17 de enero de 2018

Felipe González y Zapatero destilan odio contra el independentismo catalán

González: “Hay supremacismo en el independentismo, aunque no tan explícito como el de Trump”

  • El expresidente no ve delito de rebelión pero sí de malversación y sedición en los independentistas encausados
González: “Hay supremacismo en el independentismo, aunque no tan explícito como el de Trump”
Felipe Gonzalez en un mitin del PSC en L’Hospitalet de Llobregat. (César Rangel)
El expresidente del Gobierno, Felipe González, ha avalado que el Gobierno central mantenga la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya si el presidente cesado, Carles Puigdemont, trata de ser investido como nuevo jefe del Ejecutivo catalán a distancia. Según el exdirigente socialista, Rajoy “no tendrá otro remedio” ante el “bucle extraño” que a su juicio se está produciendo en Catalunya, y en la que se trata de sortear la ley, el reglamento de la cámara catalana, el Estatut y la Constitución. Y esta situación perjudica a los ciudadanos, a la normalización política en Catalunya y también a los encausado ante el Tribunal Supremo por los delitos de rebelión, sedición y malversación. En es trasfondo de todo, González ve cierto “supremacismo” en el independentismo catalán.
Ha sido en una entrevista en la Cadena Ser donde el expresidente socialista ha arremetido conta la voluntad de Junts per Catalunya (JxCat) y su líder Carles Puigdemont de ser investido a distancia y ha advertido de los “discursos supremacistas” que se han puesto en auge en buena parte del mundo y en el que ha enclavado también el de discurso independentista. “Ellos no lo pueden comprender pero sí”, ha asegurado. Aunque “no es supremacismo tan explícito como el de Donald Trump”, ha traducido ese supremacismo en la idea que considera instaurada en el independentismo de que “si no nos lo impidieran, seríamos los mejores”, de manera que es una forma de considerar que “la realidad que no coincide con lo que yo describo no me comprende” y “no me conviene”. Y “esto es supremacismo”, ha opinado.
Considera instaurado en el independentismo la idea de que “si no nos lo impidieran, seríamos los mejores”
Pero también ha sido crítico con el resto de españoles que se refieren a los catalanes de forma genérica cuando en realidad están hablando de los independentistas. Así, “hablamos de los catalanes cuando nos referimos sólo a los independentistas y hay catalanes que los están pasando muy mal”, ha lamentado, hasta el punto de ser considerados “no son infieles sino herejes”. En este punto, González ha criticado la respuesta de España hasta el punto de que “es difícil identificar un proyecto de España”.
El expresidente ha reclamado al Gobierno central no escudarse en la reforma constitucional como mantra para no afrontar los problemas de dignificación del trabajo, de las pensiones…, en definitiva, “prioridades, que España las tiene y muchas y muy serias”. Y por eso ha lanzado una pregunta al aire: “¿Hay un proyecto ilusionante de España para los españoles y catalanes o España está ausente en sí misma?”.
“¿Podríamos proponer que un elefante fuese presidente? Porque no lo prohíbe el reglamento”
Junto a esta crítica al discurso independentista, ha censurado la voluntad de llevar a cabo una investidura a distancia, hasta el punto de que se esté “discutiendo lo indiscutible”. Ha pedido respetar la ley, el reglamento de la cámara que tiene rango de ley, así como el Estatut “que ellos mismo se han dado”. Para el expresidente, la cuestión de la investidura “no tiene discusión salvo que se crea que la ley tampoco es respetable y estemos de nuevo en los días 6 y 7 de septiembre”. Por eso ha considerado que no resultaría una señal de seriedad que “se inventen una investidura que no existe en el sistema jurídico español, catalán ni del mundo”. Y en este punto ha tirado de ironía: “¿Podríamos proponer que un elefante fuese presidente? Porque no lo prohíbe el reglamento”.
Además, González ha advertido a JxCat que esta pretensión es especialmente perjudicial para el futuro de los investigados y encarcelados, ya que va en contra de sus propios compañeros de filas y de proyecto sobre los que pesa la instrucción del Tribunal Supremo. Con el plan de la investidura a distancia “se enturbia todavía más” la causa judicial porque se aportan pruebas de que “no respetan la legalidad estatutaria”,y por esta vía “no van a recuperar la institucionalidad”, ha advertido.
Según el expresidente, con esta forma de actuar de los independentistas, “la sociedad va a sufrir mucho”, de manera que considera “vital” que se restaure un cierto nivel de confianza. Pero si se empieza “violentando la legalidad” con esta investidura, se estarán dando “todos los argumentos” para que el juez Llanera vea riesgo de reiteración delictiva e identifique la voluntad de volver a violentar la ley.
Con la investidura de Puigdemont se están dando “todos los argumentos” para que el juez Llanera vea riesgo de reiteración delictiva e identifique la voluntad de volver a violentar la ley
En todo caso, el expresidente socialista se ha mostrado en desacuerdo con la prisión preventiva decretada por el alto tribunal, aunque ha reconocido que la instrucción del Supremo está siendo “bastante rigurosa”. Pero a él le gustaría que “las garantías pudieran aplicarse” aunque al magistrado se lo están poniendo “muy difícil”.
Aunque los tribunales se pueden equivocar, González ha puesto por delante la exigible “lealtad institucional”. Y eso que ha admitido que “estaría más cómodo si saliesen de prisión” y, que “lo que han dicho para salir de prisión no hubiera contradicción tan flagrante” con lo que luego se pretende hacer en el Parlament.
Sobre los delitos que pesan sobre los dirigentes encausados, el exdirigente ha dicho tener “dificultad para ver el delito de rebelión”, y ha opinado que en primera instancia habría que haber evitado la instrucción penal mediante la acción política. Una vez descartada esta vía, para González se dan todas las condiciones para identificar el delito de sedición “y es evidente que ha habido malversación”, pero considera que “la rebelión es un delito dificilmente probable”.