Fallecieron enfrentando a tropas de EEUU
Panamá, enero 9 - Panamá vivió este jueves el Día de la Soberanía
Nacional, en conmemoración a los hechos del 9 de enero de 1964, en donde
23 mártires fallecieron en enfrentamientos con tropas de Estados Unidos
durante el reclamo del derecho soberano de Panamá a izar su bandera en
la Zona del Canal, territorio de ese país en posesión de EE.UU en ese
entonces.
La jornada dio inicio con la izada de la bandera nacional en la Plaza de Independencia, en la capital de la nación, donde estuvo presente el mandatario Ricardo Martinelli acompañado por todos sus ministros. En declaraciones con medios de comunicación el presidente panameño afirmó sentirse “orgulloso“ y recordó que los “mártires del 9 de enero” abrieron el camino para que el país logre su soberanía completa.
En ese sentido, el jefe de Estado panameño informó que su gobierno declaró el 9 de enero como el Día de la Soberanía; resaltó que durante varios años el pueblo panameño “olvidó” la importancia de la fecha y que en ese momento “todos debimos haber puesto la voz de alerta”; además compartió sus impresiones cuando pudo observar los hechos en televisión. “Yo tenía 11 años y me acuerdo perfectamente haberla visto por la televisión, recuerdo haber llorado y me siento muy honrado de poder servir y honrar a nuestros mártires”.
La agresión de las tropas norteamericanas contra el pueblo panameño durante el 9 de enero de 1964 supuso la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países, que ya se encontraban tensas debido a la sobreexplotación del Canal de Panamá, zona comercial que fue ocupada por Estados Unidos y recuperada a plenitud por Panamá en 1999, 22 años después del acuerdo firmado entre los Presidentes Jimmy Carter y Martín Torrijos, en donde se establecía la devolución progresiva del control de ese territorio a Panamá.
Los hechos
Panamá celebra quizás con más amor que nunca el 50 aniversario de una de las gestas patrióticas más hermosas y sublimes de la historia del país, como fue la defensa de su bandera nacional el 9 de enero de 1964.
Aunque se ha escrito mucho de aquellos hechos, vale la pena recordarlo, en especial en esta jornada realizada cuando ya la fecha no es un mero día de descanso turístico al cual la habían reducido cuando la convirtieron en día puente, feriado, para que la gente se fuera a la playa y no tomara en cuenta lo que se conmemoraba.
Ahora, tras una ley exigida por las grandes mayorías y aunque firmada con reticencia y atraso por el gobierno, el 9 de enero dejó ser de asueto y vuelve a ser Día de duelo nacional en homenaje a sus héroes y mártires.
Cuando se mira hacia lo alto de Cerro Ancón desde cualquier punto cardinal de la ciudad, se ve flamear entre la fronda virgen una bandera de Panamá que llama la atención por sus enormes dimensiones, pero hay un simbolismo muy fuerte en ella.
Fue izada allí el 1 de octubre de 1980, cuando entraron en vigor los acuerdos Torrijos-Carter de 1977 que devolvieron a Panamá, 20 años más tarde, en 1999, el Canal y su Zona Militar.
Y he aquí donde se imbrica una linda historia de heroísmo y amor a la patria que da contenido especial a esa imagen con la cual se levantan y acuestan día a día los capitalinos, pues por ley la bandera de Cerro Ancón siempre está izada.
La historia, conocida como Día de los Mártires, tiene su desenlace el 9 de enero de 1964, aunque sus antecedentes más remotos datan de 1903, cuando las cuadrillas de estadounidenses comienzan a construir las obras del Canal de Panamá, culminadas 11 años después.
El Canal -y su posterior vigilancia militar- permitió que en una larga franja de cinco millas de ancho a uno y otro lado de la vía interoceánica se asentaran núcleos familiares que, siendo estadounidenses por cultura, costumbres y defectos, se manifestaran como un grupo humano aparte, aunque también involucraron a otras personas de origen no estadounidense.
Fue así que adoptaron hasta un gentilicio, "zonians" (en inglés) o zoneítas (en español), para diferenciarse de los estadounidenses radicados en su país natal, y de los ciudadanos panameños.
Los "zonians", en su raíz con muchos puntos conceptuales en común con los "afrikanders" de Sudáfrica, vivían un régimen de apartheid y en sus dominios, delimitados en toda su extensión por cercas perimetrales, no se permitía la presencia de nadie que no fuesen ellos.
La discriminación era absoluta, y no solamente hacia fuera de la zona, sino hacia su interior también, pues la colonia de negros que convivían con ellos, principalmente antillanos, empleados del Canal o servidumbre, eran tan discriminados como los de Louisiana y el resto del sur de Estados Unidos.
Estados Unidos consideraba ese pedazo de territorio nacional panameño como suyo dentro de la República y, por lo tanto, la única bandera que podía flamear en toda la Zona era la estadounidense.
La jornada dio inicio con la izada de la bandera nacional en la Plaza de Independencia, en la capital de la nación, donde estuvo presente el mandatario Ricardo Martinelli acompañado por todos sus ministros. En declaraciones con medios de comunicación el presidente panameño afirmó sentirse “orgulloso“ y recordó que los “mártires del 9 de enero” abrieron el camino para que el país logre su soberanía completa.
En ese sentido, el jefe de Estado panameño informó que su gobierno declaró el 9 de enero como el Día de la Soberanía; resaltó que durante varios años el pueblo panameño “olvidó” la importancia de la fecha y que en ese momento “todos debimos haber puesto la voz de alerta”; además compartió sus impresiones cuando pudo observar los hechos en televisión. “Yo tenía 11 años y me acuerdo perfectamente haberla visto por la televisión, recuerdo haber llorado y me siento muy honrado de poder servir y honrar a nuestros mártires”.
La agresión de las tropas norteamericanas contra el pueblo panameño durante el 9 de enero de 1964 supuso la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países, que ya se encontraban tensas debido a la sobreexplotación del Canal de Panamá, zona comercial que fue ocupada por Estados Unidos y recuperada a plenitud por Panamá en 1999, 22 años después del acuerdo firmado entre los Presidentes Jimmy Carter y Martín Torrijos, en donde se establecía la devolución progresiva del control de ese territorio a Panamá.
Los hechos
Panamá celebra quizás con más amor que nunca el 50 aniversario de una de las gestas patrióticas más hermosas y sublimes de la historia del país, como fue la defensa de su bandera nacional el 9 de enero de 1964.
Aunque se ha escrito mucho de aquellos hechos, vale la pena recordarlo, en especial en esta jornada realizada cuando ya la fecha no es un mero día de descanso turístico al cual la habían reducido cuando la convirtieron en día puente, feriado, para que la gente se fuera a la playa y no tomara en cuenta lo que se conmemoraba.
Ahora, tras una ley exigida por las grandes mayorías y aunque firmada con reticencia y atraso por el gobierno, el 9 de enero dejó ser de asueto y vuelve a ser Día de duelo nacional en homenaje a sus héroes y mártires.
Cuando se mira hacia lo alto de Cerro Ancón desde cualquier punto cardinal de la ciudad, se ve flamear entre la fronda virgen una bandera de Panamá que llama la atención por sus enormes dimensiones, pero hay un simbolismo muy fuerte en ella.
Fue izada allí el 1 de octubre de 1980, cuando entraron en vigor los acuerdos Torrijos-Carter de 1977 que devolvieron a Panamá, 20 años más tarde, en 1999, el Canal y su Zona Militar.
Y he aquí donde se imbrica una linda historia de heroísmo y amor a la patria que da contenido especial a esa imagen con la cual se levantan y acuestan día a día los capitalinos, pues por ley la bandera de Cerro Ancón siempre está izada.
La historia, conocida como Día de los Mártires, tiene su desenlace el 9 de enero de 1964, aunque sus antecedentes más remotos datan de 1903, cuando las cuadrillas de estadounidenses comienzan a construir las obras del Canal de Panamá, culminadas 11 años después.
El Canal -y su posterior vigilancia militar- permitió que en una larga franja de cinco millas de ancho a uno y otro lado de la vía interoceánica se asentaran núcleos familiares que, siendo estadounidenses por cultura, costumbres y defectos, se manifestaran como un grupo humano aparte, aunque también involucraron a otras personas de origen no estadounidense.
Fue así que adoptaron hasta un gentilicio, "zonians" (en inglés) o zoneítas (en español), para diferenciarse de los estadounidenses radicados en su país natal, y de los ciudadanos panameños.
Los "zonians", en su raíz con muchos puntos conceptuales en común con los "afrikanders" de Sudáfrica, vivían un régimen de apartheid y en sus dominios, delimitados en toda su extensión por cercas perimetrales, no se permitía la presencia de nadie que no fuesen ellos.
La discriminación era absoluta, y no solamente hacia fuera de la zona, sino hacia su interior también, pues la colonia de negros que convivían con ellos, principalmente antillanos, empleados del Canal o servidumbre, eran tan discriminados como los de Louisiana y el resto del sur de Estados Unidos.
Estados Unidos consideraba ese pedazo de territorio nacional panameño como suyo dentro de la República y, por lo tanto, la única bandera que podía flamear en toda la Zona era la estadounidense.