11 de enero de 2011 — El flamante gobernador de California, Jerry Brown dio a conocer ayer su nuevo presupuesto de austeridad fascista, destacando en la presentación que: "Estos recortes van a ser dolorosos, se requerirá el sacrificio de cada uno de los sectores del estado, pero no tenemos otra alternativa". Los recortes que propone son mayores y más mortales que los que había propuesto Arnold Schwarzenegger, su predecesor inmediato. Schwarzenegger dejó el estado con un déficit de $25,400 millones de dólares, luego de haber recortado más de ¡$45 mil millones del presupuesto estatal desde 2008! Nada más este hecho pone al descubierto el fraude del presupuesto de Brown, cuando dice que no tiene otra alternativa que imponer los recortes, dado que años de recortes no han logrado en lo más mínimo equilibrar el presupuesto. El problema, que nadie en Sacramento está dispuesto a plantear, es la caída de los ingresos debido a la desintegración económica y financiera, y a los subsecuentes aumentos en los costos del estado, debido a la pobreza creciente, especialmente entre aquellos que perdieron sus empleos y sus hogares.
Entre los programas que están en la picota de los recortes está el Medi-Cal, que enfrenta recortes por $1,700 millones. Estos recortes van a obligar a las personas desesperadamente pobres a que paguen una parte proporcional de sus visitas médicas, limitan las visitas al doctor y reducen las tasas que se le pagan a los prestadores de servicios de salud. Propone recortar los programas Bienestar para Trabajar, que le aporta fondos de ayuda a los niños de familias de padres únicos, recortando $1,500 millones. Habrá recortes en los Servicios Apoyo en Casa, que ofrece cuidados para los residentes ancianos y los incapacitados; recorte a las subvenciones para los ancianos con bajos ingresos, los invidentes y los incapacitados; y se van a eliminar los servicios de la vista para los niños de bajos ingresos en el programa Familias Saludables. También habrá recortes en educación y hay una propuesta de una reducción salarial del 8 al 10 por ciento de los empleados estatales.