« El patrón murio? No! El patrón reencarnó! Que orgullo Colombiano el que hemos de sentir en nuestros corazones y mentes sabiendo que el patrón de patrones hoy muerto, logró al fín y al cabo lo que siempre quiso. Estar de alguna forma u otra en las más altas esferas del gobierno, el congreso, la justicia, etc. Gracias Pablo por tan valioso legado. Encontraste en Uribe el hijo que nunca pudiste tener, hoy presidente de Colombia. Seguro estarás orgulloso en la tumba. Colombia, Q.E.P.D. »
Bueno familia le tenemos que comunicar dos malas noticias. La primera es que hoy no vamos a ir a la finca a comer puerquito asado y platicar con el Pelado Lenin sobre que hacer para tomar el Palacio de Invierno mientras miramos crecer las maticas chela en mano y el corazón contento como recomendaba nuestro colega Pablo Neruda...Y eso se debe a dos razones :a) San Pedro descargó su furia hidrológica sobre estas sufridas tierras y se necesitaría una Arca de Noe para llegar sanos y salvos b) Nos robaron el puerquito antes que le llegara su San Martin and therefore solo nos queda hacer de tripas corazón y preparar una comida de urgencia. La segunda mala noticia es para todos y todas naive e ingenuos e ingenuas lectores y lectoras que creen en lo que ven y escuchan en series like « Miami Vice »....With all due respect y sin animo de ofender a nadie ,herir suceptibilidades o desmerengar ilusiones nos vemos en la obligación de decirles que lo que ven y escuchan en las series antes mencionadas es...Puro Cuento como lo es la Guerra contra las Drogas y otras vainas de cocainomana y heroica procedencia. Pero siguiendo ese consejo del brasilero amigo de Eduardo Galeano que dice que no se debe tomar en serio nada del cual uno no pueda reirse tomamos el comentario de Tommy Guns que prefirió mamarle gallo al asunto rather que afirmar que todo es mentira nada es amor como dijo aquel otro en la
noches triste de Cambalache. Having said all that a guisa de introibo al altare dei solo nos queda desearle feliz cumpleaños a Pablo y sugerirle que por su bien se deje de esas caínas vainas y que se dedique a especular en Wall Street o lavar más blanco en Suiza o la Islas Caiman que es muchísimo más seguro y se gana harta plata ...
Anuestr@s
A 15 años de Pablo Escobar
SE CUMPLEN ESTE MARTES 15 AÑOS DE LA muerte del que llegó a ser uno de los más temidos y buscados criminales de la historia colombiana del siglo XX. Pablo Escobar, también conocido como “el patrón”, lideró el Cartel de Medellín y consolidó un multimillonario negocio ilegal que aún hoy, en razón a sus múltiples transformaciones y pese a los esfuerzos represivos diseñados desde los Estados Unidos y seguidos al pie de la letra por todos y cada uno de los presidentes que nos han gobernado, sigue siendo el mayor productor de violencia y desinstitucionalización que enfrenta el país.
Visto en retrospectiva, lo primero que habría que destacar de las mutaciones vividas por el narcotráfico tiene que ver con la implantación de la hoja de coca en nuestro territorio. Si en los años setenta Colombia exportaba marihuana, el monopolio sobre la hoja de coca lo tenían Perú y Bolivia. Desde entonces la situación es otra, con el altísimo precio social que pagan campesino y colonos colombianos, así como con el costo ambiental que deriva de injustas políticas de fumigación prohibidas en países que, como los Estados Unidos, aquí las impulsan y promueven. De acá se pasa a la historia de los carteles y la tumultuosa década de los ochenta, marcada por índices de violencia difícilmente comparables con los de otros países igualmente conflictivos. Lo primero que los colombianos supimos con algo de impotencia después de que el Bloque de Búsqueda abatiera a Escobar aquel 2 de diciembre de 1993, era que el narcotráfico no terminaba con su cadáver en el tejado de una casa, en el
barrio Los Olivos de Medellín. Desmembrado el cartel, tras haber enfrentado abiertamente al Estado colombiano con bombas demenciales y asesinatos de jueces, policías, políticos, periodistas y todo aquel que se le enfrentara, su enemigo el cartel de Cali, artífice de su caída, se posicionó como el dueño de las rutas y el mercado de la droga. La condena a 30 años de cárcel de dos de sus líderes, los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez, puso fin al que en los años noventa fuera el
encargado, según fuentes del Departamento de Estado, de ingresar el 80 por ciento de la droga a suelo estadounidense, pero le dio paso al cartel del norte del Valle, más discreto pero igual de violento y corruptor.
Además de éste, que por tanto tiempo se pensó inexistente, el narcotráfico viró hacia una eclosión de pequeños carteles cuyos jefes no buscaban un enfrentamiento directo con el Estado y por el contrario hacían gala de un bajo perfil que les permitió camuflarse e infiltrar las más recónditas esferas de la sociedad.
El narcotráfico, que hoy reaparece de la mano de DMG para sumir al país en una crisis social de proporciones inesperadas, es también el combustible de la guerra. El norte político de los grupos armados ilegales, si es que existió, terminó emparentado con el de mercenarios a sueldo que reclutan niños en sus filas, no presentan contacto alguno con la población local en la que se asientan, trafican con drogas y reciben multimillonarias ganancias.
Y basta con echarle un vistazo al vecindario para ver cómo ha evolucionado este malhadado negocio, origen de todos nuestros males. En México, del que se habla de su “colombianización”, más de 4.500 personas han sido asesinadas en el último año; Perú empieza a preocuparse por pequeños carteles que han irrumpido; y en la frontera con Venezuela, se sabe, la droga que va a dar a Europa tiene un corredor estratégico.
De manera pues que el alivio que produjo hace 15 años ver la caída de Pablo Escobar en aquel tejado como esperanza del final de nuestra tragedia con la droga, es hoy más bien una enorme frustración de ver cómo el negocio sigue floreciente y con más poderosos tentáculos de penetración y dominio.
Opinión por: bulldog
Hace 15 años el Cartel de Medellín compraba políticos y trataba inutilmente de comprar ministros o al presidente. Hoy en día el Cartel de Medellín está en el comedor, en la cocina y en la habitación presidencial. Y no es Ana Milena. ni el primo de Pablo, ni el asesor presidencial con un pariente en DMG, ni el primo de las fosas comúnes en la finca, ni el amigo exconvicto por narcotráfico donde pasaba navidades siendo presidente, ni la hija de Jaime Builes, ni los Ochoa, ni su seguno en la aerocivil o Pedro Juan (porque, pues ya se sabe que hace El Cartel con los segundos del capo), ni el exdirector del DAS, . Quien será? ... tantas coincidencias.
Opinión por: Fortunato de Amicis
Buen editorial, aunque la memoria de don Guillermo Cano, asesinado por el primo del asesor presidencial por denunciar sus fechorías, merecía un texto más enérgico.
Opinión por: CARV
Realmente, Pablo -en el último tramo de su envilecida existencia- enfrentó al Estado (como institución de fachada), pero mantuvo excelentes y 'productivas' relaciones con las personas naturales (políticos, funcionarios, empresarios,...) que presumiblemente 'trabajaban' dentro y para el Estado. Por lo demás, el fenómeno 'Pablo' (como el actual de las 'pirámides') no fue algo novedoso en la
tormentosa vida de nuestro país: Por el contrario, él fue un lógico fruto o producto de la 'cultura' de la corrupción, la trampa, el amor por el enriquecimiento fácil y rápido, la matonería, la irresponsabilidad, la cobardía, la complicidad,... que -lamentablemente- caracteriza a buena parte de los colombianos. Así, es simplista y falaz decir que 'el narcotráfico es la causa de todos nuestros males'.
Opinión por: notraguentero
EL EDITORIALISTA lo dice; el narcitráfico de la mano de DMG. Ya está comprobada la participación de DMG en la campaña del referendo. Al menos los videos donde TRANSVAL transporta las "valiosísimas" firmas, no pueden ser negados. La amistad del peor asesino de la historia colombiana (pablo escobar) y nuestro brillante presidente, tampoco se pueden negar. LO peor es que esos vínculos afectivos continúan; sino,
que hace el primo hermano de escobar en la casa de nari??
Opinión por: gaviotaluza 2 Diciembre 2008 - 7:15pm
Si los Mexicanos, no se ponen las pilas a acabar con los carteles de la mafia....muy pronto, ellos tendran en la cupula de su gobierno, a un Jose Obdulio, con presidente de mascota.....pareciera que aya, no conocen, como es la metamorfosis de la mafia...ojo, Mexicanos...mucho Ojo...no es sino que se den una vuelta por la puerta de atras, de la casa de Nari....
Opinión por: antonioveloz
él era un mesias,un mano dura,mafioso,odiaba a la guerrilla y hacia justicia por su propia mano,por eso el pueblo asnal lo quiere y lo venera,otros dicen que no ha muerto, se quiere a los criminales por algo se quiere tanto a uribe quien nació en esa familia mafiosa llamado cariñosamente varito.
Opinión por: Swayed
Si, y los herederos de Pablo Es cobar se tomaron el poder en Colombia a punta de motosierra, y su primo hermano es "asesor" presidencial. Lograron en solo 15 anios lo que las Farc no lograron en 50.
Opinión por: Política
El narcotráfico es el rasero con el que se nos dice lo que está bien y lo que está mal; es el que dicta la moral. Y ello desde afuera. Vivimos en la opresión, en la imposición.
Opinión por: universitario.profesor
Excelente editorial. La guerra al narcotráfico sólo tendrá éxito cuando se ataque los tres puntos fundamentales del macabro negocio, de manera coherente y profunda: 1) CONSUMO; 2) DISTRIBUCION; y 3) PRODUCCION. Por ahora el énfasis ha sido en atacar la producción, lo cual es evidentemente insuficiente. Por un principio trivial en economía MIENTRAS HAYA UNA DEMANDA IMPORTANTE y ENORMEMENTE LUCRATIVA, habrá carteles del narcotráfico. Pablo Escobar era un capo visible, como los Rodriguez. ¿PERO DONDE ESTAN LOS CAPOS INVISIBLES TANTO EN COLOMBIA, USA, COMO EN TODOS LOS PAISES CONSUMIDORES, que son los que hacen, que caiga quien caiga, el macabro negocio nunca se desestabilice? Esos capos invisibles INFILTRAN desde la DEA hasta las mismas fuerzas armadas de todos los países involucrados.
Opinión por: notraguentero
LO DESCONOZCO universitario, o le plagiaron el apodo. Usted está hablando igualito a esos "terroristas" y "mamertos" que tanto odian e insultan. (una de dos; o está entrando en razón, o salió tumbado con DMG)
Opinión por: CAMILITO
Y de nuestra gran y mezquina clase burguesa, clase pollítica, asesores de palacio(el primo de pablo) y el presidente mismo, dónde encajan o aparecen en éste rompecabezas de la delincuencia mafisoa que posan de gente bien y son la representación corporativa del crimen organizado, la motosierra, del traqueteo y de la pobredumbre en el poder . Los malos de siempre ya los conocemos la gracia es desenmascarar los que posan de buenos, "la gente de bien" frente al pueblo y el editorial frente a eso
se muestra tibio.
Opinión por: ADELFA-PINEDA
Y todos sabes que Jerónimo Uribe, empresario y comerciante, es un joven emprendedor.
Opinión por: ADELFA-PINEDA
Presidente Uribe, lo mejor que usted le puede hacer al país, y no ir en contraria de lo que predica, es que haga ya inmediatamente, remeson, quitar varias personas que lo rodean, porque como va no va a terminar la segunda reelección. Y seria muy triste salir por la puerta de atrás, que eso es lo que muchos quieren.
Opinión por: ADELFA-PINEDA
PRESIDENTE BASTA YA. Además en su gobierno, tienen que ir a la cárcel, los Varios de los miembros como también fundadores de esos movimientos políticos que son representantes del armazón, y hoy están repartidos en varios frentes de los políticos tienen que ir a la cárcel. Dentro del proceso de desmonte del armazón. Por otro lado el desmonte que tiene que hacer las autoridades tienen que desmontar, otros frentes como el del, Dgm, Rgm, transval y todas esas empresas de fachadas, que se infiltraron, en el estado, como frentes de fachas del narco-terror-corrupción, paramiliarismo, se les acabo su tiempo de imperio.
Opinión por: ADELFA-PINEDA
EL NOGAL DISPOSITIVOS SOFISTICADO COMO PONIA PABLO ESCOABR.
Además todos esos falsos dispositivos de aquellos que actúan de manera que querían deslegitimar el estado dentro del armazón de la muerte. Por tal motivo es deslegitimado la autoría que le han querido dar a las FARC con el atentado del NOGAL, Este no fue de las FARC.
Opinión por: ADELFA-PINEDA. SOCIEDAD DIGNIDAD PÚBLICA.
En los actos de protocolo que debe asistir el presidente, el significado de su presencia ya no es lo mismo, como por ejemplo el de premios de excelencia, en donde los premiados han pasado toda clase de exámenes de excelencia, la presencia del presidente Uribe solo significa, incompetencia, mediocridad, porque el es el representante de un gobierno, en donde el ministro de hacienda, es producto del armazón, un ministro de agricultura, no es mas que un símbolo de la mediocridad, y
que se dice de un asesor, como Obdulio Gaviria Escobar, antiguo asesor de Pablo escobar, (que tiene mucho que aclarar ante la justicia por todo ese armazón de muerte que se creo con pablo escobar) .
Opinión por: Política
El narcotráfico, como lo reconoce el editorial, es uno de nuestros mayores males. Hasta cuándo seguiremos en lo mismo es algo que desafortunadamente no depende de nosotros. Es más, en Colombia no se hace política con la bandera de la legalización (o, como mínimo, del replanteo de la estrategia antidrogas).
Opinión por: TommyGunn
El patrón murio? No! El patrón reencarnó! Que orgullo Colombiano el que hemos de sentir en nuestros corazones y mentes sabiendo que el patrón de patrones hoy muerto, logró al fín y al cabo lo que siempre quizo. Estar de alguna forma u otra en las más altas esferas del gobierno, el congreso, la justicia, etc. Gracias Pablo por tan valioso legado. Encontraste en Uribe el hijo que nunca pudiste tener, hoy presidente de Colombia. Seguro estarás orgulloso en la tumba. Colombia, Q.E.P.D.
Opinión por: nihilista
Yo no diria que el narcotrafico es el origen de todos nuestros males. Es, si, el mayor sintoma. El origen de nuestros males es la inequidad social, el hecho que para tener un trabajo no se necesita ser bueno en su oficio, sino amigo de la persona indicada; que para tener salud no se necesite "ser humano", sino lamerle en las elecciones al politico de turno; que para tener una buena educacion se necesite ser millonario. Como todas las formas legales de "salir adelante" estan bloqueadas por
la oligarquia, la unica forma que le queda a los pobres es la delincuencia. Y siendo el narcotrafico tan rentable, cualquiera se embarca en ese negocio si no tiene nada que perder. Y cuando no hay esperanzas de salir adelante, no hay nada que perder.
Opinión por: JMBC
Lo importante de todo este proceso es que con el tiempo se llega al poder. O no dr. Uribe? Que hace el señor José Obdulio, el primo del más asesino de colombianos de todos los tiempos en Casa de Nariño? Es hora de desemembrar este cartel que tras la muerte del capo, se dedicarona a legalizar fortunas. Y como si fuera poco, quieren hacer lo de DMG, expandirse. O que pensaba José Obdulio hacer en Venezuela. Llegar y
crear el caos políitico social como una estrategia para llevar a Venezuela el problema colombiano y las soluciones a su manera. Pero en Venezuela José Obdulio tacó burro. Los venezolanos no son tan brutos. Otros somos los brutos dejando a José Obdulio que haga lo que quiere con este país. CIEGOS, SORDOS Y MUDOS. Pero ya llega OBAMA y la CPI con la DEA por esos pícaros. 21/01/2009
Opinión por: gaviotaluza
Y los analistas internacionales que hablan de la Colombianizacion de los carteles en Mexico...estan apostando, que si ese gobierno no ataca con seriedad a los capos de Juarez...en unos añitos, ellos tambien tendran su propio Jose Obdulio..con presidente y todo...asi que Mexicanos....el que no aprende de los errores de otros...esta condenado a repetir su historia....o ud que opina dr Luis Camilo Osorio???
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*Estados Unidos y los 500 mil millones de dólares del negocio de la droga*Hernán Carrera / Viernes 5 de diciembre de 2008
Drogas y narcotráficoOpio, cocaína, marihuana y anfetaminas movilizan mundialmente cada año un presupuesto que puede doblar el de un país petrolero como Venezuela. Debidamente ¿lavadas? y llevadas a honorables bolsas de comercio, las ganancias anuales del narcotráfico llegan a representar ¿en acciones perfectamente legales? más de 300 billones de dólares: una cifra que torna ridícula la pretendida especie de que es este un negocio manejado por capos tercermundistas que se esconden en algún búnker de Colombia o Afganistán.
Un campesino boliviano –Julio Quispe, pongamos, por inventar un nombre– que evada el monopolio estatal de la coca, recibirá 1.375 dólares por los 275 kilos de hojas que hacen falta para producir un kilo de pasta o base de cocaína. Un narco colombiano –Alvaro Jaramillo, digamos– podrá procesar ese kilo de pasta y vendérsela a cualquier congénere por unos $ 5.000, o transformarla en clorhidrato y revenderla en Cartagena o Bogotá por $ 15.000. En Harlem, o en Broadway, o en Harvard, un Tom Smith o Jimmy Johnson cualquiera podrá optar entre ofrecer el polvo puro, a unos $ 30.000 el kilo, o adulterarlo hasta obtener por cada gramo de piedra o crack entre 40 y 80 dólares. Los 1.375 dólares de Julio Quispe son ahora, en promedio, 60.000.
Un negocio sencillo, se dirá: no requiere más que unas hojas que crecen casi silvestres, algo de kerosén, un poco de ácido sulfúrico y acetona, una narco-mula o una pista o un peñero siquiera. Y, claro, un tanto de mala conciencia y otro de osadía para mover de un sitio a otro esos mil gramos.
Pero no es un kilo: son 992.000, que eso fue, según la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (Unodc, por sus siglas en inglés), la producción mundial de cocaína en un año tan cualquiera como 2007. Y no es sólo coca: también hay, igual de lucrativos o más, 8.870.000 kilos de opio. Y 41.400.000 kilos de marihuana. Y 494.000 de anfetaminas varias. Y pare usted de contar alucinógenos y otras especies.
Hablamos, entonces, de movilizar por todo el mundo, desde las selvas más apartadas hasta los colegios y universidades y bares y oficinas de cualquier pueblito primermundista, algo más de 50 millones de kilos de sustancias ilícitas, que son objeto de persecución feroz y de guerra a
muerte. Hablamos, además, de mover también por el mundo entero otra cosa
aún mucho más difícil de hacer pasar inadvertida: los 500.000 millones de dólares que como mínimo, al decir de los expertos (de la ONU, del Fondo Monetario Internacional, de la Drug Enforcement Administration o DEA), reportan en ganancia anual esas sustancias. A precios de 2006.
Eso es el narcotráfico. Y es apenas el comienzo.
COSAS QUE PUEDES SABER CON SÓLO MIRARLAS
Al comienzo de la larga cadena del narcotráfico no todo son eslabones perdidos: se conocen perfectamente los grandes centros de producción. Y las grandes rutas de distribución también. Con 193.000 hectáreas sembradas de adormidera, Afganistán concentra 92% de la producción mundial de opio. Pura, o transformada en morfina o
heroína, la droga afgana fluye hacia Europa a través de Pakistán, de las ex repúblicas soviéticas de Turkmenistán y Uzbekistán, del largo corredor kurdo, de Georgia, de Chechenia, los Balcanes. De lejos, Myanmar compite con sus 27.000 hectáreas de amapola. Colombia es dueña de 55% del cultivo mundial de hojas de coca: 99.000 hectáreas. Le siguen Perú, con cerca de la mitad de eso, y Bolivia, con 28.900 hectáreas casi enteramente dedicadas al procesamiento y comercio legal. El clorhidrato de cocaína tiene por destino principal los Estados Unidos. Sube por el
Pacífico, vía Panamá, o por el Caribe colombiano, o atraviesa Venezuela para hacer escala en las antillas. Otra parte, más pequeña, cruza el Atlántico y toca Africa antes de entrar a Europa.
El Asia oriental y tecnologizado representa el 55% del mercado mundial de anfetaminas (éxtasis y otros estimulantes), y se encarga por sí misma de producir y consumir sus tabletas. Lo mismo hacen sus otros dos grandes competidores: la culta Europa y el Estados Unidos de la implacable DEA.
De esos mismos supervigilados predios de la DEA –el territorio estadounidense– se sabe con certeza que acaparan la mayor porción de la torta en el mercado mundial de producción y consumo de marihuana, gracias a las técnicas del cultivo hidropónico en interiores e incluso en subsuelos. Aunque más democrático en su irrigación por el globo –el cannabis se siembra en 172 países–, América concentra 55% de la
producción y tiene en su lado Norte una de las más altas tasas de prevalencia mundial: 10,5% de los norteamericanos entre 15 y 64 años son consumidores. En Europa, con tres millones de adictos (consumo diario), encabeza esta hierba las estadísticas del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías.
Con apenas estos pocos datos, algunas cosas comienzan ya a llamar la atención en el oscuro mundo del narcotráfico. Cosas, digamos, que no terminan de parecer casuales.
Por ejemplo, que Afganistán, el cuasi monopólico centro mundial de producción de opiáceos, esté literalmente cruzado de tropas invasoras y misiles y tanques y muertos, y sin embargo.
Que de Pakistán y las ex repúblicas soviéticas del sur, amistosamente occidentales, no se hable. Que Georgia y Chechenia, y el corredor kurdo (Irán, Irak, Turquía), y la puerta trasera de Europa (Albania, los Balcanes), sean tan crudamente escenario de guerras, de intervenciones, de vigilancia extrema por la mal llamada “comunidad internacional”, y sin embargo.Que Myanmar esté en la lista de “Estados fallidos”, y sin embargo. Que Colombia acumule nueve años de Plan Colombia, y de balas, y desplazados y muertes otra vez, y sin embargo. Que el Caribe sea tan decididamente mare nostrum de los gringos, tan erizado de patrullas, y de satélites, y sin embargo. O, por ejemplo, que la marihuana, por largo rato el rubro de mayor peso en el narcotráfico mundial –80%, en términos de tonelaje–, y el que más alarmas de consumo enciende en los países altamente desarrollados, y el que allí mismo se produce –igual que las anfetaminas–, sea justamente la droga menos perseguida. Pero claro: no se imagina uno un “Plan Holanda”, un bombardeo incendiario de laboratorios sembrados en Borgoña, una invasión aliada contra Londres, unas autodefensas que desplacen y aniquilen a los pobladores de Harlem o de Queens. Aunque sean negros,
aunque sean boricuas. Allí el narcotráfico sirve para otra cosa.
PEONES, CAPATACES, BUHONEROS
Un simple cálculo matemático establece que si las 50.000 toneladas de
producción mundial de drogas se transportaran en contenedores de uso corriente, se necesitarían 1.250 gandolas para cargarlos. Otros, más ociosamente, han calculado que las ganancias respectivas, apiladas en billetes de cien dólares uno sobre otro, formarían una torre de mil metros de altura: cuatro torres del Parque Central de Caracas, una encima de la otra.
No es fácil esconder un alijo así. Según diversos informes internacionales que ratifica el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, los presupuestos del combate mundial contra el narcotráfico equivalen “casi al mismo valor generado por el comercio de drogas” (http://colombiadrogas.wordpress.com/). Tan solo el Plan
Colombia, para el momento de su aprobación por Bill Clinton, contempló para ese fin un monto de 1,3 billones de dólares. Un total de 87 oficinas de la DEA se reparten en 63 países –aparte de las 227 existentes en territorio estadounidense– para recordarle al mundo que esa lucha es exigencia de la mayor de las potencias económicas, militares y policiales. Y sin embargo: en todo 2007, esa misma DEA tuvo
que jactarse como logro mayor de una incautación de 19.434 kilos de cocaína en un barco de bandera panameña: 1,9% de la producción mundial.
Los supuestos “grandes capos” de la droga que terminan apresados o muertos guardan proporción con estas últimas cifras. Carlos Lehder, cofundador del Cartel de Medellín, era al ser capturado “dueño de dos hoteles, dos aviones, siete fincas en Quindío y otros departamentos, lanchas y al menos 1,8 millones dólares en efectivo”
(www.pabloescobargaviria.info/index
Esos “grandes zares” nunca fueron más que pequeños intermediarios. Hoy, cuando ya no están, cuando ya no es posible ser a un mismo tiempo capataz de finca productora y presidente de un banco o una universidad, sus sucesores son miles y miles de peones que sólo se alzan un escalón o dos por sobre esa buhonería del narcotráfico del tal Jaramillo o el Tom Smith o Jimmy Johnson. Dijo una vez el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, conocedor de oficio: “Hay dos cosas imposibles de ocultar: la tos y la riqueza”.
LA GRAN LAVADORA
¿Cómo se hace para esconder cuatro torres de Parque Central hechas de billetes de cien dólares? ¿Cómo se borra un presupuesto que duplica casi el de un país petroleramente boyante como Venezuela? ¿Cómo pueden pasar desapercibidos 500.000 millones de dólares por año? Porque, obviamente, la finalidad del narcotráfico no estriba en enterrar morocotas bajo el piso.
Antes de llegar al extremo superior de la cadena, el negocio de las drogas tiene –como es sabido– un eslabón fundamental en el lavado de dinero. De cumplir esa función en los niveles de la buhonería e intermedios se encargan sistemas artesanales: desde el individuo que abre 10 o 20 cuentas en otros tantos bancos hasta esos centros vacacionales que repentinamente, sin motivo aparente, se ponen de moda y se llenan de lujosos edificios y centros comerciales que luego quedan
abandonados o nunca se concluyen.
No obstante, como toda gran industria en un mundo de acérrimo capitalismo y libre mercado, también ésta es altamente concentracionaria y monopólica. Quien tenga, pues, un modesto 10% de esa torta, deberá lavar cada año 50.000 millones de dólares. Vale decir, la misma cifra que desde el año 2000 e inútilmente viene pidiendo reunir la ONU para poder cumplir su gran Objetivo del Milenio: la reducción de la pobreza.
Para solventar problemas de este tipo –el blanqueamiento de dinero sucio de cualquier especie–, el sistema financiero internacional permite –y apadrina– un no-sistema: un espacio de extraterritorialidad, ajeno del todo a leyes nacionales, a superintendencias bancarias, a regulaciones, a convenios internacionales: ajeno a todo cuanto no sea el dinero y su intrínseca tendencia a la ganancia y la acumulación. Ese espacio es el de los así llamados paraísos fiscales y la banca offshore, cuyas interioridades han sido exhaustivamente develadas por el periodista y escritor argentino Julio Sevares en estudio titulado “El dinero sucio, sangre del sistema económico y el poder” (disponible en www.argentina.attac.org/
Para el año 2004 existían en el mundo 72 de esos paraísos, en los que funcionaban por entonces un millón de sociedades amparadas por el anonimato: empresas –virtuales o reales– a las que nada ni nadie obliga a presentar balances, establecer su composición accionaria o, incluso, tener capital alguno. No obstante, a ellas se sumaban más de 4.000 bancos offshore con depósitos conjuntos que superaban los cinco billones de dólares.
Paraísos fiscales célebres son los de Las Bahamas y las Islas Caimán, en el Caribe, pero los hay por todo el mundo: funcionan profusamente en el centro de Londres, en Mónaco, en Tokio, en el diminuto estado de Delaware, a pocos minutos de Nueva York y de Wall Street. Y los hay incluso tan curiosos como el Principado de Sealand, que funciona en una antigua plataforma petrolera del Mar del Norte, o el Dominio de
Melchizedek, situado sobre un desértico atolón vecino a las Islas Marshal, que a través de la página web www.Melchizedek.com
En el libro Capitalismo criminal: ensayos críticos (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2008), Tom Blickman precisa la magnitud y el modus operandi de estas eficientes lavadoras: “La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los 30 países más ricos del mundo, estima que el volumen del comercio mundial que pasa por los paraísos fiscales de manera documentada creció durante este período [desde comienzos de los 70 hasta 2004] en cerca de un 50%, pese a que estos lugares representan apenas un 3% del producto bruto mundial. Esta extraordinaria discrepancia es una indicación del grado en que la mayoría de las principales corporaciones aprovechan la movilidad transnacional de sus capitales para lavar sus ganancias a través de paraísos fiscales y regímenes de impuestos bajos”.
Y añade de seguidas: “Dichas corporaciones utilizan una variedad de mecanismos, como la refacturación y los precios de transferencia –bienes comerciados entre compañías con un dueño común a precios arbitrarios, independientes del mercado, y que permiten bajar impuestos declarando costos altos y precios de venta bajos en los lugares de mayor tributación de las ganancias–, o como las transacciones realizadas hacia
compañías de papel y hacia fondos fiduciarios secretos extraterritoriales. Medios tales como las ‘cuentas fiduciarias móviles’, que se trasladan automáticamente a otra jurisdicción en cuanto se realizan averiguaciones, o solicitudes de asistencia mutua judicial, facilitan claramente el delito”.
Como la inmensa mayoría de las empresas asentadas en tales “territorios”, buena parte de los bancos offshore no mostrarán nunca al cliente ni oficinas ni empleados: son, en realidad, instituciones virtuales, conocidas en el argot como “corresponsales”, que para funcionar sólo requieren de una cuenta abierta en una institución bancaria físicamente establecida en ese u otro “paraíso”. Si se quiere o necesita aún mayor seguridad en el borramiento de toda pista que vincule
a depositario y depósito, se recurre al nesting o ennidado: una cuenta en un banco que a su vez tenga cuenta en otro banco que tenga cuenta en un offshore.
Quien tenga dudas –inmerecidas, hay que decirlo– sobre la seriedad de esa banca virtual, puede así perfectamente depositar su confianza en el respaldo que le proporcionan principalísimos bancos de Suiza, Inglaterra, Alemania, Japón, Estados Unidos y muchos más. Julio Sevares recoge información de la revista The Economist, en su edición del 14 de abril de 2001, que permite en tal sentido disipar las aprehensiones del más desconfiado de los narcotraficantes: “Tres cuartos de los grandes bancos investigados por el Senado estadounidense tienen, cada uno, más de 1.000 cuentas de bancos corresponsales. Los dos bancos más grandes de la lista, que no son estadounidenses, tienen 12.000 y 7.500 cuentas cada uno. A mediados de 1999 los cinco principales bancos estadounidenses con cuentas de corresponsales tenían 17.000 millones de dólares en esas cuentas. Los 75 mayores bancos tenían depositados en ellas 35.000 millones de dólares”.
Ese es el no-sistema. En un informe de 1999 (“Mercados internacionales de capital”), el Fondo Monetario Internacional (FMI) citaba a Alan Greenspan, por entonces presidente de la Reserva Federal en Estados Unidos: “Nosotros no entendemos completamente la dinámica del nuevo sistema”. Pero no interesa entenderlo. Funciona. Y cómo lava.
EL ÚLTIMO ESLABÓN DE LA CADENA
Si nunca ha habido ni habrá un “Plan Holanda”, tampoco se ha pensado jamás en una mera “Operación Melchizedek”. Al final de la larga cadena del narcotráfico no hay razzias, ni allanamientos, ni alcabalas, ni fotos de frente y perfil con número abajo. Obvio. Quien quiera, pues, nombres y rostros, deberá atender al buen olfato o
la mala lengua de los periodistas. O confiar en su propia suspicacia. Recordar, por ejemplo, que Lucio Gelli, gran capo de la Logia P-2, tuvo por socio principal en el Banco Ambrosiano al Vaticano, allá por los 70. Que en el escándalo del Bank of Credit and Commerce International (BBCI), séptima institución bancaria en el ranking mundial, salieron a relucir en 1991 asuntos tales como financiamiento del terrorismo y lavado de dinero, y las cuentas personales de Manuel Noriega, Saddam Hussein, Ferdinando Marcos, y depósitos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el servicio secreto israelí (Mossad) y la contra nicaragüense. Y que con el banco se vino abajo la gigantesca transnacional de auditorías (¡auditorías!) Price Waterhouse. Y que en los juicios subsiguientes, del lado de la defensa de uno de los grandes socios del BBCI, intervino cierto bufete entre cuyos abogados estaba cierta Hillary Rodham, más tarde conocida –a pesar de lo Lewinsky– como Hillary Clinton.
Que el serísimo Citibank dejó de serlo por las continuas investigaciones y denuncias que lo han vinculado a la práctica del lavado, con directas referencias a regímenes altamente corruptos como el del mexicano Carlos Salinas de Gortari, el peruano Alberto Fujimori y el filipino Joseph Estrada. No casualmente, jefes de Estado en países productores de drogas.
Que al primer ministro italiano Silvio Berlusconi se le descubrió en su vasto conglomerado mediático una contabilidad paralela para 64 empresas fantasmas: suerte de súper lavadora para uso personal. Que, en fin, la KBR, gigantesca transnacional de la ingeniería y la construcción, se ha hecho en estos últimos años de milmillonarios contratos en todos esos grandes centros de producción de drogas aquí citados, y en los corredores que van de Pakistán a Bosnia y de Colombia a México. Y que socios claves de esa empresa son la familia Bush y su segundo al mando, el vicepresidente Dick Cheney.
¿POR QUÉ O PARA QUÉ?
No tiene entonces mucho sentido preguntarse por qué, si los gobiernos que rigen el destino del planeta dedican tanta energía al tema del narcotráfico, no apuntan sus armas contra los cuarteles generales de esa industria. Cabría más preguntarse el porqué han puesto tan aparentemente al mundo en pie de guerra contra ella.
Catherine Austin Fitts, una ex funcionaria del gobierno de Bush padre y actualmente directora de un fondo de inversiones en Wall Street, apunta un motivo que ayuda a comprender las razones de esa supuesta contradicción: cada dólar que se apunta en el renglón ganancias de una transnacional –General Motors, Toyota, British Petroleum, pongamos por caso–, representa automáticamente, por esa extraña lógica del libremercadismo, un incremento de seis dólares en el valor de sus acciones. No es poca cosa, si se multiplican por seis los 500.000 millones del narcotráfico. Cedidos en préstamo a bajo interés, o incluso en canje simple por acciones, son 300 billones de dólares. Perfectamente legales, cambiables, usables. A mutuo beneficio. Un monto que no conviene dejar al alcance de potenciales competidores. Ha dicho el renombrado
periodista francés Christian de Brie: “El abandono de las soberanías nacionales y la mundialización liberal –que permite a los capitales circular sin control de un lado al otro del planeta– han posibilitado el crecimiento explosivo de un mercado financiero fuera de la ley, motor de la expansión capitalista lubrificado por las ganancias del gran crimen” (“Crimen, la mayor empresa libre del mundo”, en http://mondediplo.com/2000/04/05debrie).
Así, mientras las ganancias del narcotráfico hacen de motor del selecto grupo de empresas que realmente domina el planeta, y mientras las guerras les permiten apoderarse –para ese u otros negocios– de países enteros, el menudeo de la droga sirve de carne de cañón. Allá lejos, Julio Quispe, Alvaro Jaramillo, los Tom Smith o Jimmy Johnson cuentan felices su pírrica ganancia sin saber que son a la vez víctimas y propulsores necesarísimos del neoliberalismo salvaje. Una droga como
cualquier otra.
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Entrevista con Mauricio Valiente, coordinador de la misión internacional
que sacó a la luz las ejecuciones extrajudiciales de civiles en Colombia *"Las violaciones más graves ya no son obra de paramilitares, sino de
las fuerzas de seguridad del Estado y militares"*Gorka Castillo
Agencia Prensa Rural
"España debe exigir explicaciones a Colombia"
Mauricio Valiente es abogado. Ha destapado la práctica de los militares colombianos de matar civiles para cobrar recompensas pagadas con fondos de la cooperación internacional. Sigue sorprendido. Y alarmado. El coordinador de la misión internacional que ha destapado las ejecuciones extrajudiciales de civiles en Colombia califica está practica sistemática de "crímenes contra la humanidad". "Ningún país ha podido financiar conscientemente estos delitos".
¿Cuáles son las conclusiones de su informe sobre la situación de los
derechos humanos en Colombia?
La más importante es que han variado las maneras de violar los derechos humanos y que se registra un agravamiento de los delitos, a pesar de que aparentemente pueda parecer que han mejorado.
¿En qué ha cambiado?
"Se investigan 2.200 asesinatos, la mayoría cometidos en zonas rurales" Los actores fundamentales de las violaciones más graves ya no son los grupos paramilitares, sino que ahora son miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y militares. El ejemplo de su actuación son las ejecuciones extrajudiciales, también conocidas como "falsos positivos".
Su informe sobre las ejecuciones extrajudiciales es estremecedor-
¿Cómo lo elaboraron?
Nuestra misión comenzó en octubre de 2007. Nos reunimos con muchas autoridades del país, entre ellas el viceministro de Defensa, Sergio Jaramillo, quien reconoció la existencia de estas prácticas delictivas en algunas regiones del oriente antioqueño. Él nos aseguró que se habían tomado medidas para atajarlas. Sin embargo, un año después se descubre el asesinato de unos jóvenes cerca de Bogotá a quienes maquillaron como miembros de las FARC. Esta revelación decanta el escándalo hacia unas proporciones difíciles de cuantificar. La financiación de estas recompensas por abatir delincuentes y guerrilleros ha levantado mucha controversia.
La gravedad reside en que la directiva secreta del Ministerio de Defensa colombiano especifica claramente que los fondos para las multimillonarias recompensas proceden de las arcas del Estado y de otros provenientes de la cooperación internacional. Esto cambia el panorama, porque comienza a afectar a países extranjeros, como España, cuyas ayudas a Colombia nunca han tenido como objetivo final la financiación
de prácticas criminales. Y Uribe debería aclarar estas sospechas.
¿Qué debería hacer el Gobierno español ante el descubrimiento de este hecho?
Nuestra opinión es que el Gobierno español debe exigir explicaciones claras al Ejecutivo colombiano sobre el uso que ha hecho de sus recursos económicos. El Plan Colombia es muy genérico, ya que también contempla proyectos de desarrollo, pero las pruebas nos indican que sus gestores han dado prioridad a la represión en detrimento de otras prácticas humanitarias.
¿Qué pruebas tienen de que se haya desviado dinero para financiar hechos delictivos?
No conocemos los datos con exactitud porque una de las características del Gobierno de Uribe es la opacidad. Sí sabemos que una parte de la partida presupuestaria presentada como inversión social ha sido destinada a la reinserción de paramilitares en nuevos mecanismos de control social como guardacostas y vigilantes en zonas urbanas.
Antes de presentar el informe en España, ustedes lo hicieron público en Colombia, ¿cuál fue la respuesta del Gobierno colombiano?
En primera instancia negó los hechos que se denuncian en nuestra investigación. Y además sufrimos una campaña de difamación bajo la acusación de que éramos parte de una estrategia insurgente. Todos aquellos que conocen Colombia saben que este tipo de señalamientos es altamente peligroso. Sin embargo, unos días después de difundirse la noticia no les quedó otra opción que reconocer la gravedad y la
profundidad de unas prácticas absolutamente atroces.
¿Hasta dónde puede llegar este escándalo?
Nos preocupa que una misión internacional, independiente, de juristas y forenses, y amparada por organizaciones de contrastado prestigio, sólo haya logrado documentar la mitad de los falsos positivos que el Gobierno tiene cuantificados. Nosotros estudiamos 120 expedientes judiciales. La Coordinadora Colombia-Europa-EEUU estima que el número de ejecuciones extrajudiciales son 1.122 desde 2002. La Procuraduría General del Estado investiga ya 2.200 casos, la mayoría en zonas de guerra y rurales. El Gobierno dijo que no es una práctica generalizada, sino actos delictivos
de elementos aislados del Ejército. Si fuera un problema de corrupción puntual, tal y como dijo el presidente Uribe, no tendría sentido que el máximo responsable del Ejército, Mario Montoya, haya renunciado a su cargo. Hay elementos que ratifican que estas prácticas son sistemáticas.
Las recompensas han actuado de estímulo para que algunos soldados cometan delitos que, sin duda, son crímenes de lesa humanidad.
¿Reconoció el Gobierno la existencia de esta directiva interna sobre recompensas?
A nosotros nos negaron la existencia de una directiva interna sobre el pago de recompensas.
¿Creen que el Gobierno de Uribe puede poner fin a estas prácticas delictivas?
Algunos militares colombianos acaban de declarar públicamente que no pueden prescindir de este instrumento si se quiere que la política de Seguridad Democrática del presidente tenga éxito.
http://prensarural.org/spip/spip.php?article1722
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*El Premio Nobel de la Paz que apoyó la invasión a Iraq*
Cristina Castello
Argenpres
Lo llaman «Papá Mumin» por su parecido con un corpulento personaje de la familia Moomins, de cuentos y cómics escandinavos. Martti Ahtisaari recibirá la recompensa, equivalente a 1.4 millones de dólares en coronas suecas, el próximo 10 de este diciembre; y el 11 gozará de una fiesta que reunirá al Jet Set, en su honor.¿No será hora de cuestionar este galardón, el Premio Nobel de la Paz? Los motivos abundan: estuvo nominado Georges W. Bush, por ejemplo. Sí. El mismísimo, a quien gran parte de los estadounidenses quieren juzgar por crímenes contra la humanidad. ... justamente él, el adalid de la paz.
¿Y qué tal si pensamos en Alfred Nobel, el padre del premio? Primero inventó la dinamita y otros explosivos que sirvieron a fines militares: la balistita o pólvora sin humo, por caso. Pobló a la humanidad de municiones, y con el rédito de sus inventos colmó su vida: hizo una fortuna colosal. Pero antes de morir quiso lavar su culpa, y creó este y otros laureles que llevan su nombre: para literatura, medicina, física y química. «Ahí anda el artesano del desprecio, implorando el amor del
despreciado» (Pablo Neruda).
Sin embargo, el mundo acepta la curiosa expiación de Alfred Nobel, y aplaude sus premios. «Papá Mumin» había dicho que le hubiera sido más fácil ganar la lotería
que obtener este reconocimiento. ¿Será que el ansiado Nobel de la Paz se juega a los dados que tira el Poder, según convenga a sus designios? De cualquier manera, este premiado tiene méritos, aunque también... Ya se verá.
Martti fue presidente de Finlandia entre el ’94 y el 2000 y acumula tres décadas consagradas a la mediación y resolución de conflictos en el planeta. Como comisionado y enviado especial de la ONU, su logro mayor fue haber supervisado la independencia de Namibia en 1990, causa por la cual luchó durante trece años. Además, atesora como éxitos su tarea como mediador en la guerra entre la OTAN y Serbia —donde no lo quieren ni un poquito—, y, muy especialmente, la supervisión del acuerdo de paz en el prolongado conflicto en la región indonesia de Aceh. Gracias a sus oficios, lo firmaron las partes beligerantes el 15 de agosto de 2005 en
Helsinki y con él como testigo.
Sus ojos celestes nacieron en Viipuri, hoy Viborg, ciudad de la ex Unión Soviética; si naciera ahora sería ruso. Hijo de un suboficial del ejército, sufrió desde los dos años —en 1939 era casi un bebé— las consecuencias de la guerra entre la entonces URSS y Finlandia, que terminó en el ’44. Después quiso ser maestro, se graduó en la
Universidad de Oulu y partió hacia el servicio militar obligatorio. Pero él no podía ser uno más. Entonces salió de allí, pero no como todos, sino con el grado de capitán. Siempre atento a los asuntos de comercio e industria de los países llamados «en vías de desarrollo», formó parte del Comité Asesor del gobierno finés.
«Papá Mumin» —gesto siempre adusto— es persona de costumbres simples.
Cuando fue presidente por la socialdemocracia de su país, todo lo que tenía un tufillo ceremonioso le molestaba, y por eso y sin proponérselo, resultaba tan gracioso como su personaje de historieta. Fue el hazmerreír de la prensa cuando se cayó dos veces al suelo durante recepciones oficiales y elegantes. No soportaba el frac, y los zapatos de charol le eran demasiado estrechos; el golpe era tan inevitable como lo fueron sus heridas en la nariz.
«El hipopótamo», lo llaman también así, sonríe serio y feliz... fiel a su estilo, a pesar de todo. Tiene humor y sigue enamorado. Se casó con la historiadora Eeva Irmeli Hyvärinen en el ’68. Cuarenta años de amor, que los hicieron recibir juntos la noticia de la lotería, del juego de dados, o el Premio Nobel de la Paz, según se vea.
El hijo de ambos, Marko, nació en 1969. Altísimo ejecutivo empresarial de telefonía móvil. De una multinacional. Y es también músico reconocido: su padre lo educó en la Universidad de Columbia, en los USA.
Curioso carnaval: «Papá Mumin» o la cara de la indignidadDefensor de la causa de Palestina y el Líbano, la posición de Ahtisaari con respecto a Irak fue, en cambio, francamente indigna. En 2003 encabezó un equipo que evaluó las condiciones de seguridad para el personal de la ONU en Irak, tras la ocupación anglo-norteamericana. En aquel momento, fue favorable a la invasión. No compró el argumento mentiroso de las supuestas armas de destrucción masiva que dieron la
excusa a Bush para atacar; pero justificó su defensa en los crímenes y violaciones a los derechos humanos cometidos por Saddam Hussein. En una palabra: el flamante Premio Nobel de la Paz invocó la defensa de la vida para apoyar la muerte: los crímenes de lesa humanidad que cometerían el Imperio y su aliado británico.
En enero de 2007, el hoy flamante premiado había presentado su plan de paz, incluida una propuesta de «soberanía limitada», para Kosovo; y esa independencia que ayudó a conseguir, lo enorgullece, a pesar de las reticencias de países como España y Grecia; y del rechazo por parte de Serbia, Rusia y Cuba. El embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogosin, se mostró francamente molesto por el Nobel para Ahtisaari y, como muchos otros, interpretó que su plan para Kosovo no hizo más que perjudicar a
Serbia.
De todos modos, Ahtisaari parece estar más allá de las críticas. A los 71 años se regocija porque su rostro será inmortalizado en un sello de correos de alrededor de un dólar, en moneda finesa, mientras espera la gran fiesta en honor de su premio.
En Oslo, la capital noruega, los ricos y famosos —pero sobre todo los poderosos— le rendirán homenaje durante una celebración que comenzará con un concierto y donde no faltará ni el mayordomo de Batman. Precisamente, el presentador será Michael Caine —quien desempeñó ese papel en el reciente filme El caballero negro—, junto a la actriz norteamericana Scarlett Johansson; y entre otras stars, desfilarán por el escenario Diana Ross, la mexicana Julieta Venegas, la cantautora canadiense Leslie Feist y el cantante de country Dierks Bentley. Claro que el día anterior Martti Ahtisaari habrá embolsado el dinero del premio que, según ha dicho, le servirá para fortalecer la CMI, su ONG; se trata de la «Iniciativa para la Gestión de Conflictos», creada en el año 2000 para apoyar los esfuerzos de la comunidad internacional para prevenir y resolver crisis de seguridad en diversas áreas del mundo.
Tal, la declaración de principios; pero según el diario ruso «RBC Daily» esta empresa es un verdadero negocio que le reporta grandes beneficios... ¿Qui sait?
Desde 1901, fecha de la entrega de los primeros premios del arrepentido creador de explosivos de muerte, Alfred Nobel, la nómina de los ganadores es —por lo menos— discutible. Es verdad que entre los premiados, muchos hicieron honor a aquellas palabras de Erich Fromm según las cuales el corazón de hombre nunca deja de ser humano. Albert Schweitzer, Linus Carl Pauling, Martin Luther King, la Madre Teresa de Calcuta, o los latinoamericanos Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel.
Pero también, en una suerte de carnaval perverso, recibieron el galardón hombres cargados de sombra y muerte. Entre ellos, Theodore Roosevelt (no confundir con Franklin Delano Roosevelt), Henry Kissinger, Shimon Peres y Menachem Begin. Según Gabriel García Márquez, Begin —a quien con razón comparó a Adolf Hitler— debería haber merecido el «Premio Nobel de la Muerte».
Martti Ahtisaari, la figura viviente de «Papá Mumin», se lleva el premio en momentos en que el planeta padece más que nunca la mundialización de la miseria, la violencia y el desamparo. El día de su fiesta, mientras El caballero negro se verá en todas las pantallas del mundo, brindará con Michel Caine, el mayordomo de Batman, por su Nobel de la Paz. Y pues la crisis de la Tierra toda se acrecienta cada día, palpitarán también con más fuerza, las palabras de Martin Luther King en 1963: «Tengo un sueño». La libertad, la justicia, la paz