El papa Francisco aprobó este martes el decreto que reconoce
el “martirio” del arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, en odium fidei, es decir, que fue asesinado por “odio a la fe”, por lo que podrá ser beatificado sin la necesidad de un milagro.
La beatificación se produciría así 21 años después de comenzar este proceso.
Romero, conocido por ser un defensor de los pobres, fue asesinado en 1980 por un comando de extrema derecha, mientras daba misa.
“Es providencial que el primer papa latinoamericano beatifique a monseñor Romero”, fueron las primeras palabras del postulador de la causa de beatificación, el arzobispo Vicenzo Paglia.
Paglia dará todos los detalles e incluso la posible fecha de la beatificación el miércoles durante una rueda de prensa.
Esta mañana, como es la praxis, el Pontífice se reunió con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, y aprobó el decreto.
Llamado “la voz de los sin voz” por denunciar la injusticia social y la represión, Romero fue asesinado por un francotirador cuando oficiaba misa en la capilla de un hospital de cancerosos de El Salvador el 24 de marzo de 1980, un día después de dirigirse a los soldados en su homilía: “Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: cesen la represión”.
Aunque no perteneció a la corriente de la Teología de la Liberación, reprimida durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, Romero fue un defensor de los pobres, en particular de los campesinos expulsados de sus tierras.
El papa Francisco, tradicional en cuanto a los dogmas pero comprometido con las cuestiones de justicia social, se identifica con la figura de Romero.
En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.
El proceso vivió una fase de estancamiento y sólo en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, mientras que con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 se ha vivido una aceleración a la beatificación de Romero.
EL TELEGRAFO
La beatificación se produciría así 21 años después de comenzar este proceso.
Romero, conocido por ser un defensor de los pobres, fue asesinado en 1980 por un comando de extrema derecha, mientras daba misa.
“Es providencial que el primer papa latinoamericano beatifique a monseñor Romero”, fueron las primeras palabras del postulador de la causa de beatificación, el arzobispo Vicenzo Paglia.
Paglia dará todos los detalles e incluso la posible fecha de la beatificación el miércoles durante una rueda de prensa.
Esta mañana, como es la praxis, el Pontífice se reunió con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, y aprobó el decreto.
Llamado “la voz de los sin voz” por denunciar la injusticia social y la represión, Romero fue asesinado por un francotirador cuando oficiaba misa en la capilla de un hospital de cancerosos de El Salvador el 24 de marzo de 1980, un día después de dirigirse a los soldados en su homilía: “Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: cesen la represión”.
Aunque no perteneció a la corriente de la Teología de la Liberación, reprimida durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, Romero fue un defensor de los pobres, en particular de los campesinos expulsados de sus tierras.
El papa Francisco, tradicional en cuanto a los dogmas pero comprometido con las cuestiones de justicia social, se identifica con la figura de Romero.
En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.
El proceso vivió una fase de estancamiento y sólo en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, mientras que con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 se ha vivido una aceleración a la beatificación de Romero.
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