11 de mayo de 2010 (LPAC) — Lyndon LaRouche denunció hoy ferozmente a la Casa Blanca de Obama y al Departamento del Tesoro, por conducir una campaña viciosa para matar la enmienda Glass Steagall, que introdujeron la senadora demócrata Maria Cantwell (Washington) y el senador republicano John McCain (Arizona), y al mismo tiempo imponer un salvataje "Super-TARP" [TARP, siglas del mecanismo de salvataje bancario en EUa], a expensas del contribuyente estadounidense. "Si se permite que avance el salvataje Super-TARP", advirtió LaRouche, "habrá sangre en las calles. El pueblo estadounidense está lejos de tolerar otro salvataje de mega billones de dólares para un sistema monetario internacional quebrado sin remedio, en particular cuando la Reserva Federal de EU se propone como prestamista de último recurso para el rescate de un montón de bancos extranjeros con sede europea. Esto es una hiperinflación como en la [Alemania] de Weimar en 1923 pero a escala global".
En las últimas 24 horas, fuentes cercanas a la Casa Blanca de Obama y al liderato demócrata del Senado estadounidense han confirmado que el Presidente Obama, el Secretario del Tesoro Tim Geithner y el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Summers, han desatado una campaña a todo vapor para matar la enmienda Cantwell-McCain, que restablecería las normas Glass Steagall, establecidas inicialmente por el Presidente Franklin Roosevelt en 1933.
De acuerdo a las fuentes, luego de la derrota que sufrió el sábado el senador republicano Senator Robert Bennett (Utah) en las elecciones primarias de las juntas republicanas, debido a su respaldo al salvataje TARP de 2008 a Wall Street, el apoyo republicano a la enmienda Glass Steagall dio un salto, lo que asegura que si se introduce la enmienda en el proyecto de reforma financiera del senador Dodd, será aprobada abrumadoramente. En respuesta a ese hecho, la Casa Blanca trabajó durante el fin de semana hasta el lunes en la noche con el dirigente de la mayoría del Senado, el demócrata Harry Reid (Nevada), el presidente de la Comisión Bancaria del Senado, Christopher Dodd (demócrata, Connecticut), y los senadores demócratas Carl Levin (Michigan) y Jeff Merkley (Oregon), para diseñar un proyecto alternativo e impulsarlo, basado en las mentadas "Reglas de Volcker" que propuso el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker. Las Reglas de Volcker impondrían algunas restricciones a la actividad especulativa de los bancos y las compañías tenedoras bancarias, pero no haría nada para restablecer el cortafuego de la Glass Steagall, que separa la banca mercantil de la banca de inversión y los fondos especulativos, compañías de seguros y fondos de valores bursátiles. Como lo dejó en claro Lyndon LaRouche el sábado 8 de mayo en su conferencia transmitida por Internet, nada que no sea una restauración plena de la Glass Steagall y la reorganización por bancarrota del sistema financiera global, en quiebra sin remedio, puede funcionar.
Todas las fuentes confirmaron que el propósito de la enmienda Levin-Merkley, elaborada con la Casa Blanca de Obama, tiene como objetivo matar el esfuerzo por la Glass Steagall.
En respuesta a estos informes, Lyndon LaRouche caracterizó las Reglas de Volcker como "menos que inútiles".
Aparentemente Paul Volcker ha perdido las agallas para defender a Estados Unidos. El prefiere ser acceptable a éste gobierno demente. LaRouche agregó que "ahora es momento de ser patriota, olvidarse de cosas como la popularidad y el legado. Obviamente, Volcker no tiene mis agallas. No carece del cerebro para entender las consecuencias de su capitulación a las presiones de la Casa Blanca de Obama. Esta es una traición a Estados Unidos, y el lo sabe. Y lo mismo es cierto del senador Levin, quien lo sabe mejor que nadie, como para poner sus ambiciones antes que al pueblo estadounidense".
LaRouche le dedicó palabras aún más Fuertes al Presidente Obama, a quien acusó de "rehusarse a defender a Estados unidos, lo cual, como Presidente, es equivalente a traición". Advirtió que cualquiera que no respalde la enmienda Glass Steagall, la cual tiene el respaldo abrumador del pueblo estadounidense, será execrado por el 80 por ciento de todos los estadounidenses. "Al maniobrar explícitamente para bloquear la introducción de la enmienda Cantwell-McCain", advirtió LaRouche, "la Casa Blanca va hacia la dictadura".
- Super-TARP -
Según fuentes de inteligencia estadounidense y del Partido Demócrata, desde que ocurrió el desplome momentáneo de 1000 puntos en Wall Street el pasado jueves 6 de mayo, disparado por el derrumbe que acecha a la burbuja de la deuda soberana de la Unión Monetaria Europea, Geithner y Summers, con el respaldo activo del Presidente Obama, jugaron un papel central en la imposición del salvataje de más de un billón de dólares para los bancos europeos mayores, un rescate que no hará nada para resolver la desintegración financiera global que se viene encima, pero que va a sujetar a las poblaciones de Europa Occidental continental y a Estados Unidos a una austeridad schachtiana asesina, que conducirá de modo inevitable a una explosión social por todo el mundo trasatlántico.
De acuerdo a la version oficial de la Casa Blanca, el Presidente Obama llamó por teléfno a la canciller alemana Angela Merkel y al Presidente francés Nicolas Sarcozy el domingo en la mañana, para presionarlos a respaldar con el plan de salvataje Super-TARP. Aunque el anuncio público del acuerdo se enfocó en el papel del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, fuentes confirmaron que la clave de todo el acuerdo fue el compromiso de la Reserva Federal estadounidense de inyectar una oferta ilimitada de dólares estadounidenses al rescate. De hecho, a las 9:15 de la noche del domingo 9 de mayo, el Consejo de Gobernadores del Consejo de la Reserva Federal emitió un escueto boletín de prensa de dos párrafos, donde anuncia que el mecanismo de permuta que se utilizó en el derrumbe financiero internacional de 2007-2008, se extendería, otra vez, al BCE, al Banco de Inglaterra y al Banco Nacional Suizo, hasta enero del 2011.
La decision de intentar lograr otro rescate hiperinflacionario de todo el sistema financiero internacional, advirtió LaRouche, va a provocar el tipo de infierno en la Tierra que la monarquía británica ha venido promocionando como política oficial por años. "Quieren reducir la población mundial a menos de dos mil millones de personas, y esta política de salvataje de la Reserva Federal, impuesta por el Presidente Obama, va a hacer eso exactamente, si no se detiene inmediatamente. Alguien quiere el caos por toda la región trasatlántica".