José Vicente RANGEL /
1 A
medida que languidece el guarimbeo la situación tiende a aclararse. Se
puede decir que la conspiración de los EEUU y de la derecha, fracasó
-claro, por ahora, porque la amenaza sigue en pie-. Luego de casi dos
meses de intensa violencia protagonizada por grupos de choque apoyados,
descaradamente, por alcaldes de oposición; de la ofensiva contra la
economía y la bestial campaña mediática montada en el exterior, el
gobierno de Maduro no sólo sobrevivió sino que, como lo indican las
encuestas, aumentó su apoyo popular en tanto que la oposición se
desplomó. El dato confirma la calidad democrática del pueblo venezolano,
su rechazo a la aventura golpista, la lealtad de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana y la capacidad de conducción del liderazgo chavista
que asumió la difícil tarea de suceder a Chávez y de ejecutar su
legado.
2 Lo
sucedido en el lapso febrero/marzo, cuya característica ha sido la
crispación, augurios terribles e insólitas provocaciones, confirma la
irresponsabilidad opositora. En una coyuntura compleja fue incapaz de
actuar con sindéresis. Pretendió, como siempre lo hace, nadar en dos
aguas al mismo tiempo, la legalidad y la subversión. ¿Resultado? Fracasó
en el intento, como quedó en evidencia. De nuevo la oposición se
embarcó en la temeraria aventura de mezclar actividad cívica y
violencia, y como suele suceder en tales circunstancias cosechó
derrotas. Las dos líneas hicieron crisis, la violenta en su versión
guarimba y la pacífica en su expresión más acabada, la MUD.
3 Pero
los poderes fácticos que se trazaron la meta de derrocar al gobierno
constitucional de Venezuela, reaccionaron con rapidez ante la hecatombe.
Están convencidos de que es el momento de acabar con el proceso
bolivariano ahora. Que la decisión no puede ser diferida. Porque hacerlo
equivale a dejar que Maduro se consolide. El imperio y la derecha
tuvieron que calarse a Chávez -tascando el freno-, pero no están
dispuestos a hacer lo mismo con la sucesión. Por eso estoy convencido
que el binomio gobierno EEUU/derecha venezolana intenta, con motivo de
lo que ocurrió en el país durante las últimas semanas, un importante
cambio. Los organismos que en EEUU tienen a su cargo la carpeta
Venezuela -Departamento de Estado, Pentágono-; los que apoyan a la
oposición y están involucrados en los planes desestabilizadores -CIA y
otros-, arribaron a la conclusión que tienen que asumir la conducción de
la conjura en territorio venezolano. Es decir, la ejecución práctica de
los operativos previstos, a partir del convencimiento de que la
oposición interior no acierta. Que carece de política. Que está minada
por las contradicciones. Las sucesivas derrotas electorales son
reveladoras de su debilidad para competir con el chavismo, y lo que
acaba de suceder con el fracaso del golpe guarimbero, en el que cifraban
esperanzas, confirma que esa oposición, su liderazgo, no tiene
capacidad para derrocar a Maduro.
4 La
MUD está casi desaparecida. Capriles está por el piso. López sufrió un
rudo golpe con su detención. Ledezma y Machado restan en vez de sumar, y
las encuestas lo confirman. La guarimba abrió una brecha entre sectores
de clase media -los más afectados por la violencia- y la cúpula
opositora. En tanto, el gobierno de Maduro se fortalece con el dinamismo
de su gestión administrativa, su mensaje a favor del diálogo y la
ofensiva por la paz que logró incorporar a personajes del mundo
económico, empresarial, profesional, político, cultural. ¿Qué hacer?, se
plantean en Washington. La presión de los halcones sobre Obama, del
lobby cubano de Miami, de los senadores de la ultraderecha y de algunas
corporaciones, obliga a reajustar la línea de acción. Ejemplo: asumir,
de una vez por todas, el mando de la política hacia Venezuela. O
sincerarlo. Por consiguiente, relegar a un segundo plano el papel que
hasta ahora cumplen la MUD y otros factores. El sello que se le
imprimiría al viraje está delineado en las declaraciones del
Vicepresidente Joe Biden contra Maduro en Santiago -con ocasión de su
asistencia a la toma de posesión de Michel Bachelet-; en las reiteradas
provocaciones del Secretario de Estado, John Kerry, y en las sibilinas
afirmaciones del Jefe del Comando Sur, general John Kelly. Todas
cargadas de amenazas, abiertas y veladas. Reveladoras de que ahora el
problema de Venezuela es directamente con el gobierno de los EEUU y no
con quienes conducen la oposición al interior del país. O sea, que la
cosa es con el dueño del circo y no con los subordinados. Maduro lo
entendió así. Lo intuía. Manejaba buena información. Por eso los pasos
que está dando: la alerta al pueblo y a la Fanb, así como la
movilización de los amplios y leales apoyos con que cuenta Venezuela en
el exterior. En síntesis: la pelea es peleando. Pero, eso sí, con
inteligencia. Sin dejarse provocar.
Laberinto
Tres generales de la Fuerza Aérea detenidos por tramar un
golpe. Hace tiempo lo venía advirtiendo. Hay un trabajo militar de la
oposición de carácter subversivo, al cual hay que pararle. Quienes
gobiernan deben tener “ojo pelao”, como se dice en criollo. La
institución armada es leal, pero siempre hay tentaciones y
desviaciones…La encuestadora “Pronóstico”, sobre la cual no tengo
información de compromisos con el gobierno o la oposición trae, en su
entrega de marzo -el trabajo de campo se realizó en la Gran Caracas los
días 8 y 9 de marzo-, el siguiente resultado a la pregunta “de
realizarse elecciones presidenciales, ¿por quién votaría?”: Ledezma
1,3%; Capriles 16,5%; López 17,1%; Machado 0,6%, Maduro 40,3%; candidato
no radical 16,5%; otro, ¿cuál?, 7,7%. Como se puede ver, las opciones
más radicales, Ledezma y Machado, aparecen con un porcentaje desolador.
La otra, López, no responde a las expectativas de algunos medios y
analistas…
Por
cierto, los peores resultados en todas las encuestas que se hacen en el
país, son los de los convocantes a la marcha contra Cuba. Conclusión:
la xenofobia no da dividendos…
La
madre de todas las guarimbas, de la violencia consumada contra la
ciudadanía, son los alcaldes de oposición. Su negligencia, inhibición,
dualidad o abierta connivencia con los guarimberos durante los
acontecimientos de febrero y marzo, facilitó el desbordamiento del
terror en sus municipios. Como consecuencia de su felonía deberían
responder por los costosos daños a propiedades públicas y privadas, y la
administración de justicia debe establecer responsabilidades por el
saldo trágico de muertos y heridos. Se está haciendo, pero hay que ir
más a fondo…
Asumí
en la IV República una responsabilidad que me condujo al “corazón de
las tinieblas”, para decirlo con palabras de Conrad. Es decir, al
submundo de la represión más brutal -torturas, desapariciones,
detenciones arbitrarias, campos de concentración, eliminación del debido
proceso, en fin, terrorismo de Estado-. O sea, violación absoluta,
deliberada, consciente de los derechos humanos como nunca había ocurrido
en el país. Con el agravante de que todo se consumó en democracia, con
asesoría y entrenamiento de expertos norteamericanos en
contrainsurgencia y de esbirros cubanos como Posada Carriles. Por eso
sorprende el cinismo -¿o desinformación?- de algunas ONG que afirman que
ahora ocurren en el país las mayores violaciones de los DDhh de los
últimos 50 años. Igual pasa con la asqueante campaña de ciertos medios
que difunden falsas versiones sobre actos de tortura, con lo cual
degradan la denuncia…
Ojo: Se profundiza brecha en la oposición y aumenta su desesperación. Se torna más peligrosa.