06 Sep 2013, Posted by Sexualidad in
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Las teorías acerca de la
naturaleza de esta expresión corporal no son definitivas. Existe
información contradictoria al respecto.
Tradicionalmente la sexualidad de la
mujer ha sido menos estudiada y comprendida que la del varón. En
consecuencia, el orgasmo está lleno de mitos y tabúes, algunos tan
arraigados que complican entender determinados procesos, como la
eyaculación femenina.
A grandes rasgos, la eyaculación
femenina se define como la expulsión, a veces con fuerza, de una
cantidad variable de fluido a través de la uretra durante el orgasmo; el
líquido puede ser claro o lechoso, y es generado por las glándulas de
Skene o parauretral, equivalentes fisiológicos de la próstata masculina.
Las teorías acerca de la naturaleza de
esta expresión corporal no son definitivas. Existe información
contradictoria al respecto, pero los especialistas han llegado al
consenso de que toda mujer podría eyacular, aunque necesita experimentar
un orgasmo muy fuerte e intenso para lograrlo.
“El líquido eyaculado por mujeres es
bioquímicamente similar al de los hombres y es producido por la glándula
de Skene, que se encuentra entre las paredes de la uretra y vagina.
Dicha estructura anatómica es variable tanto en tamaño como en capacidad
de secreción”, explicó Georgina Núñez Solís, terapeuta sexual.
Al respecto, los sexólogos de amplia
experiencia Rinna Riesenfeld y Luis Perelman, consideraron probable que
todas las mujeres tengan la capacidad de eyacular, pero, subrayaron,
pocas descubren este placer por la escasa educación sexual.
“El potencial existe, pero algunas
mujeres llegan a reprimirse debido a que creen que el líquido excretado
es orina, en tanto que otras temen perder el control, disfrutar de la
sexualidad, autoexplorarse y conocerse en este terreno, lo que les
dificulta, incluso, alcanzar el orgasmo”.
Anatomía
La eyaculación nace en el punto G, la
“próstata” femenina, estructura que es la parte interna del clítoris,
describió Núñez Solís.
“Si tuviéramos visión de ultrasonido
podríamos apreciar una elongación detrás del glande del clítoris, encima
de la vagina y canal uretral (el ducto que lleva la orina desde la
vejiga). Dicho tejido está rodeado por ciertas glándulas (de Skene) que
producen el líquido eyaculatorio y contienen conductos que lo expelen a
través de la uretra”.
El tejido descrito está considerado por
algunos especialistas como la fuente de la eyaculación femenina. El
punto G se estimula durante el orgasmo y emite cierta cantidad de fluido
por la uretra. Tan es así que las variaciones apreciadas por las
mujeres, desde las que no eyaculan hasta las que “mojan la cama”,
dependen de la cantidad eliminada al exterior y la apreciación subjetiva
del mismo.
La experta en sexualidad y terapia de
pareja advirtió que no todas las mujeres experimentan la eyaculación,
hecho que ha influido en que sea poco estudiada y conocida. Sin embargo,
aclaró que no se trata de una enfermedad.
Dudas
Libros como el Kama Sutra hacen
referencia al “semen” femenino, igual que lo hizo el médico griego
Hipócrates. Aunque hay quienes sostienen que estas descripciones
pudieran referirse a las secreciones vaginales cotidianas, existen otras
referencias hacia algo más parecido a la eyaculación. Por ejemplo, en
el siglo XVII, el médico y anatomista holandés Regnier De Graaf hablaba
de “un líquido que chorrea de las partes pudendas”.
Durante el siglo XX, Ernst Gräfenberg,
médico alemán que dio su nombre al controvertido punto G, atrajo la
atención hacia la eyaculación femenina en un informe dado a conocer en
1950 en The International Journal of Sexology (Revista Internacional de
Sexología). “Esta convulsa expulsión de fluidos ocurre siempre en la
cúspide del orgasmo y simultáneamente con él”, escribió en la
publicación, y añadió: “en ocasiones la producción de líquido es tan
profusa que es necesario extender gran toalla bajo la mujer para evitar
que las sábanas se manchen”.
Las dudas respecto a la eyaculación
femenina radican en que, al ser una expulsión de líquido, se confunde
con orina. Por ello los investigadores se han dividido entre los que
consideran que es producto de incontinencia urinaria y los que aprecian
que durante el orgasmo se emite fluido que difiere de la lubricación
vaginal.
El líquido de la eyaculación femenina ha
sido descrito por algunas mujeres como menos espeso que el semen, pero
más viscoso que el agua o la orina. Además, su consistencia es mucosa y
de color blanco.
No es orina
“Tras estimular el punto G, éste se
expande y presiona las glándulas de Skene contenidas en la esponja
uretral, y así es como expulsan el líquido. La sensación no es igual a
la de orinar, además, el fluido es blanquecino, más espeso y huele
distinto; químicamente está compuesto por glucosa, su PH es mayor al de
la orina y contiene menor cantidad de urea y creatinina”, detalló
Georgina Núñez.
Calificó como importante tomar en cuenta
que los análisis bioquímicos indican que la “próstata” femenina produce
antígeno prostático específico del mismo modo que su similar masculina.
La especialista agregó que tanto hombres
como mujeres deben saber que la eyaculación es un proceso normal,
“algunas tienen expulsión abundante del fluido y eso las puede
incomodar, incluso a su pareja, pues muchos varones no están
acostumbrados a dicha experiencia”.
Mencionó que la cantidad de líquido
expulsado depende de factores hormonales, del momento del ciclo
menstrual en que se encuentre la mujer y la fuerza que tengan los
músculos pélvicos para poder lanzar un chorro modesto o abundante. Otra
observación importante es que la eyaculación arrojada desde la
“próstata” femenina puede tomar dos rumbos: ir hacia la abertura uretral
y ser notoria, o retrógrada y depositarse en la vejiga.
De acuerdo con Milan Zaviacic, profesor
de Medicina Patológica y Forense de la Universidad de Bratislava,
Eslovaquia (Oeste de Europa), la “próstata” femenina tiene dos
funciones, además del placer puro:
· Exocrina. Se encarga de manufacturar, almacenar y emitir el fluido eyaculatorio.
· Neuroendócrina. Consiste en producir hormonas y serotonina (químico cerebral que proporciona bienestar).
Por su parte, estudios realizados en la
Universidad de York en Toronto, Canadá, han revelado que su propósito es
evolutivo: uretra y vagina comparten pared virtual (el piso del canal
uretral es el techo de la vagina) y, por tanto, la glucosa de la
eyaculación es absorbida por la vagina y crea ambiente de soporte para
el esperma (reproducción).
Es probable que las mujeres que tienen
eyaculación durante el orgasmo se sientan un poco incómodas; por tal
razón la evitan, como si fuera especie de suciedad, situación embarazosa
o vergonzosa. Sin embargo, quienes están informadas sobre este hecho
suelen disfrutar la sensación y, si la pareja entiende el proceso, se
vive con goce porque resulta erótico y estimulante.
Fuente: Vanguardia