Este fracaso revolucionario no
puede atribuirse a una buena política de la oposición, que no la tiene
(inclusive fueron divididos a las últimas elecciones regionales), sino por el
contrario, a una pésima política de los dirigentes PSUV.
Nuestra base está descontenta y
en la última reunión para las postulaciones ni siquiera hubo quorum. Múltiples
son las denuncias de corrupción dentro del seno del PSUV pero jamás nadie ha
sido castigado, por el contrario, son los denunciantes los que son sometidos al
ostracismo. De nada valen las buenas intenciones que pudieran tener algunos
cuadros valiosos de nuestra organización, inmediatamente son arropados y
silenciados.
Siendo éste el cuadro político en
nuestro municipio, solo nos queda esperar con tristeza y dolor, la derrota que
inevitablemente sufriremos en las próximas elecciones a alcalde,
independientemente de quién sea nuestro candidato y el de la oposición.