Lo de quejarse parece un asunto cultural. Toda la vida nos hemos quejado que el rentismo petrolero era una maldición y ahora que tenemos la oportunidad de darle una "patá pol'culo" al susodicho rentismo, entonces todos se lamentan. Yo estoy feliz, creo que vale la pena el sacrificio. No hay grandes victorias sin bajas y si tengo que apretarme el cinturon dos huecos más ¡bienvenido! ¿Que no hay leche? Los únicos que verdaderamente la necesitan la tienen gratis en los generosos pechos de su madre. ¿Qué no hay pan? Genial, somos hombres de maiz, y si es pilao mejor. ¿Qué la carne, el queso y los huevos están caros? Pasé un año entero vegano radical y no me pasó nada.
¡Qué viva la crisis!