PERCY ALVARADO GODOY – El 9 de julio de 2012 advertía en un
artículo titulado “Otro plan de la CIA contra Venezuela: Formar brechas
dentro de las FANB.” , sobre el inicio de varios programas encaminados a
minar a las FANB de Venezuela, los cuales han arreciado en los últimos
días, tras la deserción del traidor Leamsy Salazar –entiéndase
reclutamiento por parte de la CIA-, así como la huida organizada por
esta agencia hacia EEUU del ex general Antonio Rivero, prófugo de la
justicia venezolana.
En ambos casos, los ex militares venezolanos se han prestado a
servir de instrumentos de la guerra mediática contra el gobierno de
Nicolás Maduro.
Decía entonces yo en el referido artículo: “Todo parece indicar que la Oficina de Planes de la CIA ha optado por articular las añejas sub operaciones de la Operación Mangosta, establecidas en la década de los 60 contra Cuba, y adaptarlas en su guerra sucia contra Venezuela. Tales proyectos, la Operación Defector,
encaminada a inducir a la deserción a altos mandos militares cubanos,
sembrar recelos y desconfianza en las filas del MININT y el MINFAR, así
como alejarlas de su estrecha alianza con el pueblo; al igual que la Operación Heat Is On,
dirigida particularmente a la deserción de pilotos de combate y otros
especialistas, se han sacado de sus archivos y adaptados a las
particularidades de cada país, según ha sido necesario para Estados
Unidos”.
Advertía también en este artículo sobre la finalidad de estas
operaciones encubiertas, entre las que sobresalía el reclutamiento de
militares en activo y ex militares en retiro, así como garantizarles su
salida a EE UU, para usarlos como elementos provocadores y como
incitadores a la deserción de otros miembros de las FANB. Otras
finalidades existen. Al respecto, destaqué en esos momentos:
“Entre las mismas podemos señalar las siguientes:
● Ofrecer a los servicios norteamericanos información
relacionada con la defensa de la nación bolivariana, tanto desde el
momento en que escaparon hacia Estados Unidos, como la que reciben de
varias fuentes en activo.
● Tratar de recabar información sobre las FANB, la adquisición
de nuevos medios de defensa, despliegue de las fuerzas, respuestas ante
contingencias, etc., mediante sonsacamiento, relaciones personales y
otras formas de acercamiento, con militares en activo o retirados que
pueden acceder a esa información.
● Ayudar a las Oficinas de Análisis de la CIA y de la DIA a
obtener información para realizar perfiles sobre los altos mandos en
activo.
● Intentar reclutar a oficiales en activo como agentes operativos de la CIA dentro de las FANB.
● Preparar sabotajes a la técnica militar y generar brechas en la información entre los diferentes mandos.
● Fomentar campañas de detracción sobre los principales mandos de las fuerzas armadas.
● Incitar a oficiales y soldados a la deserción, a la
indisciplina hacia los mandos, a participar en labores subversivas
antigubernamentales.
● Fomentar brechas entre las FANB y los miembros de las Milicias Bolivarianas.
● Hacer llamamientos a favor de despolitización del órgano
armado y a favor de la defensa de los valores democráticos tradicionales
de la derecha.”
Hoy varios medios de comunicación que sostienen la más denigrante
guerra ideológica contra la Revolución Bolivariana, así como figuras de
la derecha fascista, se han encargado de difundir estas supuestas
deserciones cuyo trasfondo ha sido el trabajo de reclutamiento sostenido
por la CIA. A ello se suma también la labor de sonsacamiento de
militares en activo y la propagación de rumores sobre purgas internas
dentro de las instituciones armadas.
El ejemplo más evidente de esta trama lo ha sido el anuncio por
parte del reaccionario Carlos Ramírez López, quien impostó ayer en su
cuenta de Twitter que “se desató una investigación muy fuerte entre los
integrantes de la seguridad presidencial” y que, como consecuencia, un
grupo de 8 ellos abandonó Venezuela.
Según se desprende de las informaciones ofrecidas por el abogado
derechista, los tenientes de navío Cristian Travieso Rodríguez, Alexis
Coronado Patiño y Erick Morales; los capitanes de corbeta Javier
Rodríguez Márquez y Franklin Rodríguez Rodríguez; el capitán de navío
Alexis Infante Uranga; el teniente Eusebio Martínez Reyes y el capitán
de fragata Guillermo Almea Guevara, se encuentran protegidos, aunque en
tránsito hacia EEUU.
Esta nueva conspiración de la CIA contra las instituciones armadas
venezolanas, viene realizándose desde hace más de una década y sus
resultados comienzan a verse ahora con mayor claridad. Es una parte más
de la guerra sucia contra Venezuela.