Presentó su primera gran retrospectiva Trabajo/Work, en el Museo Centro de Arte Reina Sofía, en España
Sus imágenes reflejan la pauperización y desesperanza de la clase obrera británica
Sus imágenes reflejan la pauperización y desesperanza de la clase obrera británica
Helen and her Hula-hoop, tomada en Lynemouth, Northumberland, en 1984
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 29 de diciembre de 2013, p. 2
Domingo 29 de diciembre de 2013, p. 2
Madrid, 27 de diciembre.
A veces uno no sabe por qué está en los lugares ni por qué hace tal y cual fotografía, pero en cualquier caso lo hace, y eso al final acaba teniendo un sentido, explicó el fotógrafo británico Chris Killip en la presentación de su primera gran retrospectiva en España, Trabajo/Work, en el Museo Centro de Arte Reina Sofía.
Su obra es un compendio singular de la desesperanza que ha provocado el capitalismo en la clase obrera británica, tan reprimida como pauperizada en lo que se ha llamado el proceso de la
desindustrizalizaciónde las zonas rurales del Reino Unido, a las que se les extirpó la industria sin nada a cambio. Pasaron de las fábricas textiles o los astilleros a la desolación y la desesperanza, y Chris Killip captó ese proceso, al menos desde 1968 hasta 2004.
Es la vida cotidiana de pueblos en la frontera de la pobreza y la opulencia de una potencia económica y militar como el Reino Unido. Es el día a día de pueblos que lucharon por sus derechos en las calles, con manifestaciones para mantener sus derechos laborales, que fueron sistemáticamente reprimidas por la policía o que fueron testigos impotentes de cómo la inactividad y el paso del tiempo fueron acabando poco a poco con edificios, casas y el pulso cotidiano de las plazas.
Y Killip, hombre que nació y creció en un típico pub inglés, que desde niño escuchó los lamentos o las risotadas que se escuchan en estos centros de reunión del pueblo británico, decidió alejarse del glamour y la frivolidad de la fotografía publicitaria –en la que se inició– y decidió cabalgar en una especie de fotoperiodismo de fondo. Llegaba a los pueblos o regiones con sus cámaras y sus rollos de fotografía para convivir y ser testigo, al igual que sus vecinos, del paso del tiempo en esos pueblos acosados por el desmantelamiento de la industria minera o naval.
Por eso en su trabajo hay sobre todo retratos e imágenes de lugares, calles, paisajes que ya no existen. Que el paso del tiempo y la depredación del capitalismo ultraliberal que se aplicó en este país durante las décadas de los 70 y 80 acabó por transformar para siempre a esa sociedad. Ahora muchos de esos paisajes industriales, como los viejos astilleros enclavados en el muelle, son hierros abandonados. O las colinas de algunos pueblos mineros se han convertido en campos de golf.