JEAN-GUY ALLARD – Ante la perspectiva de una agresión militar yanqui contra el pueblo sirio, anunciada por Obama con todo el cinismo de la retórica imperial, el líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles Radonski, abandonó este fin de semana su habitual prudencia con el tema y se lanzó en una defensa ciega de la guerra reclamada por Israel, enseñando como nunca su fanatismo sionista.
Atacando los reclamos de paz del gobierno venezolano e intentado justificar la guerra desarrollada en el país árabe por EEUU y los regímenes medievales de la región, el gobernador del estado de Miranda y principal portavoz de la oposición venezolana ha publicado a través de su cuenta de Twitter que el Gobierno debe irse a Siria a defender al “carnicero” de Al-Asad.
Mientras el presidente Nicolás Maduro se solidarizaba con el pueblo sirio tras el anuncio del ataque y que el vicepresidente, Jorge Arreaza, exhortaba a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los Gobiernos y los pueblos a reaccionar, Capriles afirmaba que el mundo tiene que defender lo que llamo los derechos humanos “castigando” a Siria “con todo el peso de ley”.
Aunque no sea “políticamente correcto” señalarlo, la vinculación de Capriles con el régimen sionista empieza con sus orígenes judíos que lo llevaron a desarrollar una potente conexión con quienes les proporcionan hoy día un apoyo.
El candidato derrotado a la presidencia de Venezuela se beneficia del discurso antivenezolano del gobierno israelí y de su sistema de propaganda, del soporte de los círculos sionistas de Venezuela y de la infalible presencia a su lado de los mecanismos de inteligencia del estado sionista.
Son conocidas las conexiones entre Capriles y Miguel Truzman, secretario general de la Confederación de las Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), abiertamente sionista, Alberto Bierman de la Federación Sionista de Venezuela, y dirigentes de la Fraternidad Hebrea B’nai B’rith.
La vinculación se confirmó de forma espectacular el año pasado con el viaje a Israel, en plena campaña electoral, de Antonio Ledezma, alcalde de Caracas y aliado de Capriles, que culminó con un fraternal encuentro con el primer ministro Netanyahu donde se reveló la identidad de vista entre ambos bandos.
«Hablamos de la solidaridad del pueblo de Venezuela con la comunidad judía. Además de nuestra disposición, en un nuevo gobierno, presidido por Henrique Capriles Radonski, a restablecer las relaciones con el Estado de Israel», declaró entonces Ledezma que sostuvo, por otro lado, reuniones con el Canciller Avigdor Lieberman y “otras autoridades” no identificadas.
No hubo mención de algún encuentro con oficiales del Mossad, el servicio de espionaje cuyos agentes, entre otras tareas, asesoraron la “seguridad” de Caprio
Capriles, según afirman fuentes bien informadas.
Ledezma era el invitado en Israel del Consejo Americano del Judaísmo Mundial, encabezado por el magnate estadounidense Jack Rosen, amigo personal de George W. Bush, y poderoso jefe del American Jewish Congress.
Más recientemente, Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la Mesa Unidad Democrática (MUD) realizó una visita a Washington donde sostuvo una reunión con la congresista “cubanoamericana” Ileana Ros-Lehtinen, fanática antichavista y sionista incorregible que también reclama la destrucción de Siria a nombre de los “derechos humanos”.
Es de buen tono en Venezuela evitar de subrayar la procedencia étnica del líder opositor pero la prensa israelí no se somete a tal regla. Así la web “Israel en Línea” anunciaba el 16 de febrero pasado de 2012: “Judío enfrentará a Chávez en elecciones presidenciales” y aportaba las siguientes precisiones:
- Capriles Radonski proviene de dos familias de inmigrantes judíos que llegaron a Venezuela escapando del nazismo y que hicieron fortuna.
- Los Capriles están asociados a la banca, la construcción y los medios impresos.
- Los Radonski son dueños del circuito de salas de cine más grande del país.
- Capriles fue alcalde de Baruta: el segundo municipio más rico de los cinco.
La alianza declarada de Capriles Radonski con Israel, evidenciada el año pasado por su representante Ledezma conspirando con Netanyahu y su tropa, explica su exaltación cuando Obama anuncia con antelación sus planes sanguinarios hacia Siria.
Netanyahu es uno de los máximos representantes del fundamentalismo sionista, él quien recientemente reafirmó: “Siempre mantenemos el dedo en el gatillo”.
Sus declaraciones de las últimas semanas reclamando una intervención directa de EEUU en territorio sirio seguidas con la declaración de guerra del “comandante en jefe” de las tropas del imperio, son una potente orientación para toda la militancia sionista, tanto en Israel como para el conjunto de sus centros operativos en el mundo.
Una orientación que está ejecutando Capriles, con su odio a la paz de incorregible golpista.