17 de noviembre de 2024

 


Tiene más de $ 11 billones en activos. Tanto las multinacionales como gobiernos enteros están en la palma de su mano. Se enriqueció con las dos crisis económicas mundiales más graves del siglo XXI. ¿Quieren conocer la siniestra historia del hombre más poderoso del mundo?

Larry Fink es el CEO de BlackRock. Este fondo buitre es el primer o segundo mayor accionista de la mayoría de las grandes empresas estadounidenses.

Estamos hablando de medios de comunicación (The New York Times, FOX News, CNN, CBS, NBC News, Sky News), firmas armamentísticas (Northrop Grumman, Lockheed Martin, Leidos, L3Harris, BAE Systems), tecnológicas (Apple, Google, Microsoft), redes sociales (Facebook, Instagram, YouTube) y plataformas de ‘streaming’ (Disney, Amazon, HBO), por citar unos pocos ejemplos.

Fink no nació en una familia rica, sino de clase media. Pero su mentalidad nunca fue como la de una persona de a pie. Sus allegados lo describen como alguien “paranoico” y “obsesionado con el control”.

En 1978, con 25 años, dirigía su propio departamento que se especializaba en comerciar con bonos respaldados por hipotecas.

En 1983, se convirtió en el miembro más joven del Primer Comité de Gestión de Boston, codirector de la División de Renta Fija Gravable, jefe del Grupo de Productos Hipotecarios e Inmobiliarios, y encabezó el Departamento de Opciones y Finanzas Futuras. Ganó para su empresa $ 1.000 millones en pocos años.

En 1986, sin embargo, cometió un error fatal y le costó a su compañía $ 100 millones.

Pero ese no fue su final. Encontró un socio con el que fundó BlackStone, y el éxito de la empresa subió como la espuma. Sin embargo, una discusión entre ambos conduciría a Fink a crear su propio fondo buitre: BlackRock.

BlackRock cuenta con más de 5.000 computadoras y con un ‘software’ llamado Aladdin que le permite monitorear el mercado para hacer análisis de riesgos. En otras palabras, predice el futuro, y con una precisión impresionante. Así, BlackRock siempre está dos pasos por delante de todo el mundo.

Ahora remontémonos al año 2008. Estalló la crisis económica mundial. El Gobierno de EE.UU. pidió ayuda a BlackRock y volvió a su país dependiente de Larry Fink. Le encargaron rescatar Wall Street y los bancos, los mismos, por cierto, de los que BlackRock era uno de los principales accionistas.

Fink ha expandido desde entonces su dominio, y también controla el dinero público (es decir, el de usted que está leyendo este post, y el mío). Desde fondos de pensiones hasta fondos de riqueza soberana, incluidos hasta los bancos centrales.

Ahora vayamos al 2020, cuando se desató el covid-19, lo cual acarreó otra crisis económica global. ¿Y saben a quién pidió ayuda otra vez el Gobierno de EE.UU.? Exacto, a Larry Fink, haciéndole todavía más poderoso.

La Reserva Federal, también conocida como la impresora de dinero, pidió a BlackRock rescatar a 794 corporaciones perjudicadas por la pandemia, que (nuevamente) son las mismas de las que BlackRock es uno de los principales accionistas.

Todo eso lo hizo en el secretismo, con acuerdos confidenciales con sus clientes y manteniendo un perfil bajo. Y mientras nadie miraba, y los medios ‘mainstream’ siguen sin hacer preguntas, Fink tiene cada vez más control sobre el mundo.

Fuente: Fintel, Yahoo Finance, Wall Street Journal, Vanity Fair, Business Insider, The New York Times, Reserva Federal del Banco de Nueva York y Deutsche Welle

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