19 julio 2013
- Lechugas gigantes, melocotones siameses y los tomates más extraños conforman esta lista.
Tomates con forma de tumor, lechugas gigantescas, melocotones siameses, berenjenas fusionadas, son sólo algunos ejemplos de las malformaciones en seres vivos que ocasionó la radiación. Según demuestran una serie de fotografías subidas a las web de almacenamiento de imágenes Imgur.com, que muestran vegetales y plantas visiblemente mutadas, la flora de la región ha quedado notablemente alterada por el escape nuclear.
Sin embargo, estos no son los primeros efectos detectados del escape nuclear. Apenas cinco meses después del desastre, niveles importantes de Cesio 137 y 134 fueron aislados en atunes cerca de la ciudad estadounidense de San Diego (California). Las cantidades son diez veces superiores a las detectadas en años anteriores. También se encontró un conejo que había nacido sin orejas vagando por las cercanías de la central.
El año pasado investigadores de la Universidad Ryukyu de Okinawa demostraron la existencia de un aumento de las mutaciones en los genes que contienen información para el desarollo de la forma de las alas y los ojos. Como consecuencia, los animales tenían los ojos dañados y las alas más pequeñas de lo normal. Además, los científicos comprobaron que dichas anomalías genéticas se reproducían entre un 18 y un 34 de las ocasiones, en su segunda y tercera generación, pese a haberse apareado con mariposas sanas crecidas fuera de la zona afectada por la radiación.
Timothy Mousseau, un profesor de biología de la Universidad de South Carolina dedicado al estudio de la radiación en las cercanías de Fukushima, explicó a la cadena de televisión norteamericana ABC que existen pruebas del aumento de las mutaciones en el área, pero que aún hace falta analizar más las muestras antes de extraer conclusiones definitivas. “Las fotos de los vegetales mutados son sugerentes, pero de momento, son solo anecdóticas. Investigadores cualificados necesitan verificar científicamente las mutaciones”, explicó.