La anunciada decisión del gobierno cubano de entrarle por los ojos a la unificación del peso apunta a ser la noticia del 2013 en Cuba, que vive un ambiente creciente de cambios y transformaciones en la esfera económico –social.
A solo dos meses de que concluya 2013, el asunto se presenta como el más peliagudo y apremiante que tienen por delante las autoridades, cuya necesidad de dar un impulso a la actualización del modelo socialista cubano es apremiante.
Como se sabe, en Cuba perviven el modesto peso y el peso convertible. Este último es la moneda de las despensas y la ropa, la que permite acceder al mercado en divisa, al que cada cubano tiene acudir para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y vestuario, entre otras.
El otro peso, que se valora a 24 por cada peso convertible, es la moneda con la que se pagan los salarios a la mayoría de los trabajadores. Su poder de adquisición se limita a las modestas tiendas que comercializan sus productos con este signo.
Vale aclarar que los servicios de electricidad, teléfono y agua, por citar los más importantes, son subsidiados por el estado y se pagan en pesos no convertibles. Y de sobra es conocido el carácter gratuito de la salud y la educación en Cuba.
Sin embargo, el país funciona mal con la dualidad monetaria, vigente desde hace casi 20 años. Porque no solo afecta a la población, una parte con acceso al convertible, otra no y otra con acceso mínimo, sino que deprime la economía, al no incentivar el trabajo y por consiguiente la productividad.
Por tal motivo las autoridades comenzaron hace un tiempo de manera discreta a replantearse esa situación, y en 2012 habían establecido un tipo de cambio especial de 7 pesos no convertibles por 1 uno convertible en los intercambios entre cooperativas agrícolas y hoteles y restaurantes estatales.
Este año que está por concluir la equivalencia entre las monedas volvió a modificarse. Se estableció en 10 pesos no convertibles por 1 uno convertible. También en las estrenadas cooperativas de transporte el cambio se comporta de esa manera, lo que contribuye a mejorar las finanzas y el servicio.
Nuevas medidas irán incorporándose antes de finalizar 2013 dirigidas a transformar la economía y mejorar la calidad de vida de los cubanos.
El venidero año parece ser el de los cambios más radicales y para muchos en el que tendrá lugar la necesaria y ansiada unificación monetaria. Con ella establecida y consolidada, los principales cambios que hoy se adelantan en materia económico social podrán conseguirse con mayor rapidez y facilidad.
El fin de todo será una sociedad más organizada, eficiente y moderna, sustentada en la máxima martiana de que la ley primera de la república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.