La agricultura es uno de los sectores productivos nacionales respecto
al cual las estadísticas son más escasas y poco confiables. Ya desde
antes de que Hugo Chávez asumiera la Presidencia de la República, el
Ministerio de Agricultura y Cría tenía la rectoría en materia de
estadísticas agropecuarias y se había manifestado como absolutamente
incapaz de generar un flujo continuo y metodológicamente aceptable de
datos sobre la producción agrícola y pecuaria. Ya con el actual
Presidente instalado en sus funciones, el antiguo Ministerio de
Agricultura y Cría ha pasado por varias fusiones y divisiones que no han
ayudado para nada a exhibir algún mínimo de eficiencia en materia de
generación de estadísticas confiables. De allí entonces, que sea difícil
opinar y más aun planificar en relación a un sector que luce como poco
transparente ante los ojos de la mayoría de la población del país. Casi
todo lo que se pueda decir respecto a este sector asume, por lo tanto,
un carácter aproximado y tentativo.
Todo esto lleva también a que en la opinión púbica se produzcan y se reproduzcan mitos y verdades a medias sobre el sector agropecuario, tal como esa, tan repetida, que dice que aproximadamente el 70 % de los alimentos que se consumen en Venezuela, son importados.
Veamos algunas cifras aproximadas al respecto. Aceptemos, en primer lugar, que el PIB de Venezuela alcanza un monto ligeramente superior a los 300 mil millones de dólares. Supongamos, paralelamente, que el sector agropecuario representa entre un 4% y un 5 % del PIB de toda Venezuela. Si aceptamos esos sencillos supuestos llegamos fácilmente a la conclusión de que el PIB del sector agrícola se ubica entre los 12 mil millones de dólares y los 15 mil millones de dólares, según aceptemos que el PIB agrícola es un 4 o 5 % del PIB de toda Venezuela. Pero el PIB no representa el valor de mercado de la producción de un sector, o del conjunto de los sectores productivos del país. El concepto económico que mide ese valor de mercado de la producción de un sector es el Valor Bruto de la Producción, VBP, que en el caso de Venezuela, y para el sector agrícola, tiene es de un 50% más alto que el PIB. Es decir, el VBP del sector agrícola debe ubicarse entre los 18.000 y los 22.500 millones de dólares anuales.
Para el año 2009 - último para el cual se tienen estadísticas completas y oficiales del comercio exterior venezolano - las importaciones agropecuarias alcanzaron a 6.500 millones de dólares. Esa cifra incluye todas las importaciones que se ubican en los primeros 24 capítulos del arancel de aduanas, las cuales incluyen bienes agrícolas y pecuarios tanto en forma de materia prima como de bienes ya manufacturados.
Si sumamos la producción de origen nacional con la producción de origen importado tenemos que el consumo total de alimentos en el país se ubica entre 24.500 y 29.000 millones de dólares. En estricto sentido habría que restar las exportaciones de carácter agropecuario, pero como éstas son tan modestas en la Venezuela actual - y de todos modos estos cálculos son meramente aproximativos - podemos prescindir momentáneamente de esas cifras.
De 24.500 millones de dólares, las importaciones representan 6.500 millones, de 29 mil millones de dólares, las importaciones representarían sólo el 22 %. En síntesis, en el mejor de los casos, y castigando un poco las cifras, se concluye que las importaciones agrícolas representan a lo más el 30 % de todos los alimentos consumidos en Venezuela. El 70 % restante sería producido dentro del país.
Obviamente, estos porcentajes representan grandes promedios nacionales, lo cual no quita que en ciertos productos, como el trigo, por ejemplo, lo importado bordee el 100%. Pero en otros, como los plátanos o los cambures, el porcentaje importado debe estar cercano al 0 %.
Estas reflexiones no tienen un sentido meramente especulativo, porque conocer la realidad en estas materias tiene siempre un gran sentido práctico.
Si producimos el 70% de lo que consumimos, necesitamos crecer en un 50 % para llegar al total autoabastecimiento, lo cual se puede lograr en menos de una década.
Si producimos el 30 %, el esfuerzo necesario para ello es superior al 200 % y tomaría más de 20 años lograrlo.
Todo esto lleva también a que en la opinión púbica se produzcan y se reproduzcan mitos y verdades a medias sobre el sector agropecuario, tal como esa, tan repetida, que dice que aproximadamente el 70 % de los alimentos que se consumen en Venezuela, son importados.
Veamos algunas cifras aproximadas al respecto. Aceptemos, en primer lugar, que el PIB de Venezuela alcanza un monto ligeramente superior a los 300 mil millones de dólares. Supongamos, paralelamente, que el sector agropecuario representa entre un 4% y un 5 % del PIB de toda Venezuela. Si aceptamos esos sencillos supuestos llegamos fácilmente a la conclusión de que el PIB del sector agrícola se ubica entre los 12 mil millones de dólares y los 15 mil millones de dólares, según aceptemos que el PIB agrícola es un 4 o 5 % del PIB de toda Venezuela. Pero el PIB no representa el valor de mercado de la producción de un sector, o del conjunto de los sectores productivos del país. El concepto económico que mide ese valor de mercado de la producción de un sector es el Valor Bruto de la Producción, VBP, que en el caso de Venezuela, y para el sector agrícola, tiene es de un 50% más alto que el PIB. Es decir, el VBP del sector agrícola debe ubicarse entre los 18.000 y los 22.500 millones de dólares anuales.
Para el año 2009 - último para el cual se tienen estadísticas completas y oficiales del comercio exterior venezolano - las importaciones agropecuarias alcanzaron a 6.500 millones de dólares. Esa cifra incluye todas las importaciones que se ubican en los primeros 24 capítulos del arancel de aduanas, las cuales incluyen bienes agrícolas y pecuarios tanto en forma de materia prima como de bienes ya manufacturados.
Si sumamos la producción de origen nacional con la producción de origen importado tenemos que el consumo total de alimentos en el país se ubica entre 24.500 y 29.000 millones de dólares. En estricto sentido habría que restar las exportaciones de carácter agropecuario, pero como éstas son tan modestas en la Venezuela actual - y de todos modos estos cálculos son meramente aproximativos - podemos prescindir momentáneamente de esas cifras.
De 24.500 millones de dólares, las importaciones representan 6.500 millones, de 29 mil millones de dólares, las importaciones representarían sólo el 22 %. En síntesis, en el mejor de los casos, y castigando un poco las cifras, se concluye que las importaciones agrícolas representan a lo más el 30 % de todos los alimentos consumidos en Venezuela. El 70 % restante sería producido dentro del país.
Obviamente, estos porcentajes representan grandes promedios nacionales, lo cual no quita que en ciertos productos, como el trigo, por ejemplo, lo importado bordee el 100%. Pero en otros, como los plátanos o los cambures, el porcentaje importado debe estar cercano al 0 %.
Estas reflexiones no tienen un sentido meramente especulativo, porque conocer la realidad en estas materias tiene siempre un gran sentido práctico.
Si producimos el 70% de lo que consumimos, necesitamos crecer en un 50 % para llegar al total autoabastecimiento, lo cual se puede lograr en menos de una década.
Si producimos el 30 %, el esfuerzo necesario para ello es superior al 200 % y tomaría más de 20 años lograrlo.
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