El fundador del controvertido portal WikiLeaks Julian
Assange, refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, leyó el
miércoles -a través de una teleconferencia con Montevideo- un cable de
un embajador de Estados Unidos en Uruguay que en 2009, al dejar el país,
escribió que la “destrucción” de Uruguay “no tendría un efecto
devastador en la seguridad de Estados Unidos”.
Assange dio una teleconferencia con la Facultad de Psicología de la Universidad de la República de Uruguay. Allí alentó la decisión del gobierno uruguayo de utilizar sofware libre en sus organizaciones y llamó a los uruguayos a colaborar con Wikileaks.
Para ello, les leyó un cable secreto enviado por un embajador de Estados Unidos que volvía de Uruguay a Washington en el 2009 y en el que se decía que la “destrucción” de Uruguay “no tendría un efecto devastador en la seguridad de Estados Unidos, o en la seguridad económica nacional (…) es decir a Estados Unidos no le importa si Uruguay es borrado del mapa o destruido a diferencia de Irak”, con tanto petróleo, relató Assange.
Por eso, al pedir colaboración para su organización, el activista ironizó: “la gente en Uruguay puede sentirse segura o bastante (segura) apoyando a Wikileaks”.
Latinoamérica más independiente
Assange agradeció a Ecuador y al presidente de ese país, Rafael Correa, por haberle dado asilo político en agosto de 2012 y resaltó el apoyo que recibió de toda la región.
“La independencia de América Latina ha avanzado mucho en estos años, era difícil imaginar que una nación de tamaño mediano de América Latina hace diez años podría haberse hecho cargo y haber hecho una movida tan correcta para defender los niveles de derechos humanos”, expresó.
Assange recordó que en agosto del 2012, cuando las fuerzas británicas rodearon la embajada del país Latinoamericano en Reino Unido, “los gobiernos de América Latina se plantaron para defender mis derechos y los de Ecuador, incluyendo Uruguay”.
El activista dijo que su organización es cada vez “más fuerte” y que gracias al apoyo internacional sobrevive al bloqueo bancario impuesto por Estados Unidos.
“Si bien hemos batallado tres años con este bloqueo bancario, y esto nos resulta muy difícil, por supuesto con todas las búsquedas, todos los procedimientos, la organización es más fuerte hoy que lo que era hace dos años”, reflexionó Assange ante más de un centenar de personas que participaron de la charla sobre su último libro “Criptopunks. La libertad y el futuro de internet”.
“La gente comienza a comprender que hemos sufrido, ahora tenemos el apoyo muy fuerte de la mayor parte de América Latina, las cortes europeas están laudando a nuestro favor gradualmente, estamos atravesando este bloqueo bancario”, agregó el activista sobre el bloqueo que las principales tarjetas de crédito impusieron a la organización que comanda.
Assange, que intenta impedir que Londres lo extradite a Suecia por un caso de presunta violación y agresión sexual, dijo que están “ganando” lo “que el Pentágono definió como la batalla, la batalla por la revelación de la muerte de cientos de miles de personas y el poder del Departamento de Estado (de Estados Unidos) en todo el mundo”.
El australiano recordó que la persecución a integrantes de WikiLeaks alrededor del mundo se mantiene y resumió los ejes de su libro en el cual considera peligroso que la infraestructura de la red internet haga pasar por territorio de Estados Unidos la mayor parte del tráfico de América Latina y como esto amenaza su soberanía.
A su vez, reiteró que tiene grandes posibilidades de acceder a una banca en el Senado de su país, ya que cuenta con “algo así como 25 o 28% del apoyo del público en Australia, algo muy extraordinario”, apoyo que le permitiría conseguir el cargo en las elecciones del 14 de septiembre.
Tras alcanzar fama mundial por publicar documentos clasificados sobre las guerras de Irak y de Afganistán y miles de telegramas secretos de la diplomacia estadounidense, WikiLeaks tuvo que hacer frente al intento de Visa y MasterCard de bloquear las donaciones de los internautas. WikiLeaks estima la pérdida de beneficios en millones de dólares.
WikiLeaks publicó en abril más de 1,7 millones de documentos diplomáticos estadounidenses que datan de los años 1970, y fueron oficialmente desclasificados pero siguen siendo de difícil acceso para el público.
AFP
Assange dio una teleconferencia con la Facultad de Psicología de la Universidad de la República de Uruguay. Allí alentó la decisión del gobierno uruguayo de utilizar sofware libre en sus organizaciones y llamó a los uruguayos a colaborar con Wikileaks.
Para ello, les leyó un cable secreto enviado por un embajador de Estados Unidos que volvía de Uruguay a Washington en el 2009 y en el que se decía que la “destrucción” de Uruguay “no tendría un efecto devastador en la seguridad de Estados Unidos, o en la seguridad económica nacional (…) es decir a Estados Unidos no le importa si Uruguay es borrado del mapa o destruido a diferencia de Irak”, con tanto petróleo, relató Assange.
Por eso, al pedir colaboración para su organización, el activista ironizó: “la gente en Uruguay puede sentirse segura o bastante (segura) apoyando a Wikileaks”.
Latinoamérica más independiente
Assange agradeció a Ecuador y al presidente de ese país, Rafael Correa, por haberle dado asilo político en agosto de 2012 y resaltó el apoyo que recibió de toda la región.
“La independencia de América Latina ha avanzado mucho en estos años, era difícil imaginar que una nación de tamaño mediano de América Latina hace diez años podría haberse hecho cargo y haber hecho una movida tan correcta para defender los niveles de derechos humanos”, expresó.
Assange recordó que en agosto del 2012, cuando las fuerzas británicas rodearon la embajada del país Latinoamericano en Reino Unido, “los gobiernos de América Latina se plantaron para defender mis derechos y los de Ecuador, incluyendo Uruguay”.
El activista dijo que su organización es cada vez “más fuerte” y que gracias al apoyo internacional sobrevive al bloqueo bancario impuesto por Estados Unidos.
“Si bien hemos batallado tres años con este bloqueo bancario, y esto nos resulta muy difícil, por supuesto con todas las búsquedas, todos los procedimientos, la organización es más fuerte hoy que lo que era hace dos años”, reflexionó Assange ante más de un centenar de personas que participaron de la charla sobre su último libro “Criptopunks. La libertad y el futuro de internet”.
“La gente comienza a comprender que hemos sufrido, ahora tenemos el apoyo muy fuerte de la mayor parte de América Latina, las cortes europeas están laudando a nuestro favor gradualmente, estamos atravesando este bloqueo bancario”, agregó el activista sobre el bloqueo que las principales tarjetas de crédito impusieron a la organización que comanda.
Assange, que intenta impedir que Londres lo extradite a Suecia por un caso de presunta violación y agresión sexual, dijo que están “ganando” lo “que el Pentágono definió como la batalla, la batalla por la revelación de la muerte de cientos de miles de personas y el poder del Departamento de Estado (de Estados Unidos) en todo el mundo”.
El australiano recordó que la persecución a integrantes de WikiLeaks alrededor del mundo se mantiene y resumió los ejes de su libro en el cual considera peligroso que la infraestructura de la red internet haga pasar por territorio de Estados Unidos la mayor parte del tráfico de América Latina y como esto amenaza su soberanía.
A su vez, reiteró que tiene grandes posibilidades de acceder a una banca en el Senado de su país, ya que cuenta con “algo así como 25 o 28% del apoyo del público en Australia, algo muy extraordinario”, apoyo que le permitiría conseguir el cargo en las elecciones del 14 de septiembre.
Tras alcanzar fama mundial por publicar documentos clasificados sobre las guerras de Irak y de Afganistán y miles de telegramas secretos de la diplomacia estadounidense, WikiLeaks tuvo que hacer frente al intento de Visa y MasterCard de bloquear las donaciones de los internautas. WikiLeaks estima la pérdida de beneficios en millones de dólares.
WikiLeaks publicó en abril más de 1,7 millones de documentos diplomáticos estadounidenses que datan de los años 1970, y fueron oficialmente desclasificados pero siguen siendo de difícil acceso para el público.
AFP