siendo la despensa de las reuniones de trabajo de la junta directiva. Y qué decir del Crucetal, donde se cultivaba tomates de buena calidad, se llevaban al mercado principal, se vendían, se compraban los de baja calidad y se vendían al supermercado del IPP quedándose el diferencial en los bolsillos de los encargados. El profesorado no se imagina (o no quiere imaginarse) la cantidad de estafas que se han realizado en el manejo de mercancías (alimentos, línea blanca, medicamentos) en los últimos 20-30 años.
La intervención contable del IPP sería lo más sano para el Profesorado. Aun continuando como los avestruces, con la cabeza metida en un hueco para no ver que el sistema de salud venezolano se está socializando y que la mayoría de las consultas, exámenes de diagnostico e intervenciones quirúrgicas, son gratuitas. Aceptando que nos encontramos todavía en transición y que lo mas seguro es un sistema mixto publico-privado, tengamos en cuenta que entre los aportes del profesor y los de la previsión social suman aproximadamente 1000 BsF/mes/profesor. Indagando en el mercado asegurador privado, por esa cantidad se asegura un grupo familiar promedio de cinco personas (dos adultos y tres niños) por 300.000 BsF, cifra seis veces superior al seguro de 50.000 BsF que se dispone con el IPP. Esa diferencia es el costo de la autoadministración. Es el dinero con que pagamos los carros lujosos de la directiva, la decoración de sus oficinas, los almuerzos, meriendas y cenas de trabajo, los remitidos de prensa, las propagandas por la radio, los viajes con sus respectivos viáticos, propios y de amigos eufemísticamente llamados invitados, etc. Es hora de sentarnos a sacar cuentas y limpiar la casa.

Sobre la cuenca del Mucujun
Hace unos días, el profesor Miguel Szinetar entrevistaba al profesor Raúl Estévez en un programa de radio por la emisora ULA FM. Al principio del programa, ambos dejaron bien sentado su condición de “arrepentidos”: estudiaron en la extinta Unión Soviética y militan actualmente en la oposición, nada de particular, hay muchos militantes socialistas que estudiaron en los Estados Unidos o en Europa, solo que no hacen propaganda de ello. Esa “necesidad” de decirlo como argumentación de lo que después se va a discutir es completamente banal. Pero bueno, es su necesidad y hay que respetarla. Volviendo al tema importante, el profesor Estévez acudió al programa de radio en su campaña a favor de “salvar” la cuenca del Mucujun, el detalle es que el Profesor Estévez fue uno de los primeros que construyó su casa en dicha cuenca. O sea, yo si puedo pero los demás no. Típico de la oposición y del imperialismo. Recuerda aquella caricatura, en que un oligarca sentado en su grande y lujoso auto, le grita a un campesino latinoamericano que está cortando un pequeño árbol para cocinar sus alimentos: “Epa, no cortes ese árbol, no ves que aumentas el efecto invernadero”. Al profesor Estévez no le preocupan (o al menos no hace campaña por ellas) las cuencas del río Chama (mucho mas importante) o del río Albarregas (mucho mas cercana), sólo la del río Mucujun, en donde el vive, lo que induce a sospechar que su argumentación sobre el agua es falsa y su verdadera preocupación es que su aristocrático Vallecito se llene de pobres. El profesor Estévez, en la segunda parte del programa, una vez salvada la introducción y la sindéresis obligatoria, en voz alta llamaba al pueblo (ese mismo que el no quiere cerca) a salir a protestar en las calles. Anochecerá y veremos.
La ciudad de Mérida debe expandirse como cualquier ciudad del mundo y su expansión, por razones climáticas será hacia el Norte, fundamentalmente en las cuencas del río Chama hasta Apartaderos y en la cuenca del Mucujun hasta más arriba del páramo de La Culata. Esa es la realidad. Toda actividad humana genera un impacto ecológico y debemos orientar el desarrollo hacia alguna forma de ecodesarrollo mas conforme con el respeto que debemos a la madre naturaleza. Aquí de nuevo nos encontramos ante la disyuntiva de adoptar un sistema capitalista consumista o de un sistema socialista menos consumista. Mérida es un estado productor de aguas para gran parte de la geografía nacional. Poseemos más de 2000 lagunas de agua dulce con un potencial hídrico sumamente importante. Esto no quiere decir que descuidemos los ríos, sino que el verdadero potencial hidrológico del estado Mérida reside en sus lagunas.
Insistimos en el desarrollo del Parque Albarregas, no sólo para humanizar la ciudad, sino para sanear la cuenca del río Albarregas, e indirectamente la cuenca del río Chama. Con respecto a la cuenca del río Mucujun podría pensarse en una continuación del Parque Albarregas y ahora que todavía hay tiempo, utilizar la tecnología de los biodigestores, o mejor aun, la tecnología de depuración vertical, que es usada con éxito en la limpieza de las aguas del río Sena, a su paso por la ciudad de Paris.

300
Este es el numero trescientos de Despertar Universitario. Hace poco se estrenó una película con el titulo 300, basada en la defensa del paso de las Termopilas por los espartanos. No hay comparación histórica pero si cierta similitud. Como espartanos hemos mantenido en el aire a Despertar Universitario, luchando denodadamente contra la oposición y muchas veces contra la incomprensión. Solos entre toda la prensa oposicionista, nos hemos mantenido en nuestro puesto de lucha. ¡Ni un paso atrás camaradas!