Ver la historia a través de una rendija
Las rendijas son buenas para observar la difracción de la luz o para practicar el voyerismo, pero para juzgar los hechos históricos proporciona una visión demasiado limitada. Digo esto porque he visto muchos escritos despotricando contra las revoluciones socialistas del siglo XX (rusa, china, cubana), para sostener el argumento que todas las revoluciones son fallidas. Suelen estos escritores defender los valores de la sociedad burguesa, olvidando que una de las mas exitosas revoluciones fue precisamente la de la burguesía contra el clero y la nobleza, allá por el siglo XV. Tan importante fue esta revolución social, que a partir de ella es que se comienza a contar la Edad Moderna. La irrupción de la burguesía como clase social que le disputaba el poder a la nobleza y el clero, colocó a Europa por encima, desde el punto de vista del desarrollo, de los pueblos musulmanes que se habían estancado en un pequeña oligarquía (por ejemplo, el derecho en el Imperio Otomano partía de la base de que todos los súbditos eran esclavos del sultán) y la China de los Ming, que se encontraba en un término medio entre Europa y el mundo musulmán. América todavía era una gran isla sin contactos con Europa. La revolución burguesa fue el motor de grandes inventos e innovaciones: la imprenta, los cañones, los galeones y las fragatas. Es completa y absolutamente falso el concepto que las revoluciones producen atraso. Sin revolución no hay evolución.
El mundo que conocemos es todavía producto de quinientos años de fortalecimiento y desarrollo de la burguesía. Antes los burgueses compraban los títulos nobiliarios y las bulas papales, ahora los nobles y los papas compran acciones de las grandes compañías. Los procesos de descolonización y revoluciones de los siglos XIX y XX son precursores de un cambio social importante que esta por realizarse. No es casualidad que estos procesos se realicen paralelamente a una revolución científico-técnica que, queriéndolo o sin querer, ha democratizado el uso de la tecnología y transformado la composición social.
La experiencia histórica muestra una continua evolución y reacomodo de las clases sociales. La robótica ha limitado drásticamente el aumento numérico del proletariado, grandes industrias operan con un número relativamente pequeño de obreros. La facilidad de transporte ha permitido la deslocalizacion de las empresas, convirtiéndolas en transnacionales. La amplitud y alcance de los medios de comunicación han creado un mundo hollywoodiano de poca credibilidad, escasamente frenado por el Internet y la telefonía celular.
Entre objetividad y deseos, vemos una disolución paulatina del poder de la nobleza y el clero en la burguesía, y esta a su vez dividida entre alta, mediana y pequeña. La mediana y pequeña burguesía estaría constituida por un porcentaje importante de la población, en vista de la tendencia a “trabajar con cuenta propia”. Estos sectores aliados con el nuevo proletariado podrían dar respuesta a los problemas de extrema desigualdad que han originado los quinientos años de dominio de la burguesía. Esto es lo que parece estar sucediendo actualmente en América Latina.
Las rendijas son buenas para observar la difracción de la luz o para practicar el voyerismo, pero para juzgar los hechos históricos proporciona una visión demasiado limitada. Digo esto porque he visto muchos escritos despotricando contra las revoluciones socialistas del siglo XX (rusa, china, cubana), para sostener el argumento que todas las revoluciones son fallidas. Suelen estos escritores defender los valores de la sociedad burguesa, olvidando que una de las mas exitosas revoluciones fue precisamente la de la burguesía contra el clero y la nobleza, allá por el siglo XV. Tan importante fue esta revolución social, que a partir de ella es que se comienza a contar la Edad Moderna. La irrupción de la burguesía como clase social que le disputaba el poder a la nobleza y el clero, colocó a Europa por encima, desde el punto de vista del desarrollo, de los pueblos musulmanes que se habían estancado en un pequeña oligarquía (por ejemplo, el derecho en el Imperio Otomano partía de la base de que todos los súbditos eran esclavos del sultán) y la China de los Ming, que se encontraba en un término medio entre Europa y el mundo musulmán. América todavía era una gran isla sin contactos con Europa. La revolución burguesa fue el motor de grandes inventos e innovaciones: la imprenta, los cañones, los galeones y las fragatas. Es completa y absolutamente falso el concepto que las revoluciones producen atraso. Sin revolución no hay evolución.
El mundo que conocemos es todavía producto de quinientos años de fortalecimiento y desarrollo de la burguesía. Antes los burgueses compraban los títulos nobiliarios y las bulas papales, ahora los nobles y los papas compran acciones de las grandes compañías. Los procesos de descolonización y revoluciones de los siglos XIX y XX son precursores de un cambio social importante que esta por realizarse. No es casualidad que estos procesos se realicen paralelamente a una revolución científico-técnica que, queriéndolo o sin querer, ha democratizado el uso de la tecnología y transformado la composición social.
La experiencia histórica muestra una continua evolución y reacomodo de las clases sociales. La robótica ha limitado drásticamente el aumento numérico del proletariado, grandes industrias operan con un número relativamente pequeño de obreros. La facilidad de transporte ha permitido la deslocalizacion de las empresas, convirtiéndolas en transnacionales. La amplitud y alcance de los medios de comunicación han creado un mundo hollywoodiano de poca credibilidad, escasamente frenado por el Internet y la telefonía celular.
Entre objetividad y deseos, vemos una disolución paulatina del poder de la nobleza y el clero en la burguesía, y esta a su vez dividida entre alta, mediana y pequeña. La mediana y pequeña burguesía estaría constituida por un porcentaje importante de la población, en vista de la tendencia a “trabajar con cuenta propia”. Estos sectores aliados con el nuevo proletariado podrían dar respuesta a los problemas de extrema desigualdad que han originado los quinientos años de dominio de la burguesía. Esto es lo que parece estar sucediendo actualmente en América Latina.