28 de abril de 2010

Editorial Despertar Universitario Mayo 2010


Todos los procesos electorales son, para los revolucionarios, una cuestión de vida o muerte sin ningún tipo de eufemismo. Si los fascistas, o la derecha que es lo mismo, toman el poder, no les temblará el pulso para irrespetar la legitimad de las leyes, el Estado de Derecho y de Justicia, y realizará mil veces mas barbaries que el 12 de Abril, cuando con apenas veinticuatro horas en el poder instauraban una siniestra dictadura que tomaba por asalto todos los poderes públicos y encarcelaba a todos los dirigentes de izquierda. Debemos unirnos, organizarnos y prepararnos para una campaña electoral en la que el enemigo cuenta con inmensos recursos y la asesoría de muy poderosas organizaciones extranjeras de inteligencia.
Gracias a Dios nuestra oposición es corrupta, anquilosada en el pasado, ausente de liderazgo. Su única ideología son los billetes verdes. El mayor peligro es el odio que destilan contra los pobres, los negros, los indios, la gente de los barrios. Debemos convivir con ellos pero llevándolos a sus verdaderos porcentajes. La mayoría de los ni-ni, como la oposición los llama, son pueblo como nosotros. La oposición tiene una muy difícil tarea por delante si pretende despistar al pueblo y robarse esos votos. Nuestro trabajo es no permitírselo.
El Gobierno Revolucionario esta cumpliendo con su parte dándole duro a los acaparadores de alimentos y especuladores de divisas. Cierto es, como dice nuestro Comandante Presidente, que en el mes de Abril, la oposición apátrida logro elevar la inflación mensual hasta un enorme 5.3% mensual. Así es la política de estos cipayos que aplauden y vociferan cuando al país no le salen las cosas del todo bien. Son tan estúpidos que no se dan cuenta que sus propias barrabasadas se les vuelve en contra. El pueblo sabe quien produce la inflación y quien lucha denodadamente para bajarla. El pueblo sabe quien pone en la calle camiones vendiendo productos baratos y también sabe quien los esconde.
No es una casualidad que la revolución haya ganado once de los últimos doce procesos electorales y el que perdió fue por menos del 1%. Además, debemos admitirlo, fue nuestra culpa por no presentar una proposición clara al pueblo en vez de una cantidad de cambios y modificaciones que en el fondo no era necesario que fuesen a referéndum, como se demostró posteriormente. El problema es que esta vez necesitamos mas de 2/3 de la Asamblea Nacional, 67%, cinco puntos por encima del resultado que obtuvo el Presidente Chávez (62%) en las ultimas elecciones presidenciales. No es mucho y lo lograremos con el esfuerzo mancomunado. Amen.