Según periódico The European Union Times (www.eutimes.net), el presidente ruso, Vladimir Putin, distribuyó el martes a las fuerzas armadas rusas una “orden de acción urgente” que autoriza “un ataque militar de gran envergadura contra Arabia Saudí en el caso de que las amenazas occidentales contra Siria sean ejecutadas”.
El periódico cita fuentes en el interior del Kremlin que han subrayado que “Putin está en cólera contra Arabia Saudí” sobre todo después de su último encuentro con el príncipe Bandar bin Sultan, el jefe de los servicios de inteligencia saudíes, que es uno de los promotores de la guerra contra Siria.
Según esas fuentes, el príncipe Bandar advirtió a Rusia en su encuentro con Putin, celebrado hace varias semanas, en contra de oponerse a un ataque militar contra Siria amenazando con la acción de grupos terroristas chechenos, que podrían llevar a cabo atentados contra los Juegos Olímpicos de Invierno de Febrero de 2014 en Sochi, en Rusia.
Por su parte, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, ha advertido que una solución militar en Siria desestabilizaría el país y todo Oriente Medio, indicó el miércoles un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Durante una conversación telefónica el martes con el enviado especial de la Liga Árabe y de la ONU, Lajdar Brahimi, “Serguei Lavrov insistió en el hecho de que no hay una alternativa a una solución político-diplomática en Siria señalando que los intentos de hallar una solución militar llevarán a una desestabilización mayor en toda la región”.
Los dos hombres “se mostraron de acuerdo en que, en este momento crítico todas las partes, los actores extranjeros deben actuar de manera extremadamente responsable y no repetir los errores del pasado”, según el comunicado.
En un comunicado publicado el martes por la tarde, la diplomacia rusa indicó que Lavrov había, durante una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, John Kerry, rechazado los argumentos de este último de que el gobierno sirio estaba detrás del ataque con armas químicas. Lavrov comunicó a Kerry los argumentos y pruebas de la parte rusa que desmienten tales alegaciones.
“Moscú está particularmente preocupado por la línea peligrosa, que resulta ya evidente, de varios países que buscan torpedear conscientemente las premisas de un arreglo político y diplomático al conflicto”, añadió.