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Este año, más de dos mil personas, un número récord de estadounidenses, han renunciado a la ciudadanía de EEUU. Es un 33 % más que en 2011, según informes de prensa.
Los estadounidenses renuncian a la ciudadanía
por los impuestos. Eritrea y EEUU son los únicos países que cobran
impuestos sobre los ingresos extranjeros de sus ciudadanos.
El
ciudadano independientemente del lugar donde viva y trabaje, está
obligado a pagar una parte de sus ganancias al Tesoro de EEUU. Por lo
tanto, la renuncia a la ciudadanía estadounidense permite ahorrar.