Sin ir muy lejos, en los Estados
Unidos, el Presidente Obama basa su actual campaña de reelección en la ampliación
del programa “Medicare”, un programa de seguridad social que desde 1965
garantiza el acceso a los servicios de salud a los ciudadanos mayores de 65
años, jóvenes con incapacidades y personas con problemas renales. La
ultraconservadora derecha republicana, detrás de la cual están las poderosas
mafias de la salud privada, acusa a Obama de “socialista”, pero el actual
presidente, que conoce muy las estadísticas de su país, sabe que el 50% de los
ciudadanos de Estados Unidos no posee mil dólares en el banco para enfrentar
una eventualidad y esos son muchos votos.
Por su parte, el Comunismo se
define como el sistema en que todos los medios de producción están en manos del
Estado y las relaciones de producción están totalmente reguladas. En el
Comunismo “puro” no existe la propiedad privada. Tal sistema, como el anterior,
es inviable. E igualmente que en el caso anterior, en todos los países que se
dicen comunistas existe cierta dosis de capitalismo.
En China se ha permitido la
existencia de empresas privadas en los medios de producción que no son vitales
para la economía. Existen muchos empresarios que han hecho fortuna y en el
futuro no será de extrañar que ocupen la portada de la revista Forbes. Su
modelo de desarrollo no está orientado hacia el consumismo tipo capitalista
pues están conscientes que si cada chino consumiera como un estadounidense se
necesitaría más de un planeta. Más que un automóvil (o dos) para cada
habitante, en China se desarrollan los medios de transporte masivos en las
ciudades y entre las ciudades. Su economía sigue siendo planificada por el
partido comunista aunque ya no se exige la militancia en él para ocupar altos
cargos en el gobierno.
Quienes afirman que China se ha
convertido al capitalismo repiten como loritos la mentira que los medios de
comunicación capitalistas quieren que crea la opinión pública. Lo que si es
cierto, es que de mantenerse los índices de crecimiento de Estados Unidos y
China al ritmo actual, en menos de tres décadas la superioridad del capitalismo
será historia.
Regresando a nuestro hogar,
Venezuela, no se comprende como un sector tan instruido como los profesores
universitarios alaban el capitalismo y al mismo tiempo reclaman que el gobierno
debe garantizarles la salud gratuita y el pago de las medicinas. Insultan al
pueblo llamándolos “mantenidos” cuando en el pasado han gozado de los mayores
privilegios que haya tenido gremio alguno. Acusan al gobierno de ineficiente
cuando todas (o casi todas) las empresas de la universidades autónomas
quiebran. Reclaman la corrupción y aprueban semestres de ocho semanas. Tienen
un instituto de previsión social que no rinde cuentas. No cotizan a la seguridad
social negándoles a sus miembros el derecho a la pensión de vejez. Dudo que
haya en el país un gremio más disociado que la FAPUV. Por eso nos va
como nos va.
Afortunadamente, la mayoría del
pueblo venezolano no se dejó engañar por el lobo de Capriles disfrazado de
ovejita, que prometió de todo para no cumplir nada. Y es que el pueblo puede
ser ignorante, pero no bruto.