El profesor y
 filósofo Jexusmari Mujika analiza las posibilidades y condiciones para 
que la Iglesia Católica se adapte a los avances ideológicos que ha 
conseguido la sociedad a pesar de que “respecto a la igualdad, la 
realidad es todavía sangrante”.
Jexusmari Mujika se define como hijo de viuda, perdió a su padre cuando 
tenía cinco años, y confiesa que siempre le ha “dolido mucho la posición
 que tradicionalmente ha ocupado la Iglesia católica” por la que se 
subordina sistemáticamente a la mujer. Por eso aceptó participar en las 
jornadas organizadas por Medicus Mundi Gipuzkoa en las que destacados 
especialistas mundiales abordan los retos de los derechos sexuales y 
reproductivos frente a los fundamentalismos.
El profesor y filósofo guipuzcoano ha afrontado su ponencia consciente 
de las dificultades que supone que el catolicismo avance al ritmo de la 
sociedad, pero propone una charla “posibilista” que ahonde en las 
condiciones y posibilidades de que la iglesia oficial cambie de actitud.
 Porque para Mujika, la Iglesia es una “fuerza retrógrada que en vez de 
apoyar la lucha por la igualdad la entorpece” y se olvida de que a 
través de su mensaje “Jesús de Nazareth fue un revolucionario que 
trataba por igual a hombres y mujeres”.
Según defiende el intelectual, este cambio de actitud pasa por una serie
 de premisas: la primera es “considerar a la mujer como una persona 
mayor de edad que tiene capacidad y derecho a decidir su propio proyecto
 de vida”. Cambiar el concepto de tradición, hacer una relectura de la 
biblia de una forma no masculinizada, y hacer una revisión crítica de la
 historia de la Iglesia, son otros de los pasos que debe dar la 
institución eclesiástica según explica Mujika.
“La Iglesia tiene que estar más dispuesta a buscar la verdad que a 
proclamarla”, afirma Mujika, y para ello considera necesario “una 
apertura valiente, coherente y comprometida con la dignidad y el 
sufrimiento” porque “una religión moral y dogmática es exclusiva del 
pasado”, ha afirmado. En este sentido alaba la labor del nuevo 
pontífice, “yo creo que el Papa está dando pasos hacia los derechos de 
la mujer, a ver si le dejan continuar” apunta, e incluso va más allá, 
“no les va a quedar más remedio que aceptar el sacerdocio femenino, y si
 no la Iglesia se va a convertir en una secta insignificante” ha 
apostillado.
Pero a su juicio, la labor de la sociedad en este camino es también 
fundamental. “Hay que fomentar el espíritu crítico” pide Mujika, porque 
“el problema de la mujer atañe también al hombre, sé que va a costar 
mucho, pero nos tenemos que acostumbrar a tratar a la mujer de tú a tú 
en todos los campos”, y a este respecto reivindica “tener personalidad 
es mucho más difícil que no tenerla”.
Sexualidad, derecho reproductivo y aborto
“El sexo es un método de control impresionante” del que se ha servido la
 Iglesia para fomentar un modelo de sociedad único, según afirma el 
profesor, “no puede haber un solo tipo de matrimonio o de familia 
válido, en el que curiosamente la mujer ocupa un lugar muy determinado, 
el del cuidado y el cariño”. En este sentido considera que “el feminismo
 tiene que ser un paso hacia la racionalidad, porque el machismo nunca 
puede ser racional”. Respecto al aborto, Mujika reivindica la “autonomía
 y la responsabilidad de la mujer”.
Reconoce que no es “un método deseable”, pero hay que “trabajar para 
prevenir, no para castigar”, y en ningún caso “es la Iglesia la 
encargada de establecer una normativa, sino la sociedad”. En este 
sentido ha añadido “la ética no se puede expresar de espaldas a los 
avances ideológicos”.
Patricia Burgo Muñoz
Fuente: www.eldiario.es
