El 23 de octubre EE.UU. pagó 12.000 millones de dólares como parte del programa de pensiones y necesita otros 60.000 millones para financiar diversos programas sociales.
Además, el país gasta miles de millones de dólares en manejar la deuda, que según algunos expertos, debería alcanzar este año los 18,3 billones de dólares.
Los próximos debates sobre la elevación regular del techo de la deuda se celebrarán en febrero. Mientras tanto, muchos vuelven a preguntarse hasta qué punto puede aumentar su deuda EE.UU. y cuánto tiempo puede mantenerse el sistema económico global en funcionando como lo hace en la actualidad.
Vivir a crédito
Varios expertos citados por el portal Gazeta coinciden en que la deuda puede seguir creciendo durante décadas. El analista Dmitri Yevstáfiev recordó que anteriormente se advertía sobre un apocalipsis financiero si la deuda estadounidense llegaba a 10 billones de dólares, algo que ya sucedió en 2010.“Esta línea se sobrepasó hace mucho y no ocurrió nada”, dijo el experto, subrayando que Washington puede seguir aumentando su deuda mientras otros países estén dispuestos a financiar el desarrollo económico de EE.UU.
El analista explicó que el reciente salto en la deuda pública se debió a gastos enormes en la creación de empleo en industrias básicas, así como a inversiones en el sector sanitario y en defensa.
EE.UU. gasta 670.000 millones de dólares en la defensa, 6,5 veces más que lo que invierte Rusia en este campo.
Durante la reciente crisis económica Washington desembolsó 700.000 millones de dólares para rescatar los activos problemáticos.
“En general, se puede decir que la economía estadounidense se desarrolla a cuenta de la deuda pública”, afirma Pável Andréyev, director gerente de la empresa de corretaje BCS Forex.
“EE.UU. está acostumbrado a vivir a crédito. Considera que sus activos son tan grandes y su economía tan eficaz que son una garantía para la cobertura de la deuda”, asegura Víktor Supián, profesor en Ciencia Económica y Política Global.
Herramienta de inversión fiable
Los mayores acreedores de EE.UU. son China y Japón. Pekín posee bonos norteamericanos por valor de unos 1,3 billones de dólares. Japón cuenta con 1,14 billones invertidos en bonos del Tesoro. Francia, Alemania y Rusia también prestan al Gobierno estadounidense.“Los bonos estadounidenses son la herramienta más fiable de inversión de los fondos libres de otros países. Hasta que no se cree otra herramienta, los países seguirán comprando bonos del Tesoro estadounidense y Washington seguirá elevando el techo de endeudamiento”, subrayó Supián.
El experto en economía global Pável Býkov resaltó que debido a la incertidumbre económica, el mundo cuenta con un exceso de fondos que se deben invertir para evitar su devaluación. ”Paralelamente, el mercado financiero estadounidense es el más grande y líquido. Además el dólar es una moneda de reserva”, dijo. Es casi inimaginable que todos los países de repente pidan a Washington que le devuelva sus fondos, según Supián.
“Eso devaluaría los bonos. Además, si colapsa la economía en EE.UU., será imposible exportarles mercancías, y EE.UU. es el principal mercado para China”, recalca el experto.
Riesgos políticos
No obstante Býkov dijo que hay que prestar atención a factores como la evidente división en la élite política estadounidense. “Se desconoce si los republicanos quieren empujar al país al borde de la suspensión de pagos para reforzar sus posiciones, pero lo obvio es que se ha agudizado la confrontación política”, aseguró.Asimismo, el escándalo sobre la vigilancia ilegal por parte de la NSA, agravó las diferencias entre la administración norteamericana y las de otros países, lo que podría influir en la toma de decisiones también en el sector económico.
Necesidad de recortes y riesgo de explosión social
En cualquier caso, los expertos coinciden en que EE.UU. debe ponerse a recortar gastos presupuestarios para poder manejar sus deudas extranjeras.En caso contrario, el incremento de deuda conllevaría a largo plazo la retirada de inversionistas, el crecimiento de riesgos y tasas y como consecuencia, la amenaza de impago, según advirtió el analista de la consultora Investcafe Andréi Shenk.
Sin embargo, los recortes en el sector social podrían tener graves consecuencias. “Es una ‘bomba’ que puede explotar y tener un impacto más grave que el del 11-S”, advierte uno de los analistas.
“No se puede resolver nada con métodos locales. Se trata de problemas sistémicos, como la caída demográfica, la dependencia de las importaciones y el decreciente papel de EE.UU. en la economía global”, señala Býkov.