JM. Rodríguez
La rectora García, ejerciendo su auctoritas,
acompañada del hijo (un poco tonto) del rector de la dignidad, lee por
TV su dictamen sobre admoniciones y otras argucias comiciales. Le aclara
así, a la gente que ha perdido la cordura por Chávez, que esa
universidad va a revisar, como tiene que ser, si él está en condiciones
de continuar fastidiando a la gente seria y pensante de este país.
La
rectora García, le dice a la Asamblea Nacional, que vaya dejándose de
vainas sobre que, aquí, el único presidente es Chávez, que lo
substituyan, de una vez, por Diosdado que, por muy antipático que sea,
va a tener que encargarse por treinta días, hasta que un presidente de
verdad, sea electo.
La rectora García, sin esperar la manifestación de autoridades con potestas, (para eso es auctoritas),
le advierte al TSJ,
que lo que le sale es declarar la ausencia absoluta porque, un
presidente que no se juramenta cuando le corresponde juramentarse, dejó
de serlo. ¿Si no es así, de qué sirven togas y birretes?
Y
como el TSJ no le paró a la rectora García, le dice que violó la
constitución, que cometió un ultraje y engañó al pueblo al afirmar, como
un sedicioso cualquiera, que la juramentación es adventicia cuando de
voluntad popular se trata. Anuncia solemne que, a partir de ahora, la
uceve, se declara en desobediencia civil contra la falta de solemnidad.
Luego,
la rectora García, le monta a un muchachito de esa uceve, una rueda de
prensa, exclusiva para Globovisión, donde prometió acciones de calle
para enfrentar la arbitrariedad de este gobierno clumsy. Dijo que comenzarían el mismísimo viernes, luego de tomarse unos tragos en Las Mercedes (porque viernes es viernes).
Por
cierto, ese día en la mañana, fui a la uceve a la presentación
obligatoria que debemos hacer los profesores jubilados. Sus edificios
estaban tan vacíos que le pregunté por ello a una amiga secretaria; me
dijo: “nada profe, esta universidad se está muriendo”.