Juan C. Villegas P. –
CIFO-ALEM
En el ámbito de la
Economía Política, se hace cada vez mas relevante la
discusión en torno a la necesidad de establecer las bases de una nueva
arquitectura financiera internacional, lo cual supone la utilización mas extendida de un signo monetario alternativo
al dólar de Estados Unidos de América (EUA) no sólo para las transacciones en
el comercio internacional, sino también como moneda de reserva para los bancos
centrales a nivel mundial.
Esta discusión ha llevado a la
creencia de algunos economistas de que el dólar como signo monetario está
sobrevalorado, por lo tanto es necesario abandonar o al menos disminuir la
tenencia de reservas en dicha moneda y protegerse de una eventual devaluación.
Del otro lado, existen quienes afirman que mientras EUA siga siendo la
principal potencia a nivel mundial, su signo monetario seguirá dominando la
escena internacional, más aun con la ya conocida crisis que afecta la zona
Euro. Ahora bien, cabe hacer la pregunta: ¿Cómo se constituyó el dólar
estadounidense como moneda hegemónica en las relaciones económicas
internacionales?
Auge
y caída del patrón oro
Para responder a esto hay que
remontarse al acuerdo de Bretton Woods, cuyo objetivo fue el de consolidar el
dominio económico financiero de EUA sobre el resto del mundo occidental, para
ello se hacía necesario establecer al signo monetario norteamericano como
principal moneda para los pagos internacionales, la cual a su vez estaba respaldada
por reservas de oro en la Reserva Federal
de EUA. (Este país no tiene banco central y su moneda es impresa por privados
que la otorgan a cierta tasa de interés) Con toda Europa en ruinas a causa de
la guerra, y el resto del mundo en crisis, se le hizo fácil a Harry White
(representante de EUA en Bretton Woods) imponer los intereses norteamericanos
en dicha conferencia. Una vez terminada la II guerra mundial, sólo quedaba una economía
capitalista con la potencia suficiente para imponerse sobre el resto del mundo:
la de EUA, de allí que Bretton Woods, solo era expresión en el plano financiero
de lo que ocurría en la economía real.
El 15 de agosto de 1971, el presidente de los Estados Unidos, Richard
Nixon, para poder financiar el enorme déficit fiscal acumulado por ese país,
anuncia la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro o en cualquier
otro instrumento de reserva, además de la intención de no sostener su paridad
oficial, dejándolo flotar según la oferta y la demanda. En este punto hay que
tener presente que dichas medidas suponían “una flagrante violación a los
acuerdos establecidos en Bretton Woods con motivo de la creación del Fondo
Monetario Internacional, lo que desembocó en una flotación generalizada de las
monedas, y en la necesidad de proceder a una reforma en profundidad del
sistema”. Zafra (2003)[i]
A
partir de entonces, la Reserva Federal de EUA, puede emitir dinero sin la necesidad
de que estén respaldados por reservas de oro. El mercado internacional fue
inundado por la emisión de dólares y este se convirtió en sustitución del
oro, en la principal reserva de valor de la gran mayoría de los
bancos centrales. El resultado ha sido además de lo anterior, la inestabilidad
de los tipos de cambio y de los precios
durante más de 40 años, en lo que constituye una etapa crítica del
capitalismo a escala global.
Ahora
bien, si no son las reservas en oro, entonces ¿Qué determina el valor del dólar
y su hegemonía en el sistema monetario mundial? La respuesta a esta pregunta se
encuentra en el centro mismo de la Economía Política Marxista: la teoría del valor.
Efectivamente, el valor de la moneda es un síntoma de lo que ocurre en el plano
de la economía real. La economía norteamericana durante la segunda mitad del
siglo XX se constituyó en la economía con mayor producción de mercancías, con
mayores flujos de intercambio comercial, con mayores niveles de acumulación de
capital, y más importante aun, con mayores niveles de productividad laboral[ii]. El
hecho de que el dólar sea la moneda hegemónica a nivel mundial (al menos
todavía), es consecuencia de que dicho país, haya sido por décadas el mayor
exportador de mercancías, y para comprar dichas mercancías se necesitan
dólares, de igual forma, es el mayor importador a nivel mundial y las mercancías que compra a otros países
las paga en dólares.
Es así
de simple, ellos son los dueños de la fiesta (de nuevo, al menos todavía) y
todo gracias a que la clase obrera de ese país es la que por diversas razones
(tecnología, economías de escala, formación para el trabajo, etc.) tiene uno de
mayores niveles de productividad laboral a nivel mundial. Si esto no se tiene
en cuenta, se dificulta la comprensión de los elementos que subyacen en la
determinación del valor de una moneda a nivel internacional, con el peligro
además de caer en explicaciones banales como las que ofrece la economía
burguesa con aquel cuento de la
Paridad del Poder Adquisitivo (PPA)[iii].
Además de lo anterior, elementos como la caída en la participación de la
producción mundial de las empresas de EUA y sobre todo, de lo que es producido
a lo interno de ese país, son determinantes para avizorar el futuro del reinado
del dólar.
Implicaciones para la economía venezolana
En el caso específico de
Venezuela y su signo monetario, es necesario comprender en primer término el
rasgo principal de la economía venezolana, la cual se fundamenta en el
aprovechamiento (captación) de la renta a partir de la explotación de los
hidrocarburos. Dicho de otra forma, la economía venezolana prácticamente no produce
nada, solo se basa en la extracción de petróleo. Todo el petróleo que Venezuela
le vende a EUA es pagado por ese país en dólares y todo lo que compra Venezuela
a EUA, hay que pagarlo en dólares. La renta captada constituye el lubricante de
la economía interna, con dicha renta, el
estado puede financiar sus actividades, dinamizar la economía a través del
gasto público, financiar y subsidiar al sector privado, importar todos los
bienes que no se producen en el país y acumular reservas en dólares.
El signo monetario venezolano
no es ni puede ser fuerte en comparación con el dólar, mientras la mayor parte
de bienes de consumo y de capital no se produzcan internamente, mientras la mayor parte de las importaciones
provengan de EUA, mientras no exista una verdadera industrialización y mientras
no aumenten los niveles de producción y
de productividad. Por otra parte, los
altos ingresos por concepto de exportación de petróleo han permitido que el
tipo de cambio del bolívar frente al dólar haya estado sobrevaluado durante
muchos años, lo cual deriva en que resulte mucho menos costoso importar que
producir internamente, y que la burguesía local prácticamente se dedique a
importar barato y vender caro.
Para ilustrar el carácter
importador de mercancías de la economía venezolana, basta con revisar las
estadísticas oficiales relacionadas con el valor de las importaciones y su país
de origen[iv]. En el
grafico Nº 1 se observa como EUA se mantiene como el principal país de origen
de las importaciones que llegan a Venezuela. De hecho, en 2012 se observa el
valor más alto de las importaciones provenientes de Estados Unidos en los
últimos años al ubicarse en más de 12 mil millones de dólares según los datos
del INE, lo cual representa el doble de lo observado en 1.998, año en el cual
dicho valor se ubicaba un poco por encima de los 6 mil millones de dólares. Una
revisión de las cifras globales de importación,
arroja una tendencia igualmente creciente al triplicarse de 14 mil millones
en 1.998 a
más 47 mil millones en 2.012.
Esto explica la llamada
“voracidad de dólares” que tanto menciona el ministro Jorge Giordani. En
realidad se trata de una voracidad de productos importados alimentada por la
sobrevaluación del tipo de cambio y la ausencia de una planificación de las
importaciones con fundamento en las necesidades reales de la economía venezolana, situación que no se
ha corregido debido a la falta de una política integral de industrialización y
al hecho de que el comercio exterior siga siendo controlado por una burguesía
que únicamente se dedica a importar a costa de los ingresos petroleros. A ello
se le suma el negocio de la especulación
cambiaria, consecuencia del tipo de cambio fijo y su diferencial con el paralelo,
que permite hacer fortunas con la simple compra-venta de divisas, amprada por
una corrupción sin límites.
Si bien la mayoría de las
importaciones venezolanas continúa siendo de origen norteamericano, es
necesario también indicar el importante crecimiento que se observa en la
participación de países como Argentina,
Brasil y China. En el caso de Argentina, el crecimiento de las importaciones
desde ese país ha tenido un crecimiento moderado que no obstante lo sitúa a la
par de Colombia, país que presenta una tendencia decreciente en los últimos 5
años. Por su parte Brasil, desde 2.010 supera a aquella última como principal
país en el ámbito suramericano en cuanto a origen de las importaciones de
Venezuela.
El
papel emergente de China
El caso de China requiere
especial atención, pues se observa el acelerado crecimiento que ha tenido el
gigante asiático en cuanto a su comercio con destino a Venezuela, ya que pasó
de apenas 26 millones en 1.998
a casi 8 mil millones de dólares en 2.012. Estos cambios
en la configuración de las importaciones venezolanas, son una señal de lo que
ocurre en la economía global en la cual, China emerge como potencia mundial,
hecho que de seguro tendrá repercusiones en el ámbito monetario a mediano plazo.
Revisando más exhaustivamente
estas cifras, se puede obtener el porcentaje de participación del valor de las
importaciones de cada país con base al total importado por Venezuela en el
periodo de considerado. Tal situación puede visualizarse en el gráfico Nº 2:
Si bien como se mencionó
antes, las importaciones provenientes de EUA se han duplicado en los últimos 15
años, la importancia relativa de éstas ha disminuido en tanto que en 1.998
representaban 43% del valor de las importaciones y para 2.012 llegaron a 26%
con relación al total. En contraste, las importaciones desde China en 1.998
representaron un insignificante 0,2%, para pasar el año pasado a representar el
16%, colocándose en el segundo lugar después de EUA, y con una clara tendencia
a la convergencia con las cifras de este ultimo país. Si esta situación
continúa, no es aventurado afirmar que China se convertirá en el principal
socio comercial de Venezuela en los próximos años.
Es cierto que la política
exterior del gobierno venezolano en los últimos años ha influido decididamente
en estas cifras de comercio exterior, pero no es menos cierto que también es
resultado de la nueva correlación de fuerzas que se está configurando en la
economía global, con China como principal protagonista. La continuidad del
dólar como moneda dominante en la economía mundial dependerá entonces de lo que
ocurra en el plano de la producción de mercancías.
En razón de todo lo anterior,
¿se puede afirmar que el dólar pierde terreno y será el yuan chino el nuevo
signo monetario dominante? Por ahora, esa pregunta no puede ser respondida en razón
del alto nivel de interdependencia existente entre las economías de ambos
países y fundamentada en la tenencia de bonos del tesoro norteamericano por
parte de China. Basta saber que en la actualidad esta nación es la principal
compradora de oro a nivel internacional[v], lo cual
es señal de que existe la intención de disminuir la tenencia de dólares como
activo de sus reservas internacionales. Esta política ha sido emulada por
Venezuela cuyas reservas internacionales en oro pasaron de 2.900 millones de dólares en 1.999 a casi 20 mil millones en la actualidad,
esto en detrimento de las reservas en divisa norteamericana, lo cual puede ser
contraproducente teniendo en cuenta que existe un requerimiento importante el
uso de ésta moneda para el normal funcionamiento de la economía venezolana.
Juan C. Villegas P. (Valencia, 17/07/2013)
[i] Zafra, Rafael. “La deuda
externa.” En: Peláez, José (coord.). “Globalización, deuda externa y exigencias de justicia social.”
Ediciones Akal, Madrid, 2003. pp. 167. Citado en Reyes (2010).
[ii] Para una revisión más
exhaustiva de los indicadores de productividad laboral consúltese el portal de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE) http://stats.oecd.org/
[iii] Una explicación muy
didáctica de cómo funciona la PPA,
y una crítica a dicho modelo puede encontrarse en el manual de Economía
Internacional del premio Nobel de economía Paul Krugman.
[iv] Para efectos de este
artículo sólo se consideran los cinco países con mayor comercio hacia
Venezuela.
[v] Véase: China se amuralla
con lingotes de oro: ¿catástrofe económica a la vista? Texto completo en: http://actualidad.rt.com/economia/view/94080-china-record-oro-crisis-dolar